12 | Las sucias cadenas oxidadas del columpio del parque.

641 74 15
                                    

Aquella semana pasó en un abrir y cerrar de ojos mientras ayudaba a Valkiria con los exámenes que teníamos. Me sentía muy orgulloso cuando nos entregaban las notas y las de Valkiria eran altas. "¡Mira! ¡Hemos sacado una buena nota en este, profesor!" Me solía decir acompañado de un guiño y un codazo amistoso. Cuando sonreía sus ojos casi desaparecían eclipsados por sus mejillas y estaba preciosa.

Los días con exámenes se me pasaban más rápidos. En la cafetería, Audrey estuvo viniendo de forma intermitente aunque más concretamente fue el Martes y el Viernes. Me recordó varias veces a través de notas en servilletas que tenía que seguir haciendo de modelo para ella pero no me insistió demasiado en el tema. No voy a mentir, me decepcione cada tarde cuando no me llegaban mensajes suyos diciéndome que me estaba esperando en el bosque. ¿Se habrá arrepentido de querer pintarme? De ser así supongo que me avisará.

El viernes Valkiria y yo salimos a tomar un café y a dar un paseo por el parque. Nos tomamos también un helado, uno de fresa para mi (de mis preferidos) y uno de vainilla para ella. Tenía la casa sola, al parecer Derek y sus padres habían ido a comer con Saphne y Asher, los padres de Adele. Cuando llegamos a su casa la acorralé contra la puerta y la besé con delicadeza. Mis manos bajaron por su espalda mientras sentía como mi cuerpo se iba calentando. Cuando mis labios bajaron hacia su cuello ella jadeó y negó zafándose de mi. La miré intentando no aparentar la decepción que sentí