Capitulo 4: Venganza (Actualizado)

240 18 8
                                    

Llego a casa junto a Dulce, cubriéndonos con nuestros abrigos gruesos mientras la lluvia fría empapa las calles

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Llego a casa junto a Dulce, cubriéndonos con nuestros abrigos gruesos mientras la lluvia fría empapa las calles. El viento helado nos hace apresurar el paso, ansiosas por llegar al calor del hogar. Al entrar, saludo a mi madre rápidamente antes de subir las escaleras con mi amiga, dejando un rastro de gotas en el suelo.

Mi habitación es acogedora, con una ventana que muestra el cielo gris y lluvioso. Las luces tenues y el olor a velas perfumadas crean un ambiente íntimo y relajante. Nos sentamos en la cama, todavía sintiendo el frío en nuestros cuerpos.

—Ya es hora de planear la venganza —digo con una voz baja pero firme, mirando a Dulce con determinación en mis ojos.

—¿Qué tienes en mente? —pregunta, intrigada y expectante.

Me muerdo el labio inferior, mis pensamientos corriendo rápidamente.

—Pues, según lo que entendí en la fiesta de hace unos días, Alfonso dijo que yo despierto los celos de Sol. Me quedé pensando en eso, en la forma en que lo dijo, y en las circunstancias en las que estábamos. Tiene que ver con él.

—¿Piensas ponerla celosa? —pregunta levantando una ceja.

—No.— niego con la cabeza.—Mejor aún.—sonrío traviesa.—Pienso quitárselo.

—¿Qué?—Dulce se ríe suavemente.—Atrevida.

—Cuando ella me ve cerca de Alfonso, se siente súper insegura. Hace unos shows que tienes que ver, y eso puedo usarlo a mi favor. Esta será la primera fase de la venganza.

—¿Y cuál es la segunda? —pregunta Dulce, con ansias.

—No comas ansias, pronto lo sabrás —le respondo, sonriendo de manera enigmática.

Luego de eso, Dulce y yo nos ponemos a ver una película. Recorro la lista, buscando algo que ambas disfrutemos.

—¿Qué te parece Titanic? —propone con una chispa de emoción en sus ojos.

—¿Titanic? —repito, sorprendida. —¿Quién pensaría que a ti te gustaría ver Titanic?

—¡Oye! También tengo un lado sensible, ¿sabes? —responde Dulce, cruzando los brazos con un puchero.

Nos reímos mientras pongo la película. El familiar sonido de la música de James Horner llena la habitación mientras nos acomodamos con unas mantas.

Durante la película, Dulce se gira hacia mí con una idea en mente.

—¿Y si nos hacemos un tatuaje? —dice, con una chispa de emoción en sus ojos.

—¿Un tatuaje? ¿Qué? —pregunto, volteando a mirarla.

𝘿𝙖𝙣𝙜𝙚𝙧𝙤𝙪𝙨 𝙒𝙤𝙢𝙖𝙣 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora