AMOR SECRETO

Capitulo seis: Enamorarse es cosa de locos.

"Anda por ahí con su mirada tierna, como si no muriera o como si no le hubieran hecho daño"

(Fabian Recendez – Mi café con invierno y contigo)

El seminario de nuevas tecnologías medicas se suponía sería el mejor ese año, pero para Ohm era el aburrimiento total, estaba lleno de gente estirada, médicos de alto rango quienes creían ser la última guinda de la torta, no le agradaba la idea de compartir toda una semana con ellos, solo quería volver a casa, no llevaba ni media hora y ya quería tirarse del balcón más alto que encontrara.

Hubo una época en la que olvidó porque había estudiado medicina, sobre todo después de que se casara con Ivi, ella siempre quiso transformarlo, insistía en hacer vida social, quería ir a cada evento, anotarlo en el club de golf y mudarse al extranjero, algo completamente absurdo para él, ¿de que servía estudiar medicina si no era para ayudar a las personas?, si hubiese querido ganar dinero, hubiera sido empresario.

- Doctor Thitiwat, la conferencia comenzara en breve...

- Gracias, tengo una habitación, me gustaría cambiarme de ropa primero.

- Si señor, acompáñeme. Su amigo el doctor Soriano ha llegado también. – De modo que Andy también asistiría, lo que menos quería era encontrárselo, mucho menos durante toda la semana.

- ¿A si? – Le preguntó.

- Si señor, acaba de llegar también. – Ohm arrugó la frente, tenía mala suerte.

Dejó sus cosas sobre la cama y tomó el teléfono para llamar a casa, se dijo que era para saber por sus hijos solamente, nada tenía que ver con Fluke y su particular manera de moverse al ritmo de la música, lo demás era cosa de locos.

- ¿Cómo están los niños señora Nez?

- Han salido con el joven Fluke a dar un paseo por el campo. – Informó ella.

- Vaya, que temprano, no son ni las nueve de la mañana. – Consultó su reloj.

- El joven quería que hicieran algo de ejercicio aprovechando el fresco de la mañana, se llevaron una pelota.

- Avíseme cuando regresen, o pídale a Fluke que me llame.

- Así lo haré, señor.

- Gracias, señora Nez...

Se sintió un poco decepcionado, pero apartó ese sentimiento, más tarde podría hablar con los niños o les haría una video llamada.

En la primera hora casi se durmió sentado en la silla, así que en la hora del descanso fue por una taza de café.

- Hola Ohm... - De inmediato se dio la vuelta y sus ojos se encontraron con ella.

- Lo que me faltaba, ¿qué haces aquí? – Le preguntó.

- También soy una doctora, ¿lo olvidas? – Respondió sarcástica.

- No deberías serlo, no tienes conciencia. – Le replicó.

- ¿Lo dices por los niños?

- Los dejaste en medio de la nada, ¿eres idiota o solo estúpida? – Le preguntó.

- Lo único que siempre te importó fueron los niños, al menos puedes sentir algo por alguien.