12. Exitación

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Alexa llegó a su apartamento en Manhattan y comenzó a desempacar; a pesar de que había supervisado y dejado al equipo de trabajo con suficientes tareas, tendría que regresar en un mes para verificar la calidad del montaje.

Su estancia en el Hotel Olympus le había dado un tiempo precioso de introspección, aunque fuera interrumpido por Cole y su insistente necesidad de expresar sus sentimientos. No lo volvió a ver después de esa noche en el muelle, fueron interrumpidos por una llamada que lo obligó a salir de emergencia al día siguiente de vuelta a Hestia Proyects; sin embargo, Alexa no había podido olvidar lo que sucedió después que le confesara que en realidad sí fue tras ella.

No quería pensar en eso. Tampoco quería pensar en Jonathan. Ella no salía con hombres casados, por eso lo evitó por el resto de su estancia e incluso se fue sin avisarle.

¿Qué estaba pagando en su actual vida para tener la mala suerte de tener lo que no quería y perder lo que le interesaba.

Después de cerrar el último cajón y guardar la maleta en el closet, salió de la habitación y fue a la sala, estaba decorada con un estilo contemporáneo, era un sitio pequeño, pero práctico, ya venía con algunos muebles así que ella no tuvo más remedio que trabajar la decoración en base a lo que ya había.

Revisó el correo, que le habían dejado por la ranura de la puerta, separó las facturas y las puso en una bandeja de pendientes. Entre los papeles había una carta del propietario, le recordaba que solo tenía un mes para encontrar otro lugar ya que vendería el edificio. Ella había estado ahorrando para comprar un apartamento, pero aún no tenía el dinero suficiente, por lo que la notificación llegaba en el momento menos indicado.

Solo le quedaba intentar nuevamente hablar con su hermana para ver si le permitía quedarse unos días en su casa, aunque no tenía muchas esperanzas de que la ayudara.

Agarró su móvil y buscó el contacto, se quedó mirándolo sin hacer nada, Xandra Brave, se había desconectado de la familia una vez se casó. Siempre estaba pendiente de su madre en el asilo, pero a Alexa nunca la visitaba; su hermana vivía con un resentimiento en su pecho hacia ella en particular y no sabía por qué después de tantos años, su hermana no podía comportarse de una manera menos infantil.

Para Xandra su casa era su templo y su nueva familia su religión. Se desvivía por ser la madre, esposa y ama de casa perfecta. Queriendo compensar de alguna manera el abandono de su padre y el rompimiento del hogar. Su hermana se sentía con todo el derecho a menos preciarla y sentía que estaba en lo correcto porque de alguna manera el destino la había recompensado con todo lo que deseaba. Para Xandra, era inconcebible que esa hermana a la que ella no aprobaba, quien sabe por qué rencor de hermanas pasado, llegará a perturbar su paz. Así que Alexa realmente no esperaba nada de ella.

-¡No! --se dijo a sí misma y colgó el teléfono, no quería ser rechazada por su hermana nuevamente. Por lo menos no ahora. No descartaba la posibilidad de al final pedir su ayuda, pero trataría de retrasarlo lo más posible. Prefería arriesgarse y soportar un poco más a Cole, hasta conseguir el bono del proyecto y completar el dinero que necesitaba.

En cuanto pensó en eso, Alexa no pudo evitar tocar su mejilla y volver a esa noche en el muelle. Ella estaba abrumada y simplemente estalló delante de él, sus ojos se llenaron de lágrimas y por más que quiso detenerlas, no pudo. Estaba llena de rabia e impotencia. Cole levantó su mano y tocó su mejilla, intentando enjugar su llanto. Inmediatamente una descarga se extendió dentro de ella hasta un punto entre sus piernas. Se quedó helada, porque no entendía lo que estaba pasando. ¿Acaso se había exitado solo por su roce?

Alexa sacudió la cabeza,- No, no, no. -eso no podía ser cierto, seguro había sido su imaginación. Un escalofrío por la temperatura de la noche tal vez. Aceptaría cualquier excusa para justificar aquella chispa, menos lo más obvio. Cole Dunn había encendido su libido solo con un toque en la mejilla.

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