el día que todo cambió.

No todo es como parece

Seguramente todos pensarán, que el amor únicamente es vivir felices y comer perdices, cierto? pero no, señores. Yo venía de un amor diferente, lleno de cosas buenas, agradables donde casi nunca chocábamos, éramos justos en todo, tal vez porque éramos diferentes y nos complementábamos de muchas formas. ¿Pero que pasa cuando literalmente discutes con una persona muy parecida a ti?
Lo primero es  llorar hasta decir basta, pero créanme, era tan rara mi actitud que juro que parecía estar enamorada por primera vez.
Fue un malentendido lo que nos hizo discutir unos días  después de iniciar mis propedéuticos, no recuerdo el por que, pero  discutimos y me sentí como si me hubieran matado a un gatito. Yo soy demasiado fan de esos animales, por eso lo digo.
Me sentí triste todo ese día, no tenía ganas ni de comer, estaba enojada conmigo misma, porque aunque me costaba mucho ponerle un alto a la situación, yo era muy orgullosa, y prefería que el lo arreglara, total, ¿qué podía pasar?
LO único que si pasó es que en casa me preguntaron que que estaba sucediendo, porque supongo que en la cara se notaba totalmente lo que me pasaba y yo no soy buena ocultando secretos.
si había algo que me caracterizaba en aquel tiempo, era que todos mis amigos me decían la chica de hielo, por mi forma tan... fría de ver las cosas.
Pero aquél día si lloré en serio, aunque fue una pelea de lo más pequeña a mi me dolió en el alma, pero en aquel momento comprendí, que de la chica de hielo solo quedaría la historia. NO más. 

Era bastante triste darme cuenta justo entonces, que el amor no solo es ver las cosas buenas del otro, también había situaciones y problemas que afrontar, y estaba segura de que de esos habría muchos, lo que no sabía es si en realidad esa relación sería capaz de afrontarlos todos. 

Hubo muchas altas y bajas, pero yo intentaba consentrarme en todo lo bueno, en las cosas que valían la pena. aunque supongo que ese fue mi más grande error, solo ver lo bonito, lo que creía yo que me ayudaría a soportarlo todo. 

Era tan patética intentando no ver defectos donde si los había, intentando limpiar las discusiones con un: si, fue mi culpa, lo siento. 

Me quedé tan enagenada con su forma de ser y con la forma que tenía de ver las cosas que nunca me di cuenta que me estaba haciendo un daño también a mi misma. 

en esos días comprendí que el enamoramiento dura pocos meses, que luego las peleas van haciendo que todo se vuelva más frío, más oscuro, más gris...