𝐻𝓊𝓇𝓉 𝐻𝒾𝓂 [𝐻𝓌𝒶𝓃𝑔 𝐻𝓎𝓊𝓃𝒿𝒾𝓃]✓

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Capítulo 17. Parte Final 1:
La historia.

"Déjame contarte una historia,
sobre un chico y una chica.

Es algo corta, algo aburrida, pero el final es un torbellino.

Solo tenían dieciséis, cuando la gente fue mala.

Así que no se amaban a sí mismos, y ahora se han ido".

•Hwang Hyunjin•

Un zumbido se propagaba desesperantemente en lo profundo de sus oídos, retumbándole muy adentro y causando un agudo dolor que le punzaba latente en las sienes. Dolía, cada minúscula célula del cuerpo le dolía. Sólo por inercia respiraba, asemejándose a un aparato que hacía la acción únicamente porque estaba construido para operar así. El profundo sueño que lo apresó por horas enteras lo hizo perder la noción del tiempo, cuando abrió sus ojos que escocían lo único que encontró fue oscuridad a su alrededor. No sabía si era de día o de noche, si quiera entendía bien dónde se encontraba exactamente, y la angustia lo paralizó a tal punto que pobremente pudo pensar con claridad.

El latido de su corazón iba a paso lento, casi imperceptible, haciéndole imaginar que estaba más muerto que vivo. En definitiva, Hwang Hyunjin creyó que lo habían asesinado, porque la sensación de estar atrapado en una pesadilla sin fin no se iba. Sin embargo, cuando la puerta metalizada a un costado de él chirrió para ser abierta, el chico sólo pudo haberse un ovillo contra la fría pared donde había estado recostado por un periodo indefinido, completamente preso del miedo a lo desconocido. Siendo absorbido por las sombras, no pudo distinguirle el rostro a la persona que entraba, pero que aún así le provocaba un escalofrío que le aceleraba el pulso de una forma inhumana.

Las luces opacas sobre su cabeza se encendieron, encandilándole la vista un segundo. Cerrando sus párpados, Hyunjin tardó mucho en abrirlos de nuevo para encarar el semblante familiar que evitaba enfrentar del todo. El mayor estaba sentado en el suelo de concreto a unos escasos metros de él, observándole a detalle sin abrir su boca. Tenía puesto un traje oscuro y su cabello negro iba bien peinado hacia atrás. Quizás estaba de salida al trabajo, Hyunjin sólo pudo suponer por lo aturdido que se hallaba.

—¿Cómo te sientes? —Preguntó en un tono sorprendentemente empático y suave.

No obstante, Hyunjin no pudo hacer más que retorcerse bajo el amarre de cuerdas que sostenía parte de su torso e inmovilizada sus brazos y manos. El contacto con la soga ardía contra su piel, lastimándola, mientras él intentaba a duras penas querer zafarse del enredo que lo aprisionaba.

—De la mierda, ¿Cómo se supone que me debería sentir? —Pero mordió su lengua por lo insolente que se escuchó, entendiendo tarde su desfavorable situación. Debía cuidar lo que decía si pretendía salir ileso y entero de esta.

Hyunjin en lo largo de su vida siempre fue fiel creyente de la crueldad humana, sosteniendo que los humanos estaban hechos de deseos ambiciosos y por ello, terminaban teniendo actitudes incoherentes. En ese caso, nunca hubiese apostado que su hermano mayor, al que tanto adoraba podía ser capaz de cometer un acto por puro odio. Sin embargo, ahí estaba él, atado de pies y manos en quién sabe dónde, a merced de aquél hombre ciego por el egoísmo.

JinYoung le dio una mirada insignificante, enarcando una de sus cejas:—No tuve otra opción más que traerte aquí, Bang Hani no podía encontrarte en el medio de nuestra cocina inconsciente —Y Hyunjin quiso reír histéricamente gracias al miedo. Su hermano se escuchaba tan pacífico y casual que cualquier otro creería que no estaba ido mentalmente—. Cuidaré de ti hasta que decidas decirme la verdad respecto a lo ocurrido anoche.