88. Inmolación III

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-No puedo entenderlo- dijo la doctora Lee en el consultorio- ayer todo estaba bien.
-Entonces, ¿por qué está pasando esto? -Alexa estuvo muy preocupada al ver que estaba manchando esa mañana. Cole canceló sus citas de trabajo y la acompañó a ver a la doctora. En ese momento estaba a su lado, pero no decía nada. Más bien parecía ansioso por salir de allí.
-No se me ocurre que pudo haber pasado, ¿comiste algo extraño ayer o quizás hiciste alguna fuerza excesiva?

Alexa hizo memoria, pero no se le ocurría nada, hasta que se acordó de cuando fue al apartamento de Ernest.

-Ayer mi amigo no estaba en casa, necesitaba unos documentos, así que tuve que mover un jarrón que está en el pasillo para buscar la llave.
-Tendría que ver qué tan grande es ese jarrón y el tipo de fuerza que ejerciste sobre este, pero es muy probable que esto te haya provocado el sangrado. Las embarazadas no deben hacer grandes esfuerzos.

Enseguida Alexa se sintió culpable, en ese momento no se le ocurrió que podría pasar algo así. Cómo pudo descuidarse de esa manera. Se prometió a sí misma ser más cuidadosa en el futuro.

-Las causas ya son inevitables, así que mejor díganos ¿Qué podemos hacer? -Habló Cole por primera vez.
-Por ahora recomendaré reposo absoluto para evitar el riesgo de un aborto espontáneo y Alexa tendrá que hacerse nuevos análisis.
-Sí, de acuerdo -respondió ella con toda la intención de hacer lo que fuera necesario para que su bebé estuviera bien otra vez.
-No te preocupes Alexa, haremos todo lo posible, todo saldrá bien.
-Sé que así será.

Cole la acompañó a hacerse los análisis, durante todo el proceso, mantuvo la cara rígida e inexpresiva. Alexa no se podía imaginar qué pasaba por su mente.

A pesar de que pasó con ella todo el tiempo Cole no parecía estar de buen humor, ella se había dado cuenta que desde el día anterior el actuaba frío y distante. En ese instante la atormentaba pensar que él la culpara por lo que estaba pasando con el bebé, eso la hizo sentir todavía peor.

Luego de hacer los nuevos análisis y comprar los medicamentos que la doctora le recetó, volvieron a la mansión. En el camino ninguno dijo nada, Cole encendió la radio y la canción Diamonds de Rihanna llenó el silencio, la reproducción estaba en bucle y se repitió una y otra vez, pero ninguno hizo nada para evitarlo, Cole porque estaba tan concentrado en sus pensamientos que seguro no se había dado cuenta y ella porque la canción tenía algo que la tranquilizaba.

-Tienes que tomar la medicina. -dijo sin mirarla al entrar en la habitación.
-Si, gracias. -Alexa tomó los medicamentos y separó la dosis que le correspondía. Fue al tocador y se sirvió un poco de agua, Cuando la probó volvió a sentir el regusto desagradable.- ¿No te parece que el agua sabe mal? -Cole tomó el vaso y lo probó.
-Me sabe normal. ¿Que quieres decir con mal?
-Un poco amargo al final.
-Para mi sabe normal. Creo que es tu imaginación...
-Tal vez es porque estoy más sencible a los sabores y olores por el embarazo.
-Si seguramente.

Cole se pasó el resto del día en el despacho de la mansión mientras ella dormía la siesta. Luego esa tarde cuando despertó, Cora fue a visitarla junto a su niñera y las tres comieron frutas y dulces mientras hablaban.

Wendy la consoló contándole sobre una prima que tuvo problemas parecidos a los suyos durante su embarazo y todo salio bien. Cora por su parte estuvo entusiasmada contándole cómo jugaría con su hermanito.

Cuando se fueron, Alexa salió al balcón; en una esquina estaba la maceta con la pequeña planta que rescató de casa de Ernest, tomó la regadera y le dió de beber, después se sentó en una de las sillas de estar y acarició su vientre; en tanto veía las estrellas aparecer en el cielo, comenzó a tararear suavemente la melodía de la canción que escuchó esa tarde en el auto, le transmitía un sentimiento muy bonito. Leyó en algún lugar que los bebés pueden escuchar la voz de su madre, así que comenzó a cantarle a su pequeño frijolito para hacerlo sentir bien y que supiera que ella estaba ahí para él.

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Shine bright like a diamond
Shine bright like a diamond

Find light in the beautiful sea
I choose to be happy
You and I, you and I
We're like diamonds in the sky...

─━─━─━─「✦」─━─━─━─

Estos hábitos describieron los cinco días siguientes en la vida de Alexa, se pasaba el tiempo en su mayoría durmiendo o en la cama, Cora y Wendy la visitaban durante una hora para no cansarla; de vez en cuando salía al balcón y le cantaba a su bebé hasta que el cielo se llenaba de estrellas y la mayor parte del tiempo Agatha le servía las comidas del día en su habitación. Su esposo estaba concentrado en el trabajo y ella percibía en él cierta inclinación a evitar el tema. Podían variar una o dos cosas en su día, pero siempre había una constante: Alexa se aferraba a su bebé con todo su corazón, dándole todo su amor.

Eran cerca de las siete de la noche cuando Alexa regresó del balcón a la habitación como de costumbre. Ya era hora de tomar su medicina. Se echó la pastilla en la boca y tomó un vaso de agua del que siempre le ponían en la mesita de noche.

Estaba un poco esperanzada, ya que su condición no había empeorado en los últimos días, aún así se sentía un poco deprimida y luchaba por erradicar ese sentimiento que no le hacía bien a su bebé. Iba camino al baño cuando de repente sintió que algo se le escapaba, al mismo tiempo su cuerpo se tensó dejándola fría y plantada en el medio de la habitación, mientras veía la sangre cubrír el interior de sus piernas hasta llegar a sus pies.

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