†Capitulo 13.† Una buena noticia dos malos hechos.

30 3 0
                                    

5:37 am.
No paraba de llover, yo seguía mojandome bajo la lluvia y solo pasaban coches y coches que seguramente irían a trabajar, ni un rayo de luz, ni nadie, ni siquiera un milagro me iba a salvar. Caminaba sin rumbo y seguía y seguía, cada vez pasaba más rápido el tiempo aunque para mí un segundo era la eternidad, aprendí una lección y esque no es lo mismo estar solo que estar con la soledad, y ni la soledad me acompañana en este momento, este instante, ni en esta chica vagando sola por las calles de una ciudad que ni conocía aunque llevaba viviendo en el maldito internado casi cuatro meses.
                           ***
Ya eran las once de la mañana, pasaba por una calle bastante estrecha, como un callejón pero no lo era. Iba y venía y la gente pasaba preguntandome y yo sin entender ni papa ni ellos a mí, seguían su camino y no podía decir ni hacer nada. De milagro paró de llover sobre las ocho y pico. Derrepente pasó un chico, ese chico me sonaba de algo, era.. era.. -¡Scott!- Grité, el se giró y corrió hacia mí, me abrazo elevándome algo del suelo y sonreí, fue un milagro encontrarmelo allí.
-¿Qué haces aquí Luna?- Dijo dulcemente.
-Oh.. me escape del internado.- Dije medio susurrando para que la gente no mirara más de lo que miro al gritar su nombre.
-Si no tienes donde ir puedes venirte a vivir conmigo, em.. bueno si tu quieres claro.- Dijo él algo cortado.
-¡Claro!- Dije yo como una niña pequeña la cual la van a dar un oso de peluche gigante.
-Bueno, pues vamos, acababa de comprar la comida y el pan para hacerlo luego.- Me cogió la maleta y subimos a su casa la cual estaba a 10 minutos o así de allí, era un chalet algo alejado del ruido, bastante amplio y tanto exterior como interiormente estaban geniales.
La entrada al chalet era como un cuento de hadas, la puerta estaba rodeada de enredaderas con rosas rojas y blancas, era todo tan.. él. Pero mierda, no caí en una cosa y esque.. dios ¿y su novia? Vivirá con él seguro, mierda.
-Oye.. Scott, una cosa, ¿a tu novia no la importará que este aquí no?-
-Nó, no tengo novia guapa.-
-Oh, losiento no sabía.-
No conestó, sonrió dulcemente y pasamos al interior de la casa. Era preciosa, dios, me encantaba el decorado clásico que tenía, era todo genial, muebles clásicos combinados con un toque rustico y el suelo de madera, el tapiz de la pared era de un color crema tipo tono pastel.
Estuvimos un rato organizando una sala vacía que tenía para hacerme a mí una habitación. Hizo la comida él solo ya que no me dejo ayudarle, estába riquisima, era un excelente cocinero. Pasaban las horas y aprendí mucho con él, tiene este chalet porque sus padres murieron, su madre era cantante de opera y su padre era el dueño de una importante empresa la cual él es descendiente y claro, como todo cuento de principesos él quería estudiar una carrera de física cuantica y hacer algo importante. Era todo un sueño, un jóven de 19 años con sueños, esperanzas y claro ¡sin novia!
Pero yo no me olvidaba de Mark y Lucas, los echaba de menos y a Sophia también. Bueno, yo le conte mi vida y el la suya, eramos como dos hermanos a la vez desconocidos conociendose.

†Memorias de una rosa marchita.†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora