Capítulo 9

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— Que me dices tú, chica, ¿qué opinas del nuevo mundo? —Joe dio un largo trago a su petaca— ¿Quieres? Es vodka casero. —acepté el recipiente, algo dudosa.

— Opino que apesta, ¿acaso se puede decir algo bueno de él? —olisqueé el alcohol, era desagradable y fuerte, y solo con el aroma experimenté un leve mareo.

Daryl me lo arrebató de las manos para golpear el recipiente contra el pecho de Joe devolviéndoselo. 

— Entendido, nada de emborrachar a la chica. —se carcajeó pegándole otro sorbo a la petaca— Yo diría que el mundo siempre apestó a mierda, la diferencia es que ahora nos regimos por la ley del más fuerte. —nos señaló a los tres con una sonrisa ladeada— Personas como nosotros son las que sobreviven ahora.

— No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio. —Daryl y Joe fruncieron sus ceños, confundidos— Es una cita de Darwin... —murmuré aferrándome a las tiras de mi mochila.

— Te tragaste un libro de pequeña o qué. —Joe rodó los ojos con burla— No importa, ya estamos cerca.

— ¿Cerca de dónde? —preguntó Daryl aproximándose a un cartel junto a las vías.

"Santuario para todos. Comunidad para todos. Aquellos que llegan, sobreviven", leí al colocarme junto a mi compañero.

— Es una comunidad. —dije esperanzada.

Puede que allí se encontrara nuestro grupo. La idea de volver a ver a Dante, Beth, Carl... dibujaba en mi cara una sonrisa difícil de ocultar.

Joe resopló divertido al ver mi rostro.

— No te emociones chiquilla, eso es una mentira. No existe ningún santuario. 

Sentí como pisoteaba la esperanza que ingenuamente había brotado en mí.

— Tú no sabes una mierda. —escupí adelantándome al resto.

Cada segundo que permanecíamos con ellos se sentía como si estuviéramos siendo arrastrados en la dirección opuesta a nuestro grupo. Era una completa pérdida de tiempo quedarnos allí, y Daryl prometió que aquel día nos iríamos, pero podía ver como de vez en cuando dudaba ante las palabras melosas de Joe.

Entendía la confusión que podía llegar a tener Daryl sobre marcharse o no, pues aunque estos tipos fueran unos auténticos capullos, a simple vista él no desentonaría con ellos. Pero una vez los conocías, o veías bajo la faceta huraña de Daryl, era evidente que ninguno encajaba en aquel grupo. Y aunque más gente significaba protección, también aumentaban los problemas. Era cuestión de tiempo que algo prendiera la mecha para volar todo en pedazos.

Una mano áspera se colocó en mi hombro desnudo, y por inercia pura salte a un lado. Algo de culpa me invadió al pensar que era Daryl y que mi reacción podría tomarla como desagrado hacia él, cuando distaba mucho de ser así.

¹THE EYES OF DEATH ⎯⎯  ᴅᴀʀʏʟ ᴅɪxᴏɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora