56. Disuasión

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Alexa: Y fue entonces, cuando todo empezó a caer en picada...

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Cole quedó atónito mirando la pantalla de la televisión, había invertido todo el dinero que tenían en el proyecto TITÁN de KORE, se suponía que era seguro, ¿qué demonios había pasado?

Su teléfono vibró en la mesita de noche y lo desbloqueó para leer el mensaje, que acababa de entrar a la bandeja.

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  James: Lo siento, amigo...
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Tres palabras, tres malditas y miserables palabras, fueron suficientes para entender el engaño en el que había caído, no tenía que ser un genio para darse cuenta que al final su padre había chantajeado de alguna manera a Kendrick para que lo traicionara, dándole aquel proyecto que sabía estaba destinado a fracasar.

Alexa lo vio ir y venir en la habitación,  no se le ocurría nada bueno qué decirle, estaba tan impactada como él, pero sabía que en su caso la incertidumbre era mayor, porque después de tenerlo todo para triunfar, ahora todo conspiraba en su contra. Cole dejó de vagar y se dirigió al armario, sacó unos vaqueros,  una chaqueta y se los puso.

—Tengo que salir...
—No deberías irte en el estado en que te encuentras... —lo agarró de la ropa e intentó hacerlo entrar en razón.
—Estoy bien –contestó de forma automática, pero no lo estaba, besó su frente y al irse un enorme desasosiego se apoderó de él, mientras pensaba qué haría a continuación.

Mientras conducía se preguntaba sobre dónde ir primero; quería partirle la cara a James, por supuesto, pero eso no arreglaría nada. Kendrick, como cualquier otro ser humano había decidido bajo coacción lo que era mejor para sí mismo y en este caso, los suyos: Sacrificar su amistad de tantos años por un bien mayor. Entonces ¿qué podría hacer él? Condujo por un rato sin rumbo y antes de darse cuenta estaba frente a la mansión de su madre.

Al entrar, se topó de frente con la última persona que pensó ver.

—¿Qué haces aquí? —el hombre le dirigió una media sonrisa cargada de desdén.
—Tu madre necesitaba que me hiciera cargo de algunas cosas. —eso lo alertó, Barrett era un hombre grande y robusto con una actitud de mierda, tambien era el hermano de su madre, aunque ella no estuviera dispuesta a admitirlo en público.  El estómago se le revolvió, Corine solo lo llamaba para que hiciera el trabajo sucio por ella.
—¿Donde está mi madre? —Barrett le hizo un gesto para que lo siguiera.

Como siempre su madre estaba relajándose tranquilamente en su lugar feliz, tomando sus elixires de juventud mientras escuchaba música relajante. Así era Corine, nada parecía perturbarla nunca. 

