O1.

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—Querida, ¿qué tal estuvo tu día? —preguntó su madre mientras colocaba el plato de comida en la mesa junto con el de su padre y el suyo.

JiSoo suspiró pesadamente, fingió una sonrisa y habló—; Estuvo de maravilla, todos son muy agradables.

Mintió sonando tan convincente que sus progenitores sonrieron ante su respuesta. El señor Kim miró a la pequeña y decidió hablar—. ¿Hiciste más amigos hoy? —ella asintió. Mentira, mentira, ¡no tengo amigos, todos se burlan de mí!— Me alegra saber eso, cariño.

JiSoo tomó los palillos moviendo con desinterés el alimento, su madre se percató de eso y no tardó en preguntar.

—Hija, ¿pasa algo? —preguntó la señora Kim, recibiendo una respuesta negativa.

—No tengo hambre, ¿podrían dejarle mi comida a mí hermano? Quizás llegue hambriento de la universidad —comentó levantándose de su asiento y salió de la cocina.

Subió las escaleras hasta su habitación y ahí se encerró, se apoyó de la puerta, sus pequeños ojos empezaron a cristalizarse, las lágrimas no tardaron en deslizarse por sus mofletes cayendo sobre su vestimenta, se sentía tan mal, la chiquilla entrelazó sus manos entre su cabellera haciéndose algo de daño al halarlo mientras sollozaba en voz baja.

—¿Qué hay de malo conmigo? —sollozó revolviéndose el cabello, miró su mano derecha la cuál tenía un hematoma muy evidente debido a al pisotón que recibió de parte de Jennie— ¡Y-Yo sólo quería hacer amigos, no caer en este infierno!

Se lanzó en su cama cubriéndose con las sábanas y siguió llorando, ¿qué había de malo en ella? Sólo quería socializar como cualquier adolescente, ¿por qué le hacían esto? No lo merecía. No merecía nada, ni siquiera estar viva, sólo molestaba y sus compañeros se lo estaban haciendo saber de una manera tan malvada.

JiSoo lloró y lloró hasta quedarse dormida, todas esas palabras ofensivas y esas burlas recorrían su mente, incluso estando dormida en sus pesadillas todo le perseguía y la culpa le pesaba demasiado, sentía que era su culpa que la trataran así, era su culpa el no haber causado una buena impresión y era su culpa ser sólo una bebé llorona.

𝐂𝐑𝐘 𝐁𝐀𝐁𝐘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora