Hermanastros (Edgar x Colette) [BS]

Cap. 12 Un buen/mal plan

Volvimos a nuestra antigua casa, bueno ni tan antigua porque solo estuvimos una semana afuera. Le pedí repetidamente a papá perdón porque nos fuimos básicamente por mi culpa, pero él seguía diciendo que no fue mi culpa y se culpaba así mismo por una razón que no comprendo muy bien.

Cuando entramos, fue cuando papá colapsó y llamó al trabajo para avisar que no llegaría hoy porque se sentía muy mal. Luego se encerró en su habitación y llevaba consigo una cerveza.

Me sentí pésimo al verlo así, y eso que no era la primera vez que pasaba. Fui a mi habitación y yo tampoco quise ir a estudiar el día de hoy, comimos en silencio y volvimos a nuestras habitaciones, supongo que ambos estamos con el corazón roto. Así pasamos el resto del día, hasta que llegó la noche...

Estaba a punto de dormir, cuando escuché que tocaban la ventana. Ver la figura de Edgar me hacía sonreír involuntariamente. Le abrí la ventana dejándolo pasar y nos sentamos en la orilla de mi cama.

- ¿Byron se siente mal? -me preguntó y asentí. 

- Se siente fatal... ¿Y Violette? -él suspiró.

- Está viendo la película de Titanic repetidamente y fue bastante fácil escaparme de casa el día de hoy... -hice una medio sonrisa y volvió mi expresión triste.

- Yo haría lo que sea por mi papá... ¿Tu harías lo mismo por tu mamá?

- Sí, lo haría...

- ¿Incluso renunciar a mí o a lo nuestro...? -soltó otro suspiro y miro el piso.

- No lo sé... ¿Y tú? -pasé mi mano por mi cara.

- Sí... -susurré y pude ver como su expresión seria y neutral de siempre cambió totalmente a una cara de sentimentalismo- por eso... Creo que debemos dejar las cosas como lo que somos y seremos pronto: hermanos -él asintió.

- Como quieras entonces -dijo con su tono molesto y salió por donde entró.

Mi pecho empezó a doler y mis lágrimas llenaron mis ojos en un instantes. La picazón en mi nariz fastidiaba y empecé a llorar en silencio para no alarmar a mi papá y para que Edgar no me escuchara y volviese diciendo que estoy arrepentida.

Y sí, estoy muy arrepentida.

Arrepentida de que por mi culpa papá dejó a su segundo amor.

Arrepentida de haber retado a Violette.

Arrepentida de dejar que mi amor se fuera así como así...

Al día siguiente, le escribí a Edgar para que nos encontráramos y así, unir de nuevo a nuestros papás.

Estaba aún enfadado conmigo, pero disimuló. Luego de haber hecho el plan, regresamos cada uno a nuestra casa. Hoy papá sí fue a trabajar y llegó hasta la cena.

Mientras comíamos empecé a hablar:

- Pensé que para sentirnos un poco mejor... Podríamos ir a comer helados, hace poco abrieron un heladería que no está muy lejos -papá hizo una medio sonrisa y respiró profundo para luego soltar todo el aire.

- Me gusta la idea... -hizo otra medio sonrisa y le respondí de la misma forma.

El fin de semana llegó y como habíamos planeado con Edgar, ahí estaban Violette con él. Papá no tardó en darse cuenta de la presencia de ambos y se puso tenso.

- Creo... Creo que mejor nos vamos -trató de irse, sin embargo le sostuve el brazo.

- No, debes hablar con ella -mi papá me miraba con sorpresa- te dije que tenías derecho a seguir amando y si eso significa renunciar a mi amor, soy capaz de hacerlo.

- Colette... Yo... No sé qué decir... -negué con mi cabeza haciendo que se calle.

- No importa papá, te quiero mucho y estoy dispuesta a dejarlo todo por ti -mi papá sonrió con ternura y fue a hablar con Violette quien estaba igual de sorprendida como lo estuvo papá hace unos segundos.

Edgar se me acercó con una mueca y dijo:

- Supongo que aquí acaba todo, ¿no? -suspiré asintiendo- bien... Adiós -dijo cortante y lo detuve sosteniendo su bufanda.

- Perdóname... -murmuré y asintió levemente- y además... -me miró con cierta esperanza y me mordí la lengua- Antes de quedar así... Quiero saber cómo rayos haces para que tu bufanda se mueva por sí sola -él soltó una risita y luego me miró con arrogancia.

- No tienes remedio... -soltó un suspiro- eso pasa porque... Ni siquiera yo sé, mi papá me lo dejó de regalo cuando era pequeño.

- Ah... -dije entendiendo- bueno...

- ¿Bueno?

- Bueno... Adiós, hermano -le di la espalda y salí del local viendo por la ventana a mi papá sonriendo al hablar con Violette. Supongo que muy pronto resolverán sus diferencias...

Espero que lo hagan....

Quiero eso....

¿Verdad?

Espero que no lo hagan...

¡No quiero eso!

¡Maldita bipolaridad!

Unos meses más tarde...
Hace unos dos meses, papá le pidió matrimonio a Violette y han estado haciendo preparativos. Mañana se casarán, pero estamos en nuestra casa de antes (por cierto, volvimos a vivir con Edgar y Violette) porque Violette cree en eso de: "es mala suerte que el novio vea el vestido de la novia antes de la boda".

Papá parece entusiasmado y no lo culpo, se casará por segunda vez, algo totalmente nuevo.

- Mira papá -le dije saliendo de mi habitación- ¿qué tal me veo?

- Muy hermosa -dijo sonriente- ¿para qué escoges un vestido un día antes? ¿Por qué no tomas cualquiera mañana y te lo pones? Con cualquiera te verías magnífica.

- Exageras pa'... -dije riendo entre dientes- además, si me pusiera cualquiera le quitaría lo importante a la ocasión.

- Como quieras... -papá me revolvió el cabello con su mano.

De pronto tocaron la puerta y fui a ver quién era. Mostré mis colmillos en cuanto la vi sin contener mi emoción.

- Hola... -dijo haciendo un intento de sonrisa.

- ¡Mami! -grité y me abalancé para abrazarla.