el día que todo cambió.

el anuncio oficial de un nuevo comienzo

El 15 de julio amaneció soleado, y era un día muy especial. No solo por que ese día sería el evento más esperado, sino porque empezaría mi día a su lado y eso para mi era increíble. Estaba muy contenta, había buscado incluso unos zapatos de tacón que pudiera usar para la ocación, porque me sentía demasiado eufórica, sabía que iba a disfrutar mucho aquél día y que mejor que arreglarme con ropa bonita.

Estaba tan feliz que incluso me costó mucho comer esa tarde, y es que sabía que mi familia estaría a la expectativa para ver que sucedía, yo también lo estaba, eso no puedo negarlo, pero al menos no tendría yo sorpresas en ese momento, y ellos si. Ellos por fin sabrían que nos queríamos, por fin haríamos público lo que teníamos y eso para mi era lo más importante.

Así que justo aquella tarde nos fuimos de compras para tener listo todo para aquél convivio que lo cambiaría todo, de eso estaba segura. Mi padre nos acompañó a hacer las compras y la verdad que fue demasiado divertido. Yo me compré incluso unas bebidas y unos pasteles de chocolate, compramos comida, compramos todo lo que hacía falta y luego volvimos a casa para prepararlo todo.

Un día antes, cuando estuve en la casa de una de mis tías, el evento había sido algo demasiado esperado.

Todos estaban diciendo que ya habían confirmado su invitación, que si vendrían y eso me daba demasiada alegría, era la primera vez que la familia se interesaba en algo que tuviera que ver conmigo.

-¿Vas a ir al evento? Preguntaban.

-Si, yo ya confirmé. ¿tú confirmaste?

-¡claro1 tengo trabajo temprano pero veré si me da tiempo de llegar.

Esas eran las conversaciones que fluían en ese momento mientras comíamos.

Y es que como no se iban a interesar, si era la primera vez que alguien de la familia tenía un novio educado, amable, responsable y que estuviera cursando una carrera, no es por exagerar, pero la mayoría de mis primas tienen novios y esposos que ni siquiera han terminado la preparatoria, así que para mi era un orgullo que pudieran conocer a este galán que me había robado el corazón completamente.

Poco a poco fueron llegando todos, mi abuelita, mi papá, mi tía, una de mis primas y unas pequeñas sobrinas. Estábamos demasiado contentos mientras comíamos y además estábamos anciosos, ya casi íbamos a decir lo que se tenía que decir y eso me hacía demasiado feliz, es que no todos los días se pide permiso para ser novio o novia de alguien de esta forma tan particular.

Recuerdo que estábamos todos juntos en un lugar, me parece que fue la cocina/comedor de mi casa y ahí, de pronto Édgar se levantó de donde estaba y empezó a hablar con voz clara y profunda.

-Hola a todos, los citamos aquí por que queremos hacerlos partícipes de algo importante y algo bonito para nosotros. Básicamente el motivo de esta pequeña reunión y de la comida que organizamos es porque queremos celebrar este acontecimiento que es importante para nosotros, pero bueno; sin tanto que decir, a lo que venimos el día de hoy.

Sin tanto show, desde hace un par de semanas, casi más de un mes, entre Luna y yo su servidor se comenzó a dar algo bonito, algo especial, algo mágico y hoy queremos anuciárselos a ustedes de forma especial.

Yo creo en mi práctica particular, siempre he tomado mucho en cuenta a la familia y esa es la razón por la cuál los cité aquí, yo estoy interesado en su sobrina, su nieta, su hija. (dijo esto señalando a mi tía, a mi abuelita y a mi papá) Y precisamente por eso es que quiero preguntarle primero a usted señora, si me permitiría estar con ella. El poder ser su novio, quererla y ver que sucede más adelante.

Inesperadamente, mi abuelita con el encanto que le caracteriza lo único que dijo fue: ¡Me parece perfecto!

Y desde ese momento mis ojos se llenaron de lágrimas de felicidad, ella lo aceptaba, ella aceptaba al ser que más alegraba mi vida en ese momento y eso me hacía demasiado feliz.