37. Complicación

139 26 79
                                    

-Lo siento, pero ya no podemos ser amigas -dijo Alexa a Georgia, después de atraparla despotricando contra ella de forma traicionera y descarada.

Al decir aquellas palabras no se sentía tan mal como creía que pasaría, muy al contrario era como si al fin pudiese respirar después de tanto tiempo con algo atorado en su garganta.

¿Cuántas veces había querido desembarazarse de su amistad? incluso desde la preparatoria cuando Georgia cambio por completo y empezó a descarrilarse y luego en la universidad, todavía la cosa se puso peor, pero Georgia siempre encontraba la manera de esquivarlo, ya fuera porque estaba pasando por un mal momento o porque aquello que llegó a molestar a Alexa ya no importaba en absoluto.

¿Cuantas veces la perdonó? Adjudicando su comportamiento a la situación por la que estaba pasando o porque había sido una broma entre amigas. Ella adoraba a Georgia y le había pasado por alto tantas cosas en honor al tiempo que llevaban conociéndose y al cariño que le tenía. Vivieron más de veinte años de amistad, pero eso acababa ese mismo día.

-Lo siento, lo siento Alex, lo admito, hice mal, pero no tenemos que llegar a esto, somos amigas de casi toda una vida... -imploró.
-Ya no más -Alexa se obligó a no compadecerse de ella, si mostraba debilidad terminarían volviendo a ese ciclo enfermizo infinito.- volverás a Manhattan, no te quiero aquí, no puedo tener a un enemigo como tú bajo mi techo.
-¡No, por Dios Alexa!, si me envías a Manhattan ya no podré estar cerca de James y...
-¡No es mi problema! tú provocaste esto, tú te pusiste en esta situación, no yo...
-¡Alexa! -Georgia estaba fuera de sí, tenía el rostro bañado en lágrimas y se aferraba a Alexa como si su vida dependiera de ello- perdóname, por favor, solo esta vez, tenemos demasiados años de amistad, te conozco, si rompemos nuestra amistad simplemente me borrarás de tu vida... yo... yo no quiero que te olvides de mi.
-¡Tú te olvidaste de nuestra amistad primero, cada vez que me traicionaste y actuaste de manera egoísta contra mí! De ahora en adelante puedes decir lo que desees, me da igual lo que hagas. -Alexa respiró, alzando su mirada al techo para evitar las lágrimas, luego más calmada continuó- Te daré toda la semana para que te prepares, luego no quiero verte por aquí.
-Alexa... -Georgia supo que el rompimiento era definitivo y que no había vuelta atrás.
-James... -dijo Alexa haciéndole una señal para que fuera con ella. Sentía un terrible enojo con Georgia, pero estaba mas enojada consigo misma, ¿cómo pudo soportar tanto?

Georgia se derrumbó en el medio del salón mirándolos alejarse, estaba paralizada, no podía moverse, las piernas le temblaban debajo del vestido rosa y no podía contener una enorme sensación de pérdida que la ahogaba en lo más profundo de su ser. Había perdido a Robert, a James y su mejor amiga finalmente también se había hartado de ella y la había abandonado.

James se condujo con Alexa a la salida y juntos abordaron el Lamborghini rojo que había mandado a traer desde Manhattan, ahora que tendría que trabajar en florida.

- ¿A donde vamos? -levantó una ceja y esbozó una sonrisa pícara.
- No te hagas ilusiones, quiero que me lleves a ver a Cole. -tenía que arreglar ese malentendido. Conociendo a Cole quien sabe lo que estaría pasando por su cabeza. No podía olvidar su cara llena de pesar y al punto de las lágrimas. el corazón se le encogió, al pensar que de alguna manera lo había lastimado.

James, hizo un puchero decepcionado, arrancó el vehículo y se propuso llevarla a donde ella quería. Alexa no sabía con seguridad lo que le diría, pero definitivamente no podía dejar las cosas como estaban.

Luego de una hora llegaron a una mansión que descansaba sobre una colina. La casa de color blanco con el frente decorado de piedras importadas, era moderna y juvenil, pero con un toque elegante.

TOXICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora