Capitulo seis: Visitas

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Llevo un mes y algunas semanas aquí en esta cárcel  y puedo decir que si no tuviera mis dos pupilos y a Luisa de compañía no se que seria de mi. Mis niños son lo máximo y lo mejor de todo es que ya me acostumbre a ambos, a sus horarios y sus cuidados y Maddie es la mejor hermanita mayor que existe. He estado tan concentrada en ellos que este mes paso volando (literalmente), me siento muy cómoda en esta casa pero hay momentos en los que extraño mi libertad y paseo junto a los niños a las afueras de la mansión.

En cuanto a Zac estuvo aquí dos días mas después que llegue y se fue de viaje y no ha vuelto, hasta donde Luisa me ha contado siempre es así y nunca avisa cuando vuelve; solo se va y ya. Creo que mi mes no ha sido tan malo por su ausencia, ahora que lo pienso bien... En fin, me encuentro descansando un poco ya que los niños están en su siesta de las tardes y aproveche para organizar un poco las habitaciones de ambos que están hechas un caos (mas la de maddie). Me ha sido un poco difícil la adaptación con los dos, por sus cuidados, baños, las comidas y todo lo referente a ellos y mas lo de Samuel; pero debo reconocer que Luisa ha sido de gran ayuda. 

-¿Y esta caja?- digo para mi misma mientras consigo una caja dentro del closet de Samuel debajo de un montón de ropa sucia. Me siento en el piso y la destapo encontrándome con un hermoso Iphone color salmón ultimo modelo.-Madre mía!- Tapo mi boca al gritar y chillo silenciosamente para no despertar a los niños. Sigo revisando la caja y hay una nota junto con los accesorios del celular, leo la nota.

"Se que estas molesta porque te estoy quitando la libertad pero es por el bien de todos, y para compensarte eso aquí esta tu celular. El único numero grabado es el mío, cada llamada y mensaje que envíes o hagas estarán registrados y los tendré en revisión así que no inventes.

Puedes usar tus redes sociales antiguas con la condición de que nadie sepa donde estas, del resto has lo que quieras."

Observo el dibujo en el techo del cuarto de Samu recordando que esta era aquella caja que me dio un día antes de irse el muy idiota. Dudo un poco en si encenderlo o no, pero recuerdo que hay momentos en los que necesito distracción y decido encenderlo. Instantáneamente llegan un montón de mensajes y llamadas perdidas del único numero registrado "Zac", ruedo los ojos e ignoro todo aquello pero el celular vibra informando una llamada entrante del idiota.

-Agh, que molesto- cuelgo y vuelve a llamar un par de veces mas, a la tercera decido responder.

*-Si?- respondo inocentemente y rodando los ojos.

-Hasta que lo enciendes- su voz suena molesta y a la vez serena, podría hasta decir que suena sexy... Agh que dices Gema.- Gemaa....- Llama en tono de advertencia y hago un sonido de labios- Te estoy hablando.

-Y yo te estoy escuchando- Me levanto del piso y camino hacia la puerta del balcón para abrirla, salgo y el viento me golpea fuerte por mi vestimenta que consiste en una bata de dormir que me llega hasta la mitad del muslo y medias. 

-Tu nunca cambiaras- se escucha un suspiro y me encojo de hombros.

-¿Necesitas algo?- digo mientras me recargo de la baranda del balcón.

-No, solo quería saber como están.

-Jajaja no me salgas con que te importamos porque ambos sabemos que tus hijos no te importan- observo la cuidad a lo lejos y siento cierta melancolía que es reemplazada con rabia cuando escucho la voz de Zac en mi oído.

-Si me importan, de lo contrario no los tendría donde los tengo- suelto una risotada- ¿Por que te ríes?- continuo riendo- Gema es enserio.- me calmo un poco.

-Es que... jajajajaja- continuo riendo y se escucha un gruñido- Ok ya, ya- respiro para calmarme y hablo- Supongamos que si te importan... ¿por que no estas aquí con ellos?

NIÑERA DE LA MAFIA (Novela#5 de la saga Cigüeñas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora