Capitulo catorce: El perdón

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Mis padres, en todo su esplendor observándome anonadados; yo estoy estática en mi lugar al pié de las escaleras, creo que hasta se me olvidó respirar.

-G-g-g-gem-m-ma- la primera en "hablar" entre lágrimas es mi madre, yo no siento ni ganas de llorar a este punto solo estoy... Impactada. Mi madre se levanta y camina hacia mi, yo no se ni que hacer solo estoy aquí, apoyada de la baranda de madera de las escaleras. Mi madre caminando lentamente con lágrimas en sus ojos hacia mí, mi padre observándonos desde el sofá y Luisa a un lado.

-¿Me voy o me quedo?- Me susurra Luisa y yo solo asiento.- Si qué?

Nada.
Ni una palabra sale de mi boca.

-Voy a ver como va José- asiento y esta me da un apretón de manos para así irse rumbo a donde esta la puerta del estacionamiento. Vuelvo mi vista hacia mis padres y mi mamá se detuvo a unos metros de mí.

Solo esta ahí, observándome detenidamente mientras llora sin control. Trago grueso y abro la boca para hablar pero la cierro pensando.

¿Que les vas a decir?
¿Quien tiene que disculpar?

Mi padre se levanta y llega hasta donde mi madre tomándola de brazos para llevarla de nuevo al sofá y ambos se sientan, los detallo; mi padre esta exactamente igual, solo que se ve un poco mas anciano pero no se le ven muchas canas en el cabello castaño que tiene, sus ojos marrón oscuro se mantienen y esa aura de seriedad que hace que cualquier ambiente se ponga tenso con su asistencia nunca lo abandona.

Mi madre, por otro lado; esta mucho mas anciana, su cabello liso ya esta casi completamente blanco y sus fracciones no son de aquella madre activa que solía tener.

Ambos visten elegantes mi padre con un traje gris y mi madre con un vestido negro y un blazer blanco. Ambos se ven muy cambiados y sus fracciones son de personas cansadas que solo se dedican a trabajar.

-¿Puedes acercarte y conversar con nosotros?- habla mi padre pero su voz suena tan rota que para mi es irreconocible.

Dudosa, me acerco y me siento en el sofá individual que esta frente a ellos con mi espalda pegada al respaldar de éste y mis piernas rectas.

-Primero que nada queremos...- mi padre parece pensar lo que viene a continuación y se que le cuesta decirlo por lo que solo lo observo.- Queremos...

-Pedirte perdón- completa mi madre a su lado con su voz un poco mas repuesta pero aun llora.

-Si. Por todo lo malo que hicimos que pasaras, para nosotros no ha sido fácil aceptar que no estuviste todo este tiempo con nosotros. Y fue muy angustiante el no saber donde estabas.- mi padre comenta serio, toma una bocanada de aire- Pero esa fue la única alternativa que tuvimos para que aprendieras.- ok, es mi momento de hablar.

-¿Lanzándome a la calle con poca experiencia laboral y social, con tres meses de embarazo y sin un centavo?- suelto una risa sarcastica- Claro, buena estrategia usaron, de grande quisiera ser como ustedes.- me sorprende la frialdad con la que hablo, pero nunca me prepare para esto y no tengo mas que expresarme. El rencor me consume.

-Hija pero...- interrumpo a mi madre.

- Aquí no hay pero que valga, si de verdad estuvieran arrepentidos me hubieran buscado mucho antes. O hubieran enfrentado las cosas conmigo pero no, se fueron por lo fácil. Deshacerse de la embarazada y que ella resuelva- me levanto- Lo que mas me duele de todo esto es que al final del día son mis padres, los que saben por todas y cada una de las cosas por las que YO- Hago énfasis en yo alzando un poco la voz- He vivido, las decepciones que he pasado y la hipocresía que tuve que soportar por la que me tocó vivir gracias a ser hija de "padres de alta sociedad"- camino de un lado a otro para contener mi rabia- Es muy fácil mandar y mandar y a la mínima decepción lanzar todo a la basura.

NIÑERA DE LA MAFIA (Novela#5 de la saga Cigüeñas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora