Capítulo diez: Amor para calmar la tormenta.

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Un dolor así, dolor del alma, no se quita con remedios, terapias o vacaciones, un dolor así se sufre, simplemente, a fondo sin atenuantes, como debe ser.

(Isabel Allende)

Mientras que afuera parecía caer una intensa tormenta, dentro de la casa de los Thitiwat la noche prometía, inmediatamente después de sujetarlo para evitar que Fluke se marchara, Ohm lo levantó en brazos para subir las interminables escaleras de la casa, los últimos días fueron un verdadero infierno, pensaba en él contantemente, día y noche, no podía alejarlo más, lo único que podía hacer ahora era decirle la verdad y esperar que él no saliera corriendo de su lado.

Abrió la puerta de su habitación y luego lo dejó sobre la cama.

- Espera aquí. – Fue la orden y Fluke asintió con la cabeza. Ohm se dirigió a su baño y abrió la llave de la amplia bañera de masajes, luego tocó el agua para cerciorarse que estuviera en buena temperatura.

Cuando volvió a la habitación luego de dejar todo listo en cuarto de baño, fue por él, estaba en el mismo lugar esperando, estaba pálido por el frio, así que el baño sería una buena idea.

- Vamos a quitarte esa ropa mojada. – Le dijo, Fluke solo levantó los brazos para dejar que le quitara el sweater, Ohm sonrió, estaba actuando como un niño adorable.

Lo llevó al baño con el corazón desenfrenado, él no decía nada, tampoco se opuso cuando lo ayudó a entrar al agua, ni cuando le ayudó a lavar su pelo, Ohm solo le ayudó a entrar en calor, esperaba que él diera el primer paso.

- ¿No vienes? – Le preguntó descaradamente. - ¿Solo estás actuando amable?, ¿ya no me deseas? - ¿Cómo podía no desearlo, si estaba derrochando sensualidad desde la bañera?, Ohm era consciente de que pronto perdería la razón, Fluke estaba demasiado provocador en ese momento.

De pie a su lado, Ohm quería ser un caballero mientras que él recuperara fuerza y por qué aún no le decía la verdad, pero cuando Fluke deslizó una mano por su pierna para provocarlo, casi hizo que perdiera el equilibrio y terminara sobre él.

- ¿Quieres que te ruegue? – Preguntó, mientras que su mano ya estaba cerca de la cremallera de su pantalón, pero al no recibir respuesta, bajó su vista a su ya evidente erección y sonrió travieso, luego pacientemente soltó el botón, bajó la cremallera y exploró, cuando lo vio morderse los labios Ohm perdió toda lógica.

Nunca podría resistirse a esa expresión, jamás a esa boca, nunca a esos dedos que estaban hechos para tocarlo solo a él. – Ven... - Le pidió. Ohm no apartó la vista de sus ojos mientras se quitaba la ropa, en un breve momento estaba a su lado, y él sonreía feliz.

Dejó que decidiera que hacer y él no esperó ninguna invitación, sabiendo que aquel cuerpo era suyo por completo, lo primero que hizo fue rodear su cintura con sus piernas y apegarse fuerte contra él, como necesitando su contacto, besó ardiente su cuello y luego mordió, Ohm pensó que seguramente dejaría una marca, pero no le importaba, solo tenerlo así era pago suficiente. Lo miró y lo estudió, sus ojos brillaban por el deseo contenido durante toda la semana. - ¡Maldito!, me hiciste esperar tanto. – Sonaba más a una súplica que un reclamo. – ¡Pídeme perdón! – Dijo presionando su barbilla y luego atrayéndolo para morder sus labios.

- Lo siento... - Dijo sin aliento.

- ¡Hazlo bien! – Ordenó.

- Lo siento, mi amor. – Fue recompensado con un beso aún más profundo.

Ohm no esperó nada más, sus manos necesitaban acariciarlo, así que presionó suavemente su trasero para atraerlo nuevamente, buscó con su virilidad su entrada y sin contemplaciones empujo dentro, sintió el rugir apasionado de Fluke cuando una ola de puro y ardiente placer lo invadió. – Te extrañé. – Susurró en su oído.

AMOR SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora