CAPÍTULO VEINTIUNO

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El sufrimiento en su mirada es notorio, en su palidez, en lo delgado que está, mucho más que antes. Ni perfume lleva y eso es muy raro en él. 

Mientras hablaba también me daba cuenta no sólo de lo que lleva internamente, sino superficial y éste hombre está a dos días de ser un indigente.

— ¿Quieres hablar con ella? — No me dice nada, si pudiera escuchar su cerebro seguro tuviera activa una alarma que lo paraliza.

— No sé si sea buena idea — Me enderezo en mi puesto y lo miro seria.

— Vuelvo a repetir mi pregunta, ¿quieres hablar con ella? — Asiente.

— Más que nada en el mundo.

— Excelente — Espérame aquí.

Me levanto del sofá y me dispongo a tomar una ducha rápida sin lavar mi cabello.

Me visto con un vestido ajustado arriba pero suelto abajo en color aguamarina muy claro, unos tenis blancos, cepillo un poco mi cabello, aplico todo lo necesario para estar perfecta y estoy lista para tomar varias cosas de Yang Mi, y tomarla en brazos.

Ella empieza a moverse y sé que está a punto de despertar.

Salgo al salón y Suga se voltea por fin soltando una sonrisa sincera, al ver a Yang Mi su rostro se iluminó. La adora, es obvio y sé que ella lo va a adorar a él.

— Toma las cosas de Yang Mi y metelas en la maleta rosa, también toma mi móvil, vamos a tu casa — Abre los ojos como platos.

— Pe...

— Shhh... Cállate, yo no te estoy preguntando. Ve a hacer lo que te pido.

— Sí señora — Va y yo lo vigilo desde la puerta, le voy indicando todo lo que tiene que meter y de que forma para que quepa todo, ya que son demasiadas cosas.

Toma mi móvil y lo mete en el bolsillo de su pantalón.

— ¿Nos llevamos la cuna también?

— Ja, ja. Idiota, vamos — Ríe y salimos del apartamento.

Cuando llegamos a su auto y abre la puerta para nosotras confirmo lo que había pensado. El auto estaba hecho un desastre.

Habían papeles de dulces y aperitivos, latas de gaseosa y una botella de soju bajo mi asiento. Éste hombre está en uno de los peores momentos de su vida.

Mete las cosas de Yang Mi en el asiento trasero y luego va hacia el del piloto.

Cuando entra al auto lo miro mal y rasca su nuca.

— No me ha dado tiempo, soy esclavo de mi trabajo.

— Y de tu puta depresión, acelera, vamos a tu apartamento.

Hace lo que le digo y me encanta que rechiste sino que se deje guiar, influencia mucho el hecho de que puede que hable con Hanna.

Mientras vamos en camino le pido mi móvil y me lo entrega.

Busco la aplicación que uso unas dos veces al mes y contrato a una señora de limpieza, coloco la dirección de Suga y por suerte, ella no está muy lejos del lugar.

— ¿Qué haces? — Dice viéndome por unos segundos.

— Ve hacia adelante, Suga. Llevas una bebé llevando a otra de copiloto.

— Tú tienes de bebé lo que yo tengo de pobre.

— La humildad ante todo — Nos reímos y seguimos en el camino.

WALK ALONE © | SUGA - BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora