Sin Amor ©® +18

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Es especial. Es el último capítulo de Sin Amor, llegamos al final de la historia, es lo último que veremos de estos dos por un tiempo.

Dios, siempre que terminó algo me pongo sentimental aunque vaya a haber continuación.

Ya no puedo esperar a verlos en una actualización de su nuevo libro. Gracias por leerme, mil gracias.

Un rato más les subo el epílogo de la historia, gracias.

Feliz lectura…

Magnus duerme profundamente en su cama mientras Darius me tiene viendo las estrellas con él. Hace dos meses que pasó lo que pasó cuando nuestro hijo reveló el poder que Darius le pasó.

—¿Y bien?—pregunto cuando suspira al ver los arcángeles volar a lo lejos.

—Sigo pensando que no debo hacerlo.

—Serán unos días.

—Sí y Magnus me preguntará porque su madre no despierta—niego antes de darle un ligero apretón a su mano—. No gracias.

Niego mientras me acomodo sobre él, lo miro a los ojos antes de darle un beso en los labios.

—Te dije que podíamos dejarlo en casa mientras hacíamos esto.

—No con mi hermana y madre creyendo que pueden…

Niego antes de darle un beso en los labios. Me siento de nuevo en mi lugar para ver a mi pareja mirar el horizonte. Estamos en Gladiola el reino colgante o en términos sencillos estamos en la ciudad de los arcángeles donde el único modo de cruzar a cualquier lado es con alas. Pero con espacios de roca flotante por suelo, por eso me gusta mucho estar aquí arriba.

Magnus todavía parece un niño de tres años y muchos arcángeles lo han venido ha ver, y unos niños se le quedan viendo por las extrañas alas que mi hijo posee. Pero no lo hacen menos por eso, al contrario lo adulan por ellas.

Muchos arcángeles le han dicho algo a Darius a lo que no comprendo pero la expresión de mi pareja dice mucho. Y es algo de lo que debo preocuparme.

—¿Sabes cómo lo harás?—pregunto y traga saliva.

—No.

Dejo de presionar antes de levantarme e ir a mi habitación, que estábamos en la de Magnus. Al llegar a mi habitación me acuesto en la cama para cerrar mis ojos y sentir un cuerpo a mi lado, sonrío por Darius.

—¿Cuándo sea cómo tú ya no podré olerte?

—Siempre oleré y más con tu marca en mi clavícula—sonrío por ese tono—. Cuando volvamos a casa… tu padre me matará por lo que le hice a su cachorra.

—Seguiré siendo yo.

—Pero ya no igual.

—Creo que esto era lo que Luna tenía planeado para mí—sonríe pero no le llega a las orejas esa sonrisa—. Tendrá que acostumbrarse.

—Pensaba hacerlo faltando una semana para tu cumpleaños—asiento antes de acercarme y abrazarlo—. Tal vez dures una semana…

—Ya veremos Darius.

Suspira antes de abrazarme con un brazo, sé que este tema es delicado y más porque no le dijimos a nadie a dónde vendríamos y cuando regresaríamos, sólo dejamos encargada la manada a Liam que aceptó hacerse cargo de eso mientras nosotros veníamos.

—Podría tomar pastillas o cortarme las venas…—traga grueso antes de negar.

—De ninguna manera te dejaré hacer eso.