Cap. 10 Una rara confesión

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Fuimos a mi casa ya que no sabía realmente a dónde ir, papá no iba a estar por el trabajo y Edgar sería mi única compañía.

Me hace feliz el hecho que me halla encontrado y rescatado, ¿pero cómo lo hizo? Después de todo, se supone que él fue a la escuela.

En cuanto entramos, corrí a mi habitación y sin decir nada me di una ducha rápida y me cambié de ropa. Al salir de mi cuarto, fui a ver a Edgar y estaba parado en la entrada con su ceño fruncido, parecía enfadado y a la vez, algo pemsativo.

- Edgar... -murmuré y me vio de reojo- ¿no fuiste a la escuela? ¿Cómo me encontraste?

- Mm... -se rascó la cabeza- me di cuenta... -miró el piso sonrojado- me di cuenta cuando cambiaste de ruta y... Me pareció raro, te seguí para ver a dónde ibas y en medio camino... Te perdí de vista por las personas. Te busqué por unos minutos hasta que escuché un grito que venía de ese callejón, así te encontré...

- Ya... -agaché la mirada- tuve tanto miedo... -susurré con mis ojos empezando a arder.

- Perdón por no estar antes y librarte de todo eso -dijo y negué con mi cabeza.

- Ya me rescataste -sonreí amablemente soltando unas lágrimas- gracias por eso -se me quedó viendo unos minutos y un rojo se hizo presente en sus mejillas y desvió la mirada.

- No fue nada... -charlamos un poco más y volvimos a tener la amistad que habíamos tenido desde un principio.

Los días pasaron y ambos sabíamos que pronto viviríamos juntos, ya como vueltos amigos de nuevo, no nos fue difícil aceptarlo. Por supuesto, aún tengo cierta molestia porque no puedo negar lo que siento hacia él, sin embargo, Edgar parece de lo más normal y no tiene problemas con que nos volvamos hermanos.

No sabía en donde nos íbamos a quedar, si en la casa de Edgar y Violette o en nuestra casa, al final nos quedamos en la casa de Violette. Me dieron mi propia habitación y tenía todo preparado, me sorprendió y agradó darme cuenta que Violette se había esforzado bastante en que el cuarto se viera bien.

Junto a mi habitación estaba la de Edgar en el primer piso ambas, por otro lado iba a estar la habitación de Violette y papá en el segundo piso.

Estaba acomodando mis cosas en su lugar cuando tocaron mi puerta, Edgar entró sonriendo sincerammete logrando así sonrojarme ligeramente- ¿adueñándote ya de todo? -preguntó viendo hacia todos lados.

- Sip, le doy mi toque personal -guiñé el ojo y él asintió.

- Se nota -señaló mi diario abierto y lo cerré de inmediato riendo nerviosa- sabes... -agregó y yo seguí haciendo lo mío- siempre he querido un hermano menor o una hermana menor.

- ¿Ah, en serio? -dije sin verlo de frente ya que estaba de espaldas.

- Sí... Lo único que no me imaginé es que mi hermanita menor... -suspiró- fuese la chica que me gustara...

- Eso sonó bastante inces... -no continué porque me di cuenta de lo que me dijo- ¡¿eh...?! -me di la vuelta para verle, pero ya se había ido.

¿Qué fue eso? ¿Una tipo de confesión? ¿Qué clase de confesión fue esa?

Luego de esa confesión, traté de varias maneras evitarlo en todo el día... Y así pasamos la primera semana de vivir en la misma casa. No era por culpa de él, sino porque me apenaba hablarle con normalidad.

En la escuela, hacía lo mismo; pero como siempre, parecía no importarle...

Me dolía...

Hoy no fue la excepción, al anochecer me fui a dormir, aunque el calor no me dejaba. Tenía sed y estas noches de verano son horribles sumados con las ventanas cerradas y como mi querido padre siempre dice: "no sabemos qué clase de pervertido puede haber afuera vigilando".

Sinceramente, no lo tomaba en serio hasta que un sujeto casi me hace de lo peor de no ser por Edgar.

Salí de mi habitación y fui a la cocina en busca de alguna bebida fría o algo así. Cuando fui allá, me topé con el que menos quería en ese momento: Edgar. Traté de escaparme pensando en que como la luz estaba apagada, no me notaría, solo se veía él por la luz del refrigerador, pero una tabla del suelo me traicionó y rechinó.

- ¿Colette? -preguntó él mirándome de pies a cabeza.

- Ah... Yo... Ah... -agaché la mirada sintiendo caliente mi cara- mejor me voy... -murmuré. Di unos cuantos pasos y Edgar me sostuvo con delicadeza la mano.

- Espera... Quería... -medio lo vi de reojo y no pude distinguir bien su expresión por la obscuridad- quería pedirte perdón por haberte dicho eso la semana pasada tan de pronto...

- Edgar... -volví a murmurar y lo miré de frente- ya no importa... -hice un intento de sonrisa, pero de seguro no se pudo ver.

- ¿A qué venías? -preguntó luego de un minuto de silencio.

- Oh, bueno... -aclaré mi garganta- venía a tomar algo porque tenía mucho calor.

- Mm... -él se acercó al refrigerador y me sacó una soda- toma -asentí y tomé la lata.

- ¿Y tú por qué saliste? -él suspiró.

- Tenía también calor... -abrió su lata de su soda y tomó un sorbo- noches de verano, ¿no?

- Noches de verano... -dije riendo entre dientes. Tomamos nuestra soda cada uno en silencio, pero era un silencio agradable, como de aquellos cuando ninguno sabía lo que nosotros sentíamos el uno del otro.

- Bueno... -dijo bostezando- mejor nos vamos a dormir... -cerró el refrigerador y se estiró.

- Buenas noches... -murmuré.

- Buenas noches, niña -murmuró de la misma forma. Quise salir de la cocina, pero me tropecé con la alfombra nueva que compró Violette- ¿niña? ¿Te caíste? -preguntó y escuché sus pasos asomándose.

- No... -dijo irónica- el suelo se veía triste y lo quise abrazar... -escuché una leve risa mientras trataba ponerme de pie, hasta que sentí que algo o mejor dicho alguien cayó sobre mí.

Ambos nos quejamos del dolor y nos miramos el uno al otro. Una hilera de luz proveniente de la ventana hizo que nos viéramos mejor y su mechón de su cabello que cubría su ojo se quitó por completo, gracias a la gravedad.

Edgar hizo a un lado mi mechón que también cubría mi ojo y nos miramos a los dos ojos sonrojados.

Mi reacción ante esta situación fue que mis pulsaciones aumentaran a mil por segundo. Cada vez él se acercaba más a mí mientras que yo iba entrecerrando mis ojos, nuestros labios se unieron en un tierno beso y ambos correspondíamos perfectamente cuando mis manos pasaban por su cuello y las de él por mi cara suavemente.

...

Holaaaaaa bellos lectores y seguidores, sé que no he estado actualizando como lo hacía antes que casi que todos los días lo hacía. Pues bien, eso es porque estoy saliendo de básicos (en Guatemala le decimos así a una parte de la secundaria) y bueno, los maestros están que molestan con las tareas...

Pero no se preocupen que estoy sacando un poco de mi tiempo para actualizar :'3 y bueno solo eso. Bye!

Hermanastros (Edgar x Colette) [BS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora