Sin Amor ©® +18

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Poco a poco nos vamos acercando a la marcación y poco a poco vamos viendo que hay mucho por lo que debe luchar mi pequeña Emily.

Pronto les daré un poco más de Darius y pronto lloraremos.

Feliz lectura…

Fue inevitable no quedarme dormida. Darius se tardó mucho, así que de estarlo esperando me quedé dormida y cuando llegó solo sentí el beso que le dio a mi mejilla.

De ahí no recuerdo nada. Sólo que no me soltó en toda la noche.

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Despierto temprano, antes de las seis de la mañana, y el brazo en mi cintura me abraza con fuerza. Quitó su brazo de mi cintura antes de darle un beso en los labios y levantarme para ir a correr que hace mucho que no lo hago. Le dejo el letrero que le sirviera para que sepa a dónde voy.

Me pongo el uniforme para ir a correr y me voy sin que se me escuche. Al llegar abajo veo a Valquiria que sonríe para mí por verme vestida tan temprano.

—¿Lista?

—Sigo pensando que es una mala idea.

—Sólo iremos a correr—dice juguetona—. No es como si vayamos a matar a alguien.

—Valquiria, me quieres entrenar para cazar.

—Por eso vamos a correr.

Pone el camino al norte y ambas empezamos a caminar en esa dirección además de que poco a poco vamos agarrando ritmo hasta finalmente correr, mis pasos son rápidos y fuertes. Al parecer no tengo la coordinación que debería para poder correr lo suficientemente rápido como lo hacen los Betas o los Alfa.

Cuando llegamos a una especie de claro yo estoy muy cansada, y ella parece que apenas calienta.

—Necesitas correr más.

—Oye, es mucho.

—Empezaremos a correr todo los días, hasta que tomes la condición que debes.

—Sí.

—Vamos a casa.

Empieza a correr de regreso y yo muero al ver qué lo haremos de la misma forma, pero… la loba sale para alcanzarla y dejarla atrás, olvidaba lo que era correr en esta forma, las cosas pequeñas se vuelven detalles preciosos.

Corro por el lugar sin importarme a dónde me lleva el camino, pero los colores y todo se vuelve más nítido y más detallado. Cuando llegó al castillo me sorprende ver a Darius con un traje de vestir mientras está con uno de los Alfas que llegó anoche.

Me ve y sonríe por verme cómo loba, seguramente a Valquiria la dejé muy atrás. Por eso sólo me presta atención a mí.

—Tienes muy bonito, color—dice antes de acercarse.

—Gracias.

—Deberíamos ir a cenar.

—Mejor a correr.

Sonríe antes de darme un beso en la sien, le doy un golpe con la cabeza antes de olfatear algo en su camisa. Ríe por lo que estoy haciendo cuando finalmente, encuentro el motivo de ese olor.

Se lo quito antes de sacudirlo con fuerza.

—¡Lo vas a romper, Em!—me grita antes de acercarse—Em con eso no se juega. Dámelo.

Me pongo a jugar como una cachorra antes de sentir algo duro contra mi cabeza, sacudo la cabeza antes de caer al suelo con lo que me aturde zumbando en mis oídos.