Capitulo cinco: El chico que decidió perderse.

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"Y en medio de todo ese caos que me parecía la vida, pude encontrarte, y sin habérmelo propuesto, comencé a pensarte todos los días con una sonrisa discreta"

(Gian F. Huacache, "Cinco Secretos)

Kao Noppakao casi nunca lamentaba nada, casi nunca se cuestionaba nada, pero aquella decisión de su padre pensó que era tremendamente injusta, aunque no hizo nada por cambiar eso, estaba de manos atadas, así que solo pudo mirar desde la ventana como su hermano pequeño era sacado de casa para irse a vivir al extranjero. Nong era pequeño, tenia doce años cuando les dijo que no le gustaban las niñas. Criado en un ambiente machista su padre no pudo concebir que él fuera homosexual, así que simplemente lo envió lejos, Fluke podía manchar el honor de la familia y eso era imperdonable para él.

Con el correr de los años la vejez ablandó a su padre, pero no el corazón de su hermano y después de terminar sus estudios simplemente dejo de tomar contacto con la familia, se alejó, Kao sabía que Fluke era inteligente, había terminado sus estudios y pronto tendría que volver a casa, pero con el pasar de los meses, eso nunca pasó.

El doctor Noppakao se paró en la ventana y recordó la conversación que tuviera con sus padres hace unos años.

- ¿Ha vuelto?, ¿has hablado con él? – Preguntó su madre.

- No, pero se ha registrado en la universidad para su pasantía, también alquiló un piso, estará en Tailandia por medio semestre.

- ¿Le hiciste saber que podía venir a casa?

- Si, le envié un correo, pero declinó la oferta. – El rostro de su madre se ensombreció.

- Nos odia... - Dijo ella.

- No te preocupes, he aplicado para hacer clases en la universidad, estoy seguro de que podré acercarme a él.

- ¿Y si no?

- Al menos sabré como está.

- Debí ir con él, era solo un niño, era lógico que se sintiera abandonado. – Kao quiso tranquilizarla, pero ella tenía razón, alguien debió ir con él, o tal vez nunca debieron hacer que se fuera.

- Dilo, Kao, solo di que estás pensando. – Dijo su padre desde la silla.

- Debiste enviarme con él, al menos me tendría a mí. – Dijo sin levantar la voz.

- Fue por su bien... - Su padre siempre trataba de justificar sus acciones.

- No pidas un milagro ahora, nos costará mucho. – Se incluía en todo aquello, porque también era culpable, también dejó ir a su hermano, también se culpaba por todo lo que pasó después, aquel accidente que terminó por quebrar su relación.

Cuando volvió la vista de la ventana, Ohm estaba a su lado con una taza de café...

- Le di el empleo. – Le dijo.

- Te lo agradezco mucho Ohm...

- Si..., si, está bien, no te pongas cursi.

- De verdad, eres un buen amigo.

- ¿Qué te pasa hoy?, ¿te volviste sentimental viejo Kao?

- Solo recuerdo..., ¿te dije alguna vez que él es muy importante para mí?

- No...

AMOR SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora