O8.

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La tarde pasó como de costumbre, lenta y tortuosa, a la hora del almuerzo Kim se reunió en su lugar seguro con BaRon y con sus nuevos amigos, realmente no se sentía bien pero debía aparentar que sí, no quería que sus amigos se preocuparan por ella.

—JiSoo... no has hablado desde que llegamos aquí ¿te sientes bien? —preguntó Jackson.

—¿Uh, yo? Sí, sí, estoy muy bien... —respondió distraída, casi perdida en sus pensamientos.

—Ella tuvo un incidente con Jennie hace poco —habló Choi—. Fue mi culpa, debí darme cuenta de que ella venía hacia nosotros pero estaba muy entretenido hablando sobre alguien... —estaba hecho bolita, la culpa estaba atacándolo fuertemente.

—No es tu culpa Ronnie —Lisa trató de consolarlo—. Ella es casi inevitable, nadie sabe en qué momento aparece o en qué piensa.

—Jennie no tiene sentimientos, es solo una máquina que causa dolor —comentó Yixing casi en un susurro.

—Zhanggie todos tenemos sentimientos, incluso esa chica debe tenerlos... Quizá sólo necesita a alguien para darse cuenta de que puede amar en vez de odiar.

—Yo creo que Lay oppa tiene razón, esa chica está vacía por dentro —dijo Lisa.

—Está bien... —habló esta vez JiSoo, llamando la atención de todos—. Todo está bien, sólo olviden a Jennie un momento. Estamos todos aquí y eso es lo que cuenta —su expresión se mostró tan tranquila mientras sonreía con levedad.

No quería escuchar más ese nombre mientras estuviese lejos de ella, le atormentaba tan sólo escucharlo, quería liberarse de todo ese pesar que su espalda debía soportar. Aquel acoso quizá se lo merecía, quizás era una señal que le estaban dando para que renunciara a todo y dejara de luchar por su sobrevivencia. Quizá debía dejar a sus amigos e irse a un lugar mejor, pensaba ella.

De nuevo se vio sumergida en sus pensamientos mientras que sus cuatro amigos discutían sobre otros temas, preguntándose cosas entre sí para conocerse mejor y así firmar un mejor lazo de confianza y afecto en aquel pequeño grupo.

( 🐣 🐣 🐣 )

En los baños menos usados de aquella institución no se escuchaba más que la respiración algo intranquila de una pequeña castaña que se miraba en uno de los espejos que ahí se encontraban.

¿Por qué me preguntas eso? Eso es completamente absurdo. ¿Dónde queda tu reputación, Jennie?

Era lo único que resonaba en la mente de la pequeña Kim, quién con sus manos arreglaba sus cabellos, parecía haberse perdido en su propia mirada.

Tu apariencia dice perfección y tú , quieras o no, tienes que demostrar que la perfección existe, no demostrar ni preguntar esas tonterías.

Conforme siguió retocándose poco a poco sus luceros comenzaron a llenarse de lágrimas, su rostro tan serio estaba, no se sabría si lloraría de impotencia, tristeza u odio hacia alguien o hacia ella misma.

Tienes que ser perfecta, ¿por qué tienes que preguntar tal estupidez, hija?

Las gotas saladas comenzaron a deslizarse por sus mejillas, ella no hacía ningún esfuerzo por retirarlas y detenerlas, solamente se miraba en el espejo, seguía a sus ojos mientras ahora, trataba de sonreír con plenitud y dulzura a pesar de que lágrimas seguían deslizándose por sus mofletes.

—¿De verdad soy perfecta?

Fue lo último que pronunció soltando un pequeño sollozo, ella misma estaba preguntándose, preguntándole a su propio reflejo si aquellas palabras eran ciertas, si no debía, si era malo que lo hiciera. Pero no se escuchaba nada, no tenía una respuesta a aquello que tanto preguntaba en su cabeza, ni a su madre podía preguntarle porque la primera vez que lo intentó recibió aquel sermón y una orden muy clara: «Quiero que te lo aprendas, para que cada que pienses esa ridiculez lo olvides de una vez»

—¿Por qué me siento así? ¿Acaso no soy perfecta? —volvió a preguntar en voz alta.

Su mente carecía de respuestas a sus preguntas y entre más preguntaba, más preguntas negativas se formulaban en su cabeza. No estaba siendo lo suficientemente perfecta como sus padres querían, ¿en qué estaba fallando? Se preguntaba.

Secó sus lágrimas y fue buscando en su pequeño estuche un par de cosas para retocar su maquillaje, ella no debía llorar, no debía envidiar, lo tenía todo, era perfecta pero no lo sentía así, algo le faltaba o algo estaba afectando por completo su perfección que la hacía sentir tan insignificante.

La puerta de aquel baño se abrió dejando ver a la chica de cabellos azules entrar con una minúscula cara de preocupación ante la chica que podía llamar amiga, no era tan cercana como otras pero conocía a profundidad cosas que ni la mejor amiga de la castaña sabía.

—Hey, te estábamos buscando. Supuse que estarías aquí así que vine sola —comentó Park acercándose a ella.

—Chaeyoung estoy ocupada —fue lo único que dijo sin mirarla, aún se concentraba en arreglarse lo suficiente.

—Ya veo... —murmuró pasando sus brazos alrededor de su torso posando su cabeza en su hombro, sabía en el estado en el que su amiga se encontraba al tan sólo escucharla decir su otro nombre.

Lágrimas nuevamente amenazaron con salir mientras soltaba un minúsculo sollozo ante el abrazo de su compañera. Otra vez su imagen iba a desmoronarse sólo por un abrazo de aquella chiquilla que se mantuvo con ella a pesar de la poca comunicación que entablaba debido a expectativas ajenas a las suyas.

—Soy perfecta... ¿verdad? —murmuró sollozando recibiendo como respuesta un aprieto en aquel abrazo.

𝐂𝐑𝐘 𝐁𝐀𝐁𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora