Más de lo que imaginas.

Capítulo VIII.

(Narra Jesús)

*Agosto, recién llegados a Sevilla.*

Conocí a Laura en un concierto. Era mágica, me recordaba mucho a Babi pero ni de risa la igualaba, ¿Quién iba a llegar a tan alto listón que había dejado Babi?

Desde hacía varios días Dani no era el mismo, había cambiado. Solía preguntarme mucho por Babi. Yo intentando olvidarla y él no hacía más que recordármela.

Esa noche quedé para salir con Dani y Laura, que en verano estaba en la casa de sus tíos en Sevilla.

Antes de irnos, Dani quedó con alguien, pero no me quiso decir quién.

Llegó a las 22:30 a casa y yo quedé en ir a por Laura a las 23:00.

Una hora después llegamos a la discoteca. Dani se encontró con unos amigos y nos dejó a Laura y a mí solos.

Laura era rubia de ojos negros, un cuerpo de diez y una sonrisa preciosa, aunque Babi era muchísimo más guapa. La conocí en uno de los hoteles en que nos hospedabamos. Acabó cayendome muy bien,incluso gustándome aunque no sentía por ella lo que sentí por Babi.

Música a todo volumen, Laura con un vestido de tubo rojo. Noche perfecta.

Dani se quedó con sus amigos y Laura y yo nos fuimos en taxi a casa sobre las 5 de la mañana.

Como ella estába a cuatro manzanas de mi casa, el taxi nos dejó en la de sus tíos y yo me iría andando.

-Me lo he pasado genial Jesús, habrá que repetir otro día.

-Claro bichillo, ¿mañana qué harás?

-Me voy con mis tíos a la playa, pero el Lunes estoy libre.

-Perfecto, te llamo, ¿vale?

-Vale.

Se aproximó a mis labios lentamente mientras con su mano me agarraba la espalda para acercarme a ella. Me besó lentamente mientras las estrellas iluminaban el paisaje.

-Te quiero.-Me susurró mientras se separaba de mis labios. En ese momento recordé a Babi, sus "te quiero" y sus labios. La añoré y mientras apretaba los ojos para sacarla de mi mente, respondí sin pensar a Laura.

-Gracias.

-¿Gracias? Jesús te acabo de decir que te quiero y tú me dices... ¿gracias? -Se alejó de mí y se puso nerviosa.

-No sé qué decir...

-Con un "Yo también" me hubiese bastado; pero... ¿gracias?

Hubo un silencio de unos segundos.

-Jesús, ¿te gusto? -Insistió.

-Claro que me gustas Laura.

-¿Me quieres?

-No, digo sí... no lo sé.

-¿No lo sabes?

-No sé lo que siento Laura...

-Ah, pefecto; osea que me declaro, te digo que te quiero ¿y tú no lo sabes?

-No te enfades, a ver... no sé nada ahora.

-¿Qué? Mira Jesús no me jodas, yo no le digo "te quiero" a cualquiera.

-Y eso me alegra, pero...

-¡¿Cómo que pero?! ¡Vete de aquí!-Dijo mientras entraba a casa.

-¡Laura no te enfades! ¡Yo también! ¡Eh! -Dije intendando que me perdonase.

-¡Ya no vale! -Dijo dando un portazo y dejandome fuera.

Me di la vuelta camino a mi casa.

¿Qué quería que le contestase? No la quería, o al menos era demasiado pronto para saberlo.

Camino a casa me sentía mal, pese a no querer a Laura, ella me gustaba y no quería perderla.

Cuando llegué, tras unos diez minutos de camino encontré a Dani durmiendo en mi cama. Por lo general sería al revés y tendría que le yo a buscarle para que durmiese conmigo.

-¿Qué haces aquí iyo? -Pregunte en voz baja por si estaba muy dormido y se cabreaba.

-¿A ti que te parece lumbreras? ¡Pos' dormir! -Dijo mientras se movía.

-Ah bueno. -Acabé con la conversación, me puse el pijama y me metí en la cama. No tardé ni dos segundos en dormir, estaba rendido.