𝐻𝓊𝓇𝓉 𝐻𝒾𝓂 [𝐻𝓌𝒶𝓃𝑔 𝐻𝓎𝓊𝓃𝒿𝒾𝓃]✓

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Capítulo 07. Parte II:
Pieza de rompecabezas

"Acabo de notar que desde un comienzo eras tú.

Eres mi pieza perdida del rompecabezas,

que finalmente lo completó"

•JinYoung•

El trazo de sus dedos sobre la piel tersa se sentía bien. El contacto bajo sus yemas era cálido, tan confortante que podría pasar el día entero acariciando la tez contraria incansablemente. Sus manos iban en su búsqueda consciente, como si no pudiese hacer algo más que tenerla cerca todo el tiempo.

En cuanto los primeros rayos del sol se llevaron la tenue oscuridad que cubría la habitación, despertó incómodo al notar cómo la chica se removía agitada a su lado. No siendo tomado por sorpresa, la abrazó contra su pecho, provocando que la espalda de ella se juntase con su cuerpo para así abrazarla. Por lo general, conseguía calmarla de sus pesadillas con aquello, pero esa mañana tardó más de la cuenta para que se tranquilizara.

Sabía que había despertado cuando suspiró tendido intentando zafarse del agarre que, eventualmente no logró deshacer y prefirió dejarlo como estaba. JinYoung la observó en detalle bajo el el resplandor de la mañana, barriendo su despeinado flequillo castaño que le obstaculizaba la vista de sus grandes ojos. Fue inmediato, de sólo verle unos segundos supo que ocurría algo en la chica, y aquello no le gustó en lo absoluto.

—¿Va algo mal? —Soltó la pregunta sin mucho rodeo, era así por naturaleza.

Hani no le despegó la mirada de encima, convenciéndolo de lo que él ya esperaba que diría pero que aunque luciese segura, no creería.

—He tenido una pesadilla —Le asombró que la respuesta no fuese la que pensó que diría—, eso es todo. —Su tono sonaba tenso por alguna razón.

—Algo te está molestando —Insistió—, no me engañas.

—No sucede nada. —Sonrió forzada para aligerar la escueta respuesta.

Los brazos de la incomodidad los cubrió en un silencio absoluto y denso. Sin embargo, la chica se las arregló para calmar el fúnebre ambiente cuando comenzó a deshacerse de algunos mechones oscuros del rostro de JinYoung. La estudió sin decirle nada, dejándose hacer bajo la caricia delicada que le regalaba sin que él se lo hubiese pedido.

—Me gusta cómo te ves por las mañanas, con el cabello alborotado y tus lindas ojeras. —Estuvo listo para seguir presionando para que hablase, pero ese simple comentario con voz adormilada le prohibió seguir en el interrogatorio.

Se rindió fácilmente, extraviándose en el vago titilar de los ojos brillantes de su novia. Aquella chica podía contra él, a tal punto que lo volvía vulnerable en un parpadeo.

—¿Cómo es que puedes ser tan adorable, Bang Hani? —Murmuró obnubilado por la belleza de la castaña completamente ruborizada.

Su corazón latía muy muy fuerte, como si aún fuese un adolescente sintió un bochorno caliente azotar sus pómulos incoloros, una pequeña prueba de lo suceptible que era a los pequeños gestos de sus novia. Hubiese querido pasar más tiempo en la cama con ella, acariciándole y abrazándola hasta que cualquier cosa que estuviese estorbándole se fuese por fin. Pero tenía cosas que hacer, después de todo, aún tenía una agenda apretada con la qué cumplir cada día.

Con un beso en la frente se despidió de Hani, prometiéndole sin palabras que volvería temprano a casa para pasar la tarde a su lado. En el camino a la empresa, sólo se le vino a la mente una vez tras otra la mirada turbia y divagante de la chica, que sólo avecinaba alguna cosa innetengible que más temprano que tarde se convertiría en un gran problema.