Capítulo 12: Dudas y una injusticia (Actualizado)

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No puedo evitar sentirme confundida mientras me alejo del escándalo

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No puedo evitar sentirme confundida mientras me alejo del escándalo. La forma en que Alfonso me defendió de Sol me sorprende, pero también me hace dudar. A pesar de lo que ha hecho, hay una parte de mí que se pregunta si todo esto no es más que un truco. Alfonso tiene una manera de hacerme sentir como si realmente le gustara, pero las dudas no me dejan en paz.

Mientras Dulce y Christian conversan, me pierdo en mis pensamientos. Miro por la ventana del coche, sobrepensando. El hecho de que él se haya quedado en el baño más tiempo me hace pensar en que Alfonso puede estar fingiendo.

Me pregunto si realmente le gusto. Sus acciones parecen sinceras, pero no puedo evitar pensar que todo puede ser una trampa. Me gustaría creer que es diferente, que realmente está atraído por mí, pero la incertidumbre me abruma.

Cuando finalmente llegamos, entro, me lanzo sobre el sofá y dejo escapar un suspiro. Me siento agotada, como si el simple hecho de pensar en esta situación me hubiera drenado toda la energía.

Christian avisa que va a darse un baño. Dulce se sienta a mi lado y me mira, con una expresión de preocupación.

—¿Qué te pasa? —me pregunta—. Toda la noche has estado en tu mundo. Se supone que deberías estar concentrada en enamorar a Alfonso, pero te veo más distante con él, más evasiva. ¿Qué pasó en el baño?

La miro mal, irritada por la cantidad de preguntas.

—Dios mío, ¿qué tantas preguntas haces? —exclamo, dejando escapar una risa nerviosa—. Nada, en el baño, pues... nos besamos de nuevo.

Dulce suelta un gritito.

—¡Cállate! —le digo, mientras le doy un zape.

—¿Cómo? ¿Y qué más pasó? —me interroga, con un brillo travieso en los ojos.—Algo más pasó, porque te estoy viendo —añade riendo.

—Fue súper excitante.

—¿Qué? ¿Qué hicieron? —Dulce vuelve a gritar, claramente emocionada.

—Nos toqueteamos, me besó el cuello.—suspiro encantada y ella abre los ojos emocionada.—Pero en ese momento, la idiota de Sol entró, arruinando el momento y comenzó a hacer un drama horrible, como siempre.

—Que raro, no se escuchó absolutamente nada afuera.—comenta Dulce confundida.

—Bueno, no sé —respondo—. El caso es que tengo algunas dudas sobre la venganza y sobre cómo está actuando Alfonso, porque aunque, según él, siempre le he gustado, no puedo evitar pensar que esto puede ser una trampa.

Siento un nudo en el estómago al mencionar la posibilidad de que Alfonso aún esté con Sol. Tal vez ella quiere hacerme algo y él realmente la está ayudando.

Dulce me observa, comprendiendo mi inquietud.

—A veces, las cosas no son lo que parecen —dice, intentando calmarme—. Pero quizás te estás preocupando en vano.

𝘿𝙖𝙣𝙜𝙚𝙧𝙤𝙪𝙨 𝙒𝙤𝙢𝙖𝙣 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora