Se encontraba peinando su cabello frente al espejo en completo silencio, el ruido del cepillo pasando por sus cabellos era lo único que se escuchaba en aquella habitación, su mirada perdida entre su reflejo era lo que a simple vista podía notarse pero allí podía analizarse más.
Varias preguntas rondaban por su cabeza mientras se arreglaba, preguntas que jamás le haría alguien, sólo a ella misma y a pesar de que no tenía respuestas para ellas, seguiría preguntándose a sí misma. Por más profundo que quería mirar no podía, no podía encontrar la razón por la que se sentía de esa manera si lo tenía todo, o quizá no todo.
Algo le faltaba pero no sabía qué, su mente no podía analizar entre las tantas cosas que tenía a sus manos para decifrar con exactitud qué era lo que le faltaba para no sentirse de aquella manera. ¿Cómo se sentía? No sentía nada, un vacío inmenso se apoderaba de todo su ser y su alma se sentía helada, podía creer que todo lo que la rodeaba la hacía feliz, claramente lo hacía pero, después de acomodarlas esa felicidad se esfuma dejándola completamente inexpresiva.
No supo cómo ni cuándo pero de sus ojos corrían con rapidez lágrimas incesantes marcando un camino por sus mofletes y la fuerza de su brazo poco a poco disminuyó, dejando así de cepillar su cabello y observando con atención sus ojos llorar mientras ella se preguntaba el porqué de ello.
—¿Por qué...? —preguntó con un hilo de voz, sintiendo su propio temblar con ligereza—. ¿De verdad está mal que piense eso?
Volvió a preguntar, sintiendo un fuerte remordimiento contra sí misma, no lo entendía y odiaba sentirse así, pero lo que más odiaba era no comprender la razón de su sentimiento. ¿Acaso lo que sentía era culpa? No, ella no podía sentir culpa... ¿o quizá sí?
—No puedo evitarlo, ella es mejor que yo... —su entrecejo se frunció, formando una mueca triste en su rostro—. ¡Ella tiene lo que yo quiero!
Sollozó con frustración colocando sus brazos en morfeo para ocultar su rostro, las lágrimas no cesaban de sus luceros y esos pensamientos seguían clavados ahí mientras ella hacía un fallido intento por dejar de sentirse de aquella manera tan desagradable, ¿por qué? ¿por qué tenía que sentirse así? A pesar de todo lo que podía obtener sin alguna clase de obstáculo, no podía tener lo que ella sí y eso la llenaba de tanto remordimiento y envidia.
Nuevamente las palabras de su madre azotaron su cabeza, recordándole una y otra y otra vez que tenía que ser perfecta, no dejar ver aquello que devoraba sin cesar su cabeza y sus emociones más preciadas. Se miró a sí misma en el espejo, perdiéndose en su mirada, ¿realmente estaba mal? sólo quería obtener lo mismo que ella o incluso más, pero siquiera pensarlo la hacía ahogarse con las palabras de su progenitora que se repetían igual que una grabadora en su cabeza. ¿Qué había de malo en ella? Kim no dejaba de hacerse preguntas de ese estilo, sus emociones parecían estar dando tantas vueltas que la hacían querer vomitar, se sentía tan insignificante a pesar de tener un gran estatus, pero ni siquiera eso la hacía sentirse querida por las personas que la rodeaban. Esa pobre niña de cabellos castaños también sufría por querer alcanzar las expectativas que sus padres le exigían, ella quería escuchar palabras dulces viniendo de ellos por cumplir sus órdenes, y aún nada, ni un abrazo, lo único que recibía eran más exigencias de parte de sus mayores, más expectativas que debía superar.
—Quiero ser como ella, ¡¿por qué no puedo tener lo que ella tiene?! ¡Se supone que soy la hija perfecta! —sollozó con frustración, ocultando su rostro entre sus manos mientras lágrimas se escapaban de sus luceros—. ¡Debo tenerlo todo!
Comenzó a llorar en silencio, excepto por uno que otro sollozo que salía de sus labios, se sentía tan insignificante en ese momento que ni siquiera le importó tirar todas las cosas que se encontraban en el tocador frente a ella, provocando un gran estruendo en la habitación. Minutos después entró su nana bastante preocupada ante el ruido y encontró a la chiquilla con sus brazos en morfeo y su rostro oculto en ellos mientras sollozaba, la fémina se acercó a la menor y le abrazó para tratar de calmarla.
—Nini, escuché el escándalo —habló suave, dejando caricias en el cabello castaño—. ¿Qué tienes, cielo?
—No tengo nada —soltó mientras hipaba—. Lamento haberla asustado...
—Claro que tienes algo, mi niña. ¿Quieres hablar al respecto?
Kim negó con la cabeza repetidas veces, levantando su rostro para secar sus lágrimas—. No se preocupe unnie, estoy bien, sólo tuve una discusión por teléfono.
—¿Segura? —Jennie asintió—. Llámame si necesitas algo, ¿sí? Debo volver para ayudar a las empleadas.
—Está bien, gracias —sonrió levemente sin llegar a enseñar sus dientes.
—No olvides que te quiero mucho, pequeña —dejó un casto beso en su cabellera y sin más se retiró de la habitación, dejando nuevamente a la pequeña Kim sola.
—Adiós, unnie.
Fue lo último que murmuró, volviendo a mirar su reflejo en el espejo, sus ojos estaban ligeramente hinchados, las marcas secas se notaban debido a la luz que las reflejaba, se quedó observándose a sí misma unos minutos más y luego sonrió levemente, como si hubiese recordando algo que la animó un poco más.
—Estoy muy bien...
Se mintió a sí misma una vez más para mantener esa triste fachada bruca que ocultaba lo atormentada que se sentía por todas sus dudas, era la única manera de seguir adelante con las expectativas de sus padres, tal vez así le darían la atención y el cariño que tanto quería recibir.
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𝐂𝐑𝐘 𝐁𝐀𝐁𝐘
Fanfiction₍Kim JiSoo₎ + ₍Kim Jennie₎ ˚ ༘ˀˀ ⇊ ⇊ BOTTOM TOP ₍ ♡ ₎ jennie se burla de jisoo sólo porque es una bebé llorona.