33. Obsesión

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-¿Qué fue lo que pasó? -preguntó Alexa desesperada al verla llegar y estallar en llanto derrumbándose en la puerta.
-No, no, no.... -decía sin parar; Alexa fue con ella y la ayudó a levantarse.
-¿Qué sucedió? ¿No pudiste llegar con Robert?
-Me dejó, Alexa.
-¿Robert te dejó? -sonaba incrédula, ¿cómo era posible si él la amaba y deseaba que se fuera con él, ¿qué cambió en tan poco tiempo?
-¡No! ¡James me dejó! No importó cuanto me arrastré y le supliqué, me dijo que lo nuestro se había acabado y no me dejó explicarme, ¿qué voy a hacer ahora?
-¿Qué? No... no lo entiendo, ¿no ibas a ver a Robert?
-Sí, pero me encontré con James... James me dejó, James, James Kendrick me dejó... -volvió a perder el control.
-Tranquila, cuéntame qué pasó.
-Se enteró de Robert y de mí, Dios Alex, lo arruine todo, ¡TODO! ¡quiero morirme! -se agarró la cabeza y tiró de su cabello.
-¡Calma, calma! -la sujetó para evitar que siguiera haciéndose daño- no pasa nada, seguramente podrán hablarlo y arreglar las cosas... -la intentó animar, pero solo puso el dedo en la herida.
-¡No, no podremos! James... James será transferido...
-¿Transferido? -las cosas eran peores de lo que creía.
-Tú no lo sabes, por todo el tiempo que estuviste fuera, pero cuando te fuiste, Oscar firmó un acuerdo con ellos para no tener que pagar la sanción por incumplimiento de contrato.
-Así que terminaron asociándose para abrir juntos una sucursal en Florida. -concluyó Alexa atando cabos.
-¿Ahora lo entiendes? ¡perdí a Robert, no puedo perder a James! ¡James es mi vida!, ¡Es mi futuro! si lo pierdo no podré vivir sin él. ¡No quiero vivir sin James...!
-¡Georgia... ! -Alexa se llenó de terror al escuchar aquello. Comprendió la situación, se vio entonces doblemente obligada.

Oscar se había comprometido con Hestia Proyects, arriesgado la independencia de su negocio para salvar su trasero y todo lo que estaba pasando en ese momento era de alguna manera su responsabilidad. Se acercó a Georgia y la tomó de ambas manos.

- Tranquila, todo va a estar bien.

Esa noche Georgia no pudo dormir, la embargaba la desesperación. Se la pasó llorando y gritándo por momentos. Solo se calmó cuando Alexa se acercó y la abrazó.

-Alexa... -Georgia hundió la cara en su pecho sollozando, mientras deslizaba los dedos en el sedoso cabello color Borbón.- gracias por estar aquí, no sé qué hubiera pasado si no estuvieras para apoyarme. -se aferró a su amiga cómo si fuera un ancla, envolviendo sus piernas y sus brazos a su alrededor. Luego Después de un rato compartiendo el calor de sus cuerpos ambas se quedaron dormidas finalmente.

Al día siguiente, a primera hora, Alexa entró en la oficina de su amigo y antiguo jefe en Wind Castle, dispuesta a compensarlo todo. Oscar la estimaba demasiado, ella era una de las pocas personas que lo quería con sinceridad tal y como era, con todas sus excentricidades y a veces podía hacerse daño a sí mismo para protegerla, pero ella nunca se aprovecharía de eso. Por esa razón estaba dispuesta a tomar su responsabilidad en todo el asunto y no seguir legandole las consecuencias de sus errores.

- Ya tienes una respuesta? -dijo Oscar sentado como una reina roja en su trono. Él sabía que ella volvería una vez más y la estuvo esperando pacientemente.
- Ya tengo una respuesta...
- Y bien...-levantó una ceja expectante.
- Sí, mi respuesta es sí, acepto tomar la dirección de Hestia Castle en Florida, pero tengo una condición. -Óscar no pudo disimular su alegría por más que intentó poner cara de póker. Hizo un gesto de asentimiento, como siempre estaba dispuesto a darle lo que quisiera. -Georgia se irá conmigo.

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