—¿Qué hace él aquí? —preguntó en cuanto estuvieron solos, haciendo referencia a Barrett
—Agatha continúa con sus achaques y problemas de glucosa, así que pensé en llamarlo para que se ocupe de algunas tareas.
—Pensé que Colter te había dicho que no lo quería volver a ver por aquí después de la última vez. —en esa ocasión Corine le había pedido hacerle una visita a Victoria, la actual mujer de Colter, visita en la cual el hombre dejó sobre la cama de la chica a su mascota una gata angora turca completamente desollada. 
—Lo sé, pero estará bien si no lo ve, ¿no es así? —ella hizo un gesto con la mano, no quería seguir con ese tema— No te esperaba tan rápido, pensé que aun estaban de luna de miel. Cuéntame, ¿qué tal la vida de casado? —dijo con un tono descarado.
—Mi matrimonio marcha sobre ruedas, madre; vine aquí solo para que le hagas llegar un mensaje a mi padre; la próxima vez que se reúnan para conspirar contra mí, dile que puede abandonar todos sus intentos de vulnerarme, porque no logrará hacer que cambie de opinión.
—No sé de qué estas hablando, ¿qué hizo tu padre? —fingió desconocimiento.
—¿Me vas a decir, que no estabas al tanto de la trampa que me puso con Inversiones Kore?
—¿La empresa que desfalcaron? —su asombro parecía genuino.— Oh Cole... No te pongas así, cielo, no creo que Colter pudiera llegar tan lejos, sé que tu padre tiene métodos un poco cuestionables para lograr sus propósitos, pero no creo que llegara a esos extremos y si asi fuera, estoy segura de que en el fondo, solo sería velando por tu bienestar.
— Soy un adulto, creo que estoy en edad para saber lo que es bueno o malo para mí.
—Cariño, date cuenta,  lo que estás haciendo es una locura, haz luchado tanto para que tú padre te reconozca y cuando lo lograste, lo echaste todo por la borda. —su rostro de desfiguró en una mueca de desprecio— Colter puso al hijo de esa mujer en el lugar que era tuyo. —Cole se imaginó que algo así pasaría, Colter quería provocarlo usando a su hermano Cael como una pieza de ajedrez, por eso no se sorprendió, de hecho ya se lo esperaba; a esas alturas tampoco daría su brazo a torcer.
—Me casé con la mujer que siempre he amado, no me arrepiento de hacerlo  y nunca lo haré, ¿por qué no pueden aceptarlo?
—Aún estás a tiempo, discúlpate con Colter, yo misma me ocuparé de buscarte un buen matrimonio,  una chica de buena familia, tal y como tiene que ser. —se le acercó y descansó las manos en su pecho, una táctica que siempre le había funcionado para amansarlo— Eres un Dunn, te aseguro que todo se resolverá si cumples con los designios que el legado familiar tiene para ti.
—¡Madre, entiende! —se la quitó de encima hablando ya con enojo— ¡no voy a divorciarme de Alexa!, no importa lo que tú o mi padre hagan, amo a Alexa y no le haría algo así, nunca. —Corine respiró hondo y cambió de táctica.
—Tienes razón, hijo, hazlo a tu manera, —con gracia se retiro de su lado ignorando su desaire— pero si te cansas de luchar, recuerda que aquí estaremos ofreciéndote una salida. Al fin y al cabo, somos tu familia.

Tres horas después Alexa lo vio atravesar la puerta, sus hombros caídos y el semblante amedrentado, le comunicaban lo que él no le decía con palabras. Ella lo abrazó, a veces se gana, otras se pierde, pero al menos, se tenían el uno al otro. Ella quería transmitirle todo el consuelo que pudiera a través de aquel abrazo.

—Hable con mi madre... —comenzó a relatarle.
—¿Fuiste a ver a Corine?—inmediatamente un nudo se instaló en la boca del estómago de Alexa.
—Iba a ver a James, pero me di cuenta que no tenía caso. Todo lo que esta ocurriendo, estoy seguro, es obra de Colter, no permitirá que nos salgamos tan fácilmente con la nuestra. Quieren obligarme a que renuncie a ti y me case con quienes ellos me dictaminen, insisten en que llevar la contraria a sus deseos solo nos traerá calamidades.  —Alexa agradeció su sinceridad, en ese momento sintió que ambos tenían algo bueno. Apretó los puños dándose valor para hablar.

—Si estas considerando  terminar nuestro matrimonio, lo entenderé. Solo te pido que si es así me lo digas, no me enojaré, eres un hombre práctico y sabes lo que te conviene.
—¿Estaría eso bien para ti? ¿Quieres tú divorciarte de mi? —Cole pudo ver como su ceño se fruncía de tristeza.
—¡Claro que no!,  pero sé que se avecinan dificultades y que no estamos preparados, asi que quiero corresponder tu sinceridad. Si crees que casarnos fue una mala decisión y quieres el divorcio estoy dispuesta a dejarte en libertad, no porque no te ame, sino porque te amo demasiado como para arrastrarte a la oscuridad que nos espera. —Cole de inmediato procedió a sacarla de su error. La agarró de los brazos y la miró fijamente a los ojos, quería que viera toda su determinación al decirlo. –Alexa, te amo, más que a mi vida, en ningún momento consideré la posibilidad de escuchar las palabras de mi madre y dejarte, escúchame bien, eso nunca pasará, me entendiste, nunca.

Las lágrimas de Alexa rodaron por sus mejillas cuando termino de hablar, lo amaba tanto, ella asintió y entonces él la abrazó y la apretó con fuerza.  

—Saldremos de esto, si es necesario empezaremos desde abajo, mañana buscaré trabajo y haré lo que tenga que hacer para que nos volvamos a levantar, lo prometo...

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