Capitulo 13: La celda de Gala (Actualizado)

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Nunca en mi vida pensé que la envidia pudiera llegar tan lejos

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Nunca en mi vida pensé que la envidia pudiera llegar tan lejos. Porque no hay otra forma de describirlo. Lo que he vivido no se puede reducir a un simple conflicto entre dos adolescentes. No. Es algo más oscuro, más retorcido. A veces, me pregunto cómo una persona a la que inicialmente no le haces nada, que ni siquiera conoces, puede convertirse en la causa de tu sufrimiento.

Recuerdo el primer día que llegué a la escuela. Era un lugar nuevo para mí, lleno de caras desconocidas y pasillos que olían a un combinado de libros viejos y frescura. Me apunté en la misma escuela donde estaba ella, sin pensar en lo que eso podría significar. No tenía idea de que Sol sería el principio de mi tormento. Solo quería una oportunidad, un espacio donde pudiera ser yo misma y forjar nuevas amistades.

Al principio, todo parecía normal. Las primeras semanas se deslizaron suavemente, como un río tranquilo. Yo me esforzaba en mis clases, participaba en actividades extracurriculares y me dejaba llevar por la emoción de un nuevo comienzo.

Sol, la famosa reina del lugar, era todo lo que una adolescente podría desear ser: popular, hermosa y, sobre todo, imponente. A medida que pasaban los días, comencé a notar miradas furtivas en mi dirección, murmullos que se desvanecían cuando me acercaba. Las sonrisas que antes parecían genuinas comenzaron a ser delgadas como el hielo, y la sensación de que había algo más, algo siniestro, empezó a enraizarse en mí.

Recuerdo aquel momento específico, cuando vi a Sol en el pasillo, rodeada de su grupo de amigas. Hablaban y reían, y cuando notaron mi presencia, la risa se detuvo. Un escalofrío recorrió mi espalda. ¿Qué estaba pasando? No había hecho nada para provocarlas, nada que justificara esa hostilidad.

Así comenzó la guerra silenciosa. De un día para otro, Sol hizo de mí su objetivo. Empezó con cosas pequeñas: comentarios despectivos, risitas a mis espaldas y miradas de desprecio. Al principio, pensé que era una fase, algo pasajero. Pero con cada nuevo episodio, cada nuevo ataque, me di cuenta de que la situación se intensificaba.

La envidia era un monstruo que se alimentaba de su inseguridad. En su mente, yo era una amenaza. La idea de que alguien pudiera brillar más que ella la consumía. Se volvió cada vez más creativa en su malicia, encontrando formas de arruinar cada rincón de mi vida. La sala de clases se convirtió en un campo de batalla, y su arma favorita eran los rumores. "¿Has visto lo que lleva Anahí? ¿Por qué se viste así?" Eso se transformó en un eco constante, resonando en cada pasillo, en cada esquina.

Lo que comenzó como simples burlas pronto escaló a algo mucho más serio. Las redes sociales se convirtieron en su aliado, un lugar donde la crueldad se disfrazaba de comentarios "inocentes". Publicaciones que me ridiculizaban, fotos manipuladas que mostraban mi peor ángulo, y un sinfín de mensajes que hacían eco de lo que pensaba y decía. A veces, me preguntaba si alguna vez había algo más que la pura y amarga envidia que la motivaba. ¿Era yo realmente tan amenazante?

𝘿𝙖𝙣𝙜𝙚𝙧𝙤𝙪𝙨 𝙒𝙤𝙢𝙖𝙣 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora