Christian y yo llegamos a casa. Él no ha dejado de preguntarme sobre Maite en todo el camino. Finalmente, después de cerrar la puerta detrás de nosotros, me detengo en el pasillo y lo miro, entrecerrando los ojos.
—¿Qué pasa? ¿Te gustó? —le digo, con un tono un poco más serio de lo que esperaba.
Christian se encoge de hombros, aparentemente despreocupado, pero hay una chispa en sus ojos que no puedo ignorar.
—No, solo curiosidad —responde, evitando mi mirada.
—Te gustó, te conozco —insisto, cruzándome de brazos.
Él suspira, finalmente enfrentando la conversación.
—Chris—agrego.—Maite es menor de edad y aparte, tú tienes novia y estás a punto de casarte —le recuerdo, con un tono firme.
Respira profundamente antes de responder.
—¿Para qué te miento? Sí, es que... No te voy a decir que me gusta porque es la primera vez que la veo, pero... Qué chica tan linda.
Lo dice con una expresión de ensueño, como si estuviera recordando un momento particularmente agradable. Lo miro y ladeo la cabeza sonriendo.
Soldado caído.
—Ay, Chris.—digo negando con la cabeza.—Maite es buena chica, pero lamentablemente tú y ella no pueden tener absolutamente nada.
Me doy la vuelta y empiezo a subir las escaleras hacia mi habitación. Sin embargo, su voz me detiene.
—Pero por lo menos háblame sobre ella. Eso no tiene... nada de malo —dice, con un tono casi suplicante.
Suspiro, sabiendo que esta conversación no va a terminar tan fácilmente. Me dirijo al sofá de la sala y me siento, dando una palmadita al cojín a mi lado, indicándole que se siente.
—Bueno, Maite es muy buena gente, demasiado diría yo. También es bastante tímida. Muchas personas piensan que es odiosa simplemente porque su timidez casi siempre no la deja entablar una conversación normal con alguien.
Christian me mira con curiosidad, esperando más detalles.
—En conclusión.—agrego.—Maite es la persona más buena que conocerás en tu vida. Pero, como todo el mundo tiene su lado malo.
—¿Y cuál es su lado malo? —pregunta, con una leve sonrisa.
—Es la hermana de Alfonso Monet.
Christian me mira con una sonrisa más amplia y dice:—¿Alfonso Monet, el chico que te molestaba y que ahora quieres seducir?
Asiento y le digo:—Sí, justo ese chico.
Christian se inclina hacia adelante, interesado.
—Entonces, Alfonso es el chico que estaba con ella cuando te fui a buscar.
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𝘿𝙖𝙣𝙜𝙚𝙧𝙤𝙪𝙨 𝙒𝙤𝙢𝙖𝙣 ©
Literatura Feminina"No hay redención para los culpables, solo un sendero oscuro y sangriento que yo misma trazaré." Primera Etapa | 17/20 Segunda Etapa | 0/20