Después de aquellos días repletos de dramas infinitos, viene una parte hermosa de mi vida. Después de literal, suplicarle a la vida que me dejara ser feliz y que ya lo había conseguido, ahora venía la parte en que le suplicaba al amor que me diera tiempo para respirar porque me pasaban tantas cosas buenas que parecían increíbles.
Pasaron muchos años para que pudiera tener a mi confidente, a esa persona que por la más mínima tontería me hacía reír, soñar y estar feliz todo el tiempo. Nuestra historia parecía cuento de hadas porque estábamos todo el tiempo de enamorados, diciéndole a todos lo mucho que nos queríamos y un día de pronto decidimos hacerlo público para todo el mundo, eso sería algo interesante y divertido que Édgar planeó.
El quería contárselo a mi familia y no sería yo quien se lo impidiera, así que una tarde que estábamos hablando se decidió crear un evento en redes sociales para ese día que todos asistieran, hablarles del bonito acontecimiento. Y fue genial porque todos estaban entusiasmados con la idea. ¡Hasta mi padre lo estaba! Y el casi nunca se entusiasma con nada a menos que tenga demasiada importancia para el lo que sea que vaya a escuchar o que esté haciendo.
¿Se dan cuenta de lo loco que sonaba aquello? Un evento, y no, no era nada más de crear la publicación en redes sociales, no señor. El joven estaba planeando comprar comida, hablar con mi papá y con mi abuelita y contarles lo que estábamos viviendo. Fue un impacto bastante fuerte para mi porque no lo esperaba, la verdad.
Siempre pensé que viviría un cuento de hadas, pero en aquél momento la vida me lo estaba demostrando. Un evento, un chico formal, inteligente, guapo, amable, educado... ¿qué más podía yo pedirle a la vida en ese instante?
Nada, no podía pedirle nada más a la vida porque lo tenía todo. En verdad, tenía amigos que se habían quedado conmigo, tenía al gran amor de mi existencia haciéndome feliz todo el tiempo, tenía a mis sobrinas, a mis hermanos y a mi papá. ¿qué más podía faltar para que ese momento del evento fuera perfecto?
En ese momento justamente lo supe. Una gran sorpresa. ¿Y cuál sería esa sorpresa? Galletas horneadas, o si.
Y no, no sería yo quien las haría. Las galletas correrían por cuenta de mi tía.
Una tía que al contarle mis planes sonrió encantada y me dijo que si, que claro que haría esas galletas y para mi fue perfecto ese momento. Así que lo planeamos, nos divertimos muchísimo en el proceso porque lo más importante de aquéllos días era que nos volveríamos a ver otra vez.
Recuerdo que esos días mi impasiencia no tenía límites, nunca me había emocionado tanto por ver a una persona o por pasar tiempo con alguien, pero aquélla vez fue simplemente perfecto. Recuerdo como le pedí tantas veces a la vida que me hiciera ese sueño realidad pero por una o por otra cosa nada más no funcionaba, solo que aquellos días por lo visto mi destino era ser y estar feliz todo el tiempo. El día que toda mi familia supiera lo que estaba pasando, sería un día perfecto, un día de esos que jamás iba a poder olvidar.
Y en verdad estaba demasiado contenta. ¿quién diría que aquél 10 de junio mi vida iba a cambiar tanto? Digo, podía ser que cambiara en uno que otro aspecto, pero mi vida sentimental dio un giro radical, la relación con la familia con la que antes no hablaba empezó a cambiar un poco, de verdad estaba demasiado contenta, nunca pensé conseguir tanto en tan poco tiempo. Estaba demasiado feliz, había conseguido por fin realizar uno de mis tantos sueños. Esa persona por la que había esperado tanto tiempo, por fin después de mucho esperar me había dicho que si, y al parecer el también sentía lo mismo que yo. Nunca podré decir que igual, porque eso no lo sé, pero al parecer si sentía algo, por su forma de expresarse, de ser, de mostrarme un minuto tras otro todo lo que me quería y todo lo que podríamos hacer juntos.
Un par de días antes de aquél evento, hablé con una de mis amigas, la que ya sabía todo desde el principio. Me dijo que únicamente disfrutara, que fuera feliz, que viviera al máximo y que nunca borrara mis recuerdos.
-Mereces ser feliz pequeña, además por lo que he visto el también te quiere a ti, disfrútalo mucho y se feliz, que eso es lo más importante.
Yo no sabía que pensar ni como sentirme, y es que aquello parecía un cuento de hadas, un cuento de hadas sin final, que había empezado de un momento a otro, cuando menos lo esperaba.
-Ya es tu turno de ser feliz, Luna. Ya dejaste pasar muchos años. Tienes derecho a sentir, a vivir, a experimentar y a que te quieran. También tienes derecho a querer y tú sabes que el te quiere, lo sabes y lo sientes. Deja que tus sentimientos sean los que hablen esta vez, deja de ser tan fría y tan seria, lucha por ese momento perfecto donde él y tú puedan ser felices sin tener que pensar en los demás. Luchen por ese amor que tienen ahora y nunca dejen que nadie les diga que está mal. Disfruten este momento que les regala la vida porque no sabemos que les deparará el destino después.
El día 14 de julio experimenté un sentimiento de enojo muy fuerte aunque si me preguntan, fue demasiado sin sentido ahora que lo pienso.
Pero también estaba demasiado exaltada, tanto que mejor le pedí a mi abuelita que me llevara de paseo, sabía que mi pasiencia ese día era mínima, que mis ganas de verle eran gigantes y que tenía que distraerme por unas horas para no pensar, así que me fui a casa de unas tías y aunque hablaba con el por twitter, nunca pensé que el tiempo se me pasaría tan lento.
Estaba tan contenta que incluso probé una sopa de verduras, hablé con mis tías sobre mi mamá y justo después de las 8 de la noche mi padre fue por mi.
Primero fuimos a casa de mi abuelita y ahí me tienen, como mujer impaciente y decesperada pensando que ya casi era la hora, que necesitaba verlo, escucharlo, abrazarlo... ¡Por dios! Jamás había experimentado tal sentimiento en mi vida además de ese día.
Después de como media hora de saber que el ya estaba en mi casa, mi padre por fin se decidió a que nos fuéramos y ese día sentí que su camioneta avanzaba lentísimo. Fue una sensación demasiado extraña, pensé que todo iba muy lento, tanto el tiempo como el viaje.
Y justo cuando llegamos, escuché su voz y les juro que mis terminaciones nerviosas se alteraron y se alteraron muchísimo.
Me bajé de la camioneta aunque estaba encendida, es que no podía esperar.
Bajé de ahí, escuché su voz y corrí a abrazarlo, no tienen ustedes idea de lo reconfortante que fue para mi ese momento, ahí, justo ese día sentí que había encontrado a mi alma gemela, esa que en todo momento y a todas horas estaba haciéndome feliz, me hacía reír, me alegraba todo el tiempo y lo más bonito era que ¡si era para mi!
Era mi ángel guardián, mi alegría más grande, mi sueño perfecto.
Tenía tantas ganas de verlo que esos momentos parecieron pequeñísimos, hablamos tanto, nos divertimos tanto y fuimos tan felices aquél día y aunque estábamos nerviosos por el evento, sabíamos que sería genial, que todos lo disfrutarían igual que nosotros.
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el día que todo cambió.
RomanceUn día tienes todo lo que te gusta, lo que crees que quieres y lo que aparentemente amas. Pero de pronto llega alguien que te cambia el destino totalmente, que te hace volar con solo tomar tu mano y entiendes que tu vida es únicamente un instante. q...