─ ¿Ya la encontraste? ─ había pasado unas cuantas horas desde que Jeremy entró al baño para buscar la llave. ─ Estoy hambrienta.
─ Listo. ─ Salió del baño con la pequeña llave entre sus manos. ─ Ya estamos a salvo.
Salimos de la casa para ir a comer algo, ya estaba amaneciendo así que sería un desayuno.
Me gusta pasar tiempo con Jeremy, es divertido hacerlo.
Si la lujuria de Libídine engancha, imaginen la ternura de Jeremy. ¿Cómo alguien puede tener dos personalidades así y estar sano mentalmente?
Si hubiese otra yo, lo más seguro es que termine en un manicomio.
Mientras preparaban nuestro pedido salí a fumar un cigarrillo, después de todo lo que pase con el cáncer, no he sentado cabeza en dejar de fumar.
No le temo a morir, es lo único certero en esta vida, no entiendo porque hay que temerle.
Apago la colilla en el suelo, justo cuando me doy vuelta y veo a Bethamy entrar al local, camine un poco rápido para estar cerca de él. Se sentó muy cerca de nuestra mesa, por lo que pase a su lado, no levanto la mirada del menú, pero podría jurar que sabía que era yo.
Mi intuición me dice que él es el encapuchado, y nada le gana a la intuición de una mujer.
─ Beth es tan lindo, ya veo porque te interesa. ─ Pronunció Jeremy en cuanto llegué a la mesa. ─ Si fuera accesible, yo lo llevaría al mar de mi lujuria.
─ ¿Te gustan los hombres?
─ Me gusta la lujuria mon amour.
Nos comimos el desayuno en silencio. Cambie de lugar con Jeremy para tener una mejor vista de aquel chico. Estuvo todo el tiempo leyendo el periódico, sin ninguna expresión en su divina cara.
¿Acaso dije divina?
¡Dios mío!
Bethamy es una obra de arte perfecta para apreciar. Pasado ya una hora llego otro chico al local y se sentó junto a él.
─ El encantador Belamy. ─ El chico no se parecía en nada a su hermano, colores de ojos distintos, el cabello corto y de un castaño más pálido. ─ Claro, haciendo un gran énfasis en la palabra encantador.
El chico dijo algo, que por la risa coqueta de Bethamy me hizo pensar que se llevaban bien.
No aparte la mirada de ellos hasta que Belamy giro la cabeza levemente, llevando su vista a mi dirección, en seguida mire a la mesa por la incómoda situación. En cuestión de segundos alguien se postro a mi lado, por lo que alcé la mirada a su dirección.
─ ¿Te gusta mi hermanito? ─ Su voz sonaba coqueta pero a la vez amenazante. ─ Es una tristeza que una belleza como tú se desperdicie mirando a un chico tan poco interesante.
─ A veces dudo que seamos hermanos. ─ Beth se puso al lado de su hermano tendiendo su brazo encima de él. ─ No le hagas caso, pero lo que sí quiero es una disculpa por tu emboscada del otro día.
─ Las disculpas se ganan. ─ Me estaba poniendo nerviosa. ─ Y yo no siento que esté equivocada.
─ Estas sudando. ─ Me mire en el espejo para comprobar. ─ Tu mentira es tan notable.
─ Belamy no la molestes. ─ ¿Por qué se ve tan sexy defendiéndome? ─ Bien, mientras no te disculpes, no te acerques a mí, no me gustan los maleducados, solo soporto a mi hermano.
Verlos irse me hizo un pequeño nudo en la garganta, no sabía porque, pero su actitud no es la misma que mi encapuchado, estoy a punto de rendirme.
҉
─ ¿Estás bien? ─ encontré a Tobby esperándome en el apartamento. ─ Todo lo de ayer fue muy extraño y no te vi, pensé que te pudo pasar algo.
─ ¿Pensaste en mí cuando te revolcabas con Jeremy? ─ Se le notaba furiosa. ─ Eider, no tienes que mostrarte compasiva conmigo, se cuidarme sola, pero yo pensé que cuidarte más a ti que a mí.
─ ¿A qué te refieres?
─ Te busque como loca por todo el lugar, siendo presa en vez de cazador. ─ Daba vueltas de un lado a otro. ─ Todo se volvió un desastre, muchas personas murieron allí y de solo pensar que tú podrías estar entre esos cuerpos me dio miedo.
Le abrace, era la primera vez que se mostraba indefensa ante mí, sus ojos se aguaron pero no cayo ni una lagrima de ellos. Ella pretende ser fuerte, ser la roca más impenetrable, pero ahora mismo, entre mis brazos, no es más que una chica mostrando sus sentimientos en realidad.
Duramos así unos cuantos minutos, sé que ella lo necesita, por todo lo que se guarda y aguanta en silencio.
Está rota, como todo Palmur, y yo pretendo ayudarle a sanar.
Es difícil pensar, que la persona que está entre mis brazos, es la misma persona que vi en el bosque matando a esa pobre chica.
Creo que el día que vea a Jeremy matando a sangre fría será un milagro, es muy reservado con lo que hace cuando no está conmigo, no cuenta nada, supongo que me protege de lo que hace.
Nadie sabe lo que las personas pueden llegar a ser debajo de la lujuria, y Jeremy es Libídine, Jeremy es Lujuria.
─ Hasta abrazándome piensas en él. ─ Se separó con una sonrisa coqueta en el rostro. ─ Al parecer ya te hechizó.
─ ¿Cómo sabes que pensaba en él?
─ Susurraste su nombre unas 3 veces. ─ Camino hacia la puerta. ─ Me tengo que ir, tu descansa un poco, fue una noche larga.
Me dirigí al baño, cuando me quitaba la ropa para entrar a ducharme mí móvil vibra con una notificación nueva, lo tomo y veo un mensaje de un número desconocido:
─ Hola, soy tu antiguo encapuchado,
nos vemos en el escondite de tu madre
en dos horas, debo hablar contigo.Trate de contestar el mensaje pero el número me había bloqueado, vaya maravilla de chico.
Hace tiempo que no le veo, que no sé de él.
¿Por qué me busca ahora?
Estoy más que segura que es Bethamy, y me escribe para que nos veamos, de seguro me pedirá que deje a ese chico en paz o algo parecido.
Llegué al lugar al menos 30 minutos antes, me recosté en el suelo para mirar al cielo, era extraño verlo tan despejado. Hoy se ve todo pintoresco, es increíble.
El sonido de las aves, le daba el toque relajante al lugar, sin duda mamá es buena encontrando la luz en la oscuridad.
Sentí su presencia al instante en que llego, un mar de felicidad inundo mi corazón, hasta que me taparon la boca y la nariz con un paño, cloroformo, un maldito paño inundado de cloroformo, forcejee mientras pude, hasta que no tuve fuerzas y mi vista se oscureció.

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Sweet Dreams
Misterio / SuspensoPalmur. Palmur querido Palmur. Palmur asusta dijo Mamá. Palmur temió dije yo.