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Era sábado por la mañana, el día después del incidente con el balde de agua y la pequeña JiSoo.

Ese día ChungHyeop fue de visita a casa de Kim, siendo la primera vez que los padres de la chiquilla lo conocían. Ellos lo recibieron bien aunque JiSoo estaba un poco avergonzada por la manera tan dulce en la que sus padres hablaban sobre ella mientras que Choi les escuchaba atentamente.

Más tarde, cuando ambos estaban en la habitación de la chiquilla, Kim tomó todo el valor para contarle la razón por la que se fue de la escuela el día anterior sin decirle nada. BaRon no se lo tomó muy bien, se levantó de golpe de la cama y parecía que su felicidad se había esfumado.

—¿Sabes cómo me hace sentir eso? —preguntó Choi, en su tono se notaba la evidente culpa que sentía luego de escucharla—. ¡Me siento culpable, Chu! Debí acompañarte...

—BaRon no fue tu culpa, me confíe mucho en que estaría bien... yo... es culpa mía que me pasará —sollozó bajando la mirada, era culpa suya que le ocurriera eso, todo lo que le pasaba era culpa suya.

Choi sintió como su corazón se estrujó al ver a su mejor amiga culpándose por lo que ocurrió y rápidamente corrió a ella para abrazarla. El simple pensamiento que pasaba por su cabeza de todas las culpas de la chiquilla tenía, lo aterrorizaba porque sabía bien a qué podría llegar aquello si JiSoo ya no soportara más el daño que sufría.

—Nada es culpa tuya, absolutamente nada ¿de acuerdo? —ella asintió con la cabeza—. Ninguno de nosotros espero que te ocurriera eso pero para la próxima no dejaré que nada te pase.

( 🐣 🐣 🐣 )

En aquella gran casa todo era silencio, ningún ruido resonaba ni siquiera en la habitación de Kim, quién estaba revisando su celular, sus tareas estaban ya hechas y revisadas por ella misma tres veces ese día, tenían que estar perfectas porque esa era la imagen que querían sus padres de ella.

Kwan Youra, una de las servidoras de la casa entró a la habitación exaltando un poco a la chiquilla de cabellos obscuros. Youra era como una madre para Kim, fue quién la crió durante lo que ella recordaba como infancia, hasta ahora aún seguía cuidándola en ocasiones.

—Nini tus padres me pidieron que te llamará, quieren hablar contigo —comentó la señorita de cabello azul haciendo una pequeña reverencia ante la menor.

—¿De qué quieren hablar? Todos mis deberes están hechos...

—No lo sé cariño, sólo me pidieron que te llamara, están en la sala esperándote —salió de ahí dejando a la chiquilla totalmente confundida.

Sus padres nunca hablaban con ella y ahora que querían hacerlo le parecía algo muy extraño, sin darle muchas vueltas a la duda incontrolable que rondaba su cabeza salió de la habitación para dirigirse a la sala de su gran casa. Conforme bajaba los escalones su nerviosismo comenzaba a aumentar poco a poco, a tal punto que sus manos temblaban con levedad.

Al llegar estaban ahí, entretenidos en sus charlas de trabajo sin percatarse de su presencia, los nervios de Kim subieron cuando se sentó en uno de los sillones haciendo un pequeño ruido para que sus progenitores la miraran. Su madre la miró con una sonrisa que casi parecía desinteresada y tocó el brazo de su marido para que callara.

—Cariño, que bueno que viniste. Espero que no te hayamos interrumpido haciendo alguno de tus deberes —habló la señora Kim con aquel tono tan particular que tenía con ella, aprecio y desinterés juntos en su habla.

—No lo hicieron, madre... ¿Sobre qué quieren hablar?

—Son dos noticias que queremos darte —la fémina tocó el hombro de su esposo para llamar su atención.

—La primera: debemos salir nuevamente del país por otro negocio, no sabemos cuánto tiempo estaremos fuera —comentó el señor Kim—. Así que la señorita Youra quedará a cargo de la casa como siempre.

—La segunda no es una noticia, más bien es un aviso —comentó su madre, soltando una pequeña risa—. Queremos que sigas manteniendo esas calificaciones altas, cariño, tienes que mantener en alto el apellido que llevas y tú reputación también. Eso es lo que nos importa.

—Pero no creo subir más mis calificaciones, soy la mejor de mi clase, con eso es sufici-

—¿De tu clase dices? Deberías ser la mejor de la escuela, jovencita —atacó su padre.

—Tu padre tiene razón, vamos Jennie, tienes que subir más tus calificaciones, si no, ¿cuál sería el próposito de llevar el apellido de la familia?

Jennie no tuvo más opciones que agachar la cabeza y asentir con levedad ante las palabras de sus progenitores. Tal vez ellos tenían razón, tenía que ser perfecta para poder ganarse el privilegio de ser querida por sus padres, quizás así podrían dejar de exigirle, tomarse unas vacaciones y pasar tiempo con ella, tanto como ella lo había soñado. desde niña.











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ola, perdón por no actualizar cuando dije que lo haría, se me presentaron unas cosas que afectaron mi salud emocional, no tenía muchos ánimos de hacer cosas y había dejado el capítulo a la mitad, lo siento muchoooo. les quiero mucho, esperen la próxima actualización. ♡

𝐂𝐑𝐘 𝐁𝐀𝐁𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora