Capítulo once: Te elijo cada mañana.

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"Te quiero tanto. Tú lo sientes, ¿verdad? No está en las palabras, no tiene nada que ver con decirlo, con buscarle nombres. Dime que lo sientes, que no te lo explicas pero que lo sientes, ahora"

(Julio Cortázar)

Noppakao le cerró los ojos a su paciente y declaró la muerte, nueve treinta de la mañana, era triste, y se sentía miserable, por qué cuando saliera por la puerta, tendría que mirar a ese chico a los ojos y decirle que su único familiar estaba muerto, que no pudo hacer nada por ayudarlo.

- Hizo todo lo que pudo doctor. – Dijo la enfermera.

- Maldita sea...

- ¿Quiere que le diga a su hermano? – Preguntó ella.

- No, lo haré yo...

Cuando salió del quirófano, él estaba sentado en uno de los banquillos en aquel pasillo, sus hombros estaban caídos, y su rostro perdido, sintió compasión por él, era muy joven, no era justo que perdiera tanto en tan poco tiempo, Earth fijó su vista en él y comprendió todo.

- ¿Sufrió? – Le preguntó.

- No..., lo siento. – Le dijo poniendo una mano sobre su hombro, pero él se alejó. Él trató de verse lo más fuerte posible y se tragó un sollozo.

- Tengo que ver lo del funeral. – Le dijo girándose para marcharse, por un momento se detuvo antes de abrir la puerta. – Gracias por todo.

Kao sabía que no debía involucrarse sentimentalmente con los pacientes, pero ese chico tenía algo que lo inquietaba, sentía la necesidad de protegerlo, de cuidar de él, quizás por que no tenia a nadie, quizás por que no pudo cuidar de su hermano cuando tenía que hacerlo, sabía que no tenia que acompañarlo en el funeral, sabía que no tenía que sostenerlo cuando se derrumbara, pero de todas maneras ahí estaba, haciendo todo eso y más.

- ¿Tienes donde quedarte? – Le preguntó, sabiendo que el chico se había gastado hasta el último centavo en pagar la clínica.

- Gracias por acompañarme, supongo que mi hermano por fin descansa en paz. – Dijo evitando la pregunta.

- No has contestado a mi pregunta, ¿tienes donde quedarte?

- No, pero no soy su responsabilidad, deje de sentirse culpable por la muerte de mi hermano. – Dijo enojado.

- Lo eres, a partir de ahora, vivirás conmigo, cuidaré de ti. – Le dijo.

- ¿Por qué?, apenas me conoce.

- Hay mucho tiempo para conocernos, desde ahora, en adelante, tú única responsabilidad será estudiar.

- ¿Está loco? – Preguntó él.

- Solo un poco...

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La luz del sol le dio de lleno en la cara a la mañana siguiente, Fluke estaba profundamente dormido a su lado, apegado a su cuerpo, así que solo se quedó embobado mirándolo, ¿aún podría tener bebes?, no era que hubiesen tenido demasiado cuidado anteriormente, pero un bebé en esas circunstancias no sería una buena idea, no con él casado con Ivi, además no podía olvidar a los niños, tenía dos hijos, quizás ellos no entendieran su relación.

Tampoco podía olvidar de lo que el doctor habló en la última conferencia, los embarazos eran complicados, una alta taza de ellos no lograban llegar a buen término y ponía en riesgo la vida de ambos, no podía volver a ser descuidado, tenía que protegerlo, Fluke no soportaría pasar por eso otra vez, se reprochó por no pensarlo antes.

AMOR SECRETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora