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Yo de nuevo en la noche. Asaltando sus sueños y corrompiendo sus almas mortales. Nos vemos hasta el… martes o miércoles. No estoy segura... Semana ocupada. Shao...

Feliz lectura…

Llegamos a casa hace una hora, mi padre le gruñó a Kenneth en cuanto lo olió, a mí me abrazo pero a mi compañero chupa sangre no lo quiso cerca y es malo porque él lo curará. Me quedo con ellos para hacer que mi padre se olvide del vampiro que tiene a la espalda que comienza a curarlo con tocar su cabeza, mi padre siente el poder y se queda quitó al notar que el malestar se reduce.

—Mi Luna, ¿está segura de qué no quiere que lo cure por completo?—pregunta Kenneth notando algo que yo no.

—No. Hice un trato con Darius.

—Hija.

—Te trasladaremos a nuestra manada—sus ojos me miran al momento en el que Kenneth se retira de mi padre—. Kenneth vino a darte más tiempo para que tomes tus medicinas y darnos tiempo de hacer tu cambio de manada.

—Em, yo…

—Te va a gustar.

—No quiero irme de mi manada.

Me arrodilló a su lado, de verdad no quiere irse de aquí, es entendible que quiera seguir aquí después de muchos años de vivir aquí no esperé que quiera irse así cómo así. Son varios días en los que puedo convencerlo de lo contrario.

Ladeó los labios al ver qué mi padre me dice la verdad, no se irá conmigo tan fácilmente. Este es su hogar, y muy a mi pesar también el mío. Sólo hasta cierto punto.

De ahí en fuera… no lo es.

Invito a mi padre a dar una vuelta con nosotros por el parque y no me dice qué no pues hace mucho que no necesitaba del respirador, Kenneth me ayuda a quitarle los cables de la silla de ruedas, pero papá lo qué hace es levantarse de la silla y llenar sus pulmones con aire natural.

Intento ayudarlo pero me aparta, creo que es un buen avance el que quiera hacer eso. Poco a poco empieza a caminar y a dar pasos con más firmeza.

Al llegar a la plaza papá respira mucho mejor y sonríe mientras ve las cosas que hay a nuestro alrededor. Me pongo debajo de su brazo para que vea que puede confiar en mí y que no pasará nada sí se cambia de manada. Valquiria es la que parece niña al ver los puestos de comida y yo sólo le digo que piense bien que quiere comprar para probar el día de hoy.

El olor aparece antes de que lo vea, por eso doy una sonrisa cuando mis ojos atrapan ese lobo que llamó pareja.

—Veo que sirvió traer a Kenneth—mi padre hace un leve asentimiento.

—Para la otra avísame que tendré qué curar depresión—me quedo helada cuando escucho que dice eso.

Me sacó de mi padre para mirarlo y sólo me regala una sonrisa ligera, mamá puede ser un factor para esa depresión, pero…

—Hay más cosas de las qué te puedo decir, Em.

—¿Me ocultas algo?

—Sólo diré que el cáncer no es lo único qué me mata.

Arqueó una ceja antes de escuchar un gruñido de parte de papá. Eso jamás había pasado, los ojos de mi padre pasan a atrás de mí y de mi pareja. Llevo mi vista a dónde ve mi padre ve y resulta ser alguien qué me hacía vivir un infierno.

—¿Qué haces fuera de esa silla?—gruñe.

Darius toma mi mano para qué haga algo que no perjudique nuestras manadas.

Sin Amor ©® +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora