Cap. 3 Dulce, dulce venganza

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Llegué a mi casa y papá llegó también, pero estaba en silencio. Me preocupe porque recordé que saldría con Violette el día de hoy. Se sentó en el sofá y puso una película, me senté a su lado y estuvimos ambos en callados.

- Y... ¿Cómo te fue en tu cita? -pregunté curiosa mientras le daba un abrazo y él suspiró. 

- Me fue bien... -sonrió de lado- o eso creo...

- ¿Qué pasó hoy?

- Todo iba normal, pero no hubo nada interesante en toda la cita y... -volvió a suspirar- dudo mucho que se repita... ¿Soy tan aburrido?

- No, no, no... Bueno un poquis, pero es normal en personas viejas como tú -hablé con sinceridad.

- No estoy tan viejo... -murmuró rascando su cabeza y alcé mi ceja incrédula- bueno, admito que soy algo mayor, pero no viejo.

- Además si esa tal "Violette" no te aprecia, puedes salir con más mujeres, eres un buen partido papá -él me sonrió levemente y yo sonreí de oreja a oreja- y también... -agregué- puedes olvidar salir con más mujeres y te das cuenta que mamá y tú son del uno para el otro para siempre y por siempre. ¡Fin!

- Colette... -dijo aguantado su enojo.

- Ash... Yo solo decía... -murmuré con mis brazos cruzados.

- ¿Y qué hay de ti? -me preguntó después de quedarnos callados unos segundos- no tienes novio, ¿verdad?

- Nop, no he encontrado a alguien para salir todavía -dije encogiendo mis hombros.

- Eso me alegra... -susurró- tú estás muy pequeña aún.

- Papá... Tengo 17 años -rodé mis ojos y él asintió.

- Sí, muy pequeña -volví a rodar mis ojos chistosa.

Después de esa conversación que tuvimos, terminamos disfrutando la película tranquilamente. Aunque yo sinceramente no estaba tan tranquila, ya que dos sucesos pasaban por mi mente:

"Ten más cuidado"

"La niñita llora porque los demás se burlaron de ella..."

En mi habitación pensaba en ello y me cubrí el rostro molesta- ¿quién se cree él para decirme niñita? -dije descubriendo mi rostro- él no es quien para decirme todas esas cosas...

"Tú vales bastante..."

Su rostro apareció en mis pensamientos al instante, y su puchero falso junto su sonrisa arrogante se hicieron presentes.

"Montón de imbéciles que piensan lo contrario...."

- A lo mejor... -jugué con mis dedos chocándolos el uno al otro- no eres como todos lo demás y necesitas de alguien para hacerte compañía...

Al día siguiente...

Desperté como todos los días e hice mi rutina diaria. No quise contarle ayer mi mala experiencia a papá para que no se preocupara por cosas tan simples como lo son las mías.

A lo lejos, pude ver la figura masculina de Edgar caminar hasta la escuela. Aceleré mi paso para alcanzarlo y le sonreí con sinceridad mientras él me miraba de reojo con una cara neutral- ¡buenos días! -exclamé.

- Buenos días -contestó regresando su vista al camino.

- ¿Cómo has estado? -él se encogió de hombros a manera de respuesta- ah... ¿A donde vas?

- Obviamente al mismo lugar que tú, niña -dijo burlándose de mí, y fue entonces cuando me di cuenta de lo tonta que fue mi pregunta.

- Sí... Perdón, es solo que no sé de qué hablar contigo...

- De lo que sea... Menos de moda, consejos sobre chicos o algo parecido a lo que hablan las mujeres -fruncí mi ceño e inflé mis mejillas algo molesta. Bajé mi mirada y noté que llevaba pintadas las uñas de negro.

- ¿Y qué me dices del maquillaje? -me burlé señalando sus uñas y un leve rubor apareció en sus mejillas.

- Ok, me lo merecía... -sonreí tratando de ser arrogante, pero al parecer no me salió bien porque él me miró raro.

Seguimos el camino sin decir una sola palabra y eso me incomodó, ya que para mí el silencio incómodo es una de las peores cosas que te puede pasar, pero él parecía estar bien con ese silencio, así que decidí no molestarlo.

Llegamos y lo acompañé hasta su casillero- no es necesario que me sigas a todos lados, niña... -me dijo mientras sacaba un lápiz y un cuaderno.

- Solo trato de ser amigable -dije ofendida y él hizo una mueca.

- Como quieras... -me dio la espalda y fue camino a la clase. Bufé por haber perdido mi tiempo acompañándolo y fui a traer mis cosas a mi casillero.

En mi camino, sentí que me seguían, así que miré de reojo quién era para no llamar la atención y noté que era Edgar. Una sonrisa involuntaria salió de mis labios y apreté con fuerza mi diario siguiendo el camino hasta mi casillero.

Saqué mi cuaderno, mi lápiz y mi libro de esa materia. Edgar me esperaba haciendo como si no me esperaba, ya que cuando volteaba a verle porque sentía su mirada puesta en mí, él miraba hacia cualquier otro lado.

Fui a la clase y Edgar también a una distancia de dos a tres metros. Me senté en mi lugar y Edgar también lo hizo así, la profesora llegó a la hora que frecuentaba y nos dijo que sacaramos nuestro libro y así lo hice.

Por su lado Edgar, se dio un golpe a la cabeza como recordando algo. Yo también lo recordé y es que él no había sacado su libro cuando lo acompañé a su casillero.

- Edgar... Ts... -llamé su atención susurrando y me volteó a ver- ¿quieres que compartamos mi libro?

- No es necesario -dijo con orgullo. Lo miré con molestia y moví mi escritorio pegándolo al de él- niña... Estoy hablando en serio -su semblante se puso bastante serio y yo no le hice caso.

- Por mí no es problema compartir mis cosas contigo.

- El hecho de que te halla hablado ayer no significa que tú y yo seamos amigos... -murmuró poniendo su puño cerrado debajo de su rostro recostándolo.

- ¿Y quién dijo que tú y yo somos amigos? -me iba a contestar, pero no lo hizo- ¿ves?

- Así que esta es tu venganza por lo de ayer, ¿no? Cuando me burlé de ti.

- Eso, exactamente es eso -una sonrisa apareció en su rostro, y en cuanto se dio cuenta se cubrió la boca con su bufanda.

- Creo que debemos prestar atención a la maestra... -dijo sin mirarme a los ojos.

- Yo también creo lo mismo -cerré mis ojos y sentí mi sonrojo calentarme la cara, también mis pulsaciones se aceleraron de pronto y mi sonrisa involuntaria apareció pensado en que lo había visto sonreír de manera sincera a él, por lo menos unos cuantos segundos, pero esos segundos fueron más que suficientes para que reaccionara de esta manera tan extraña.

¿Qué me pasa?

Hermanastros (Edgar x Colette) [BS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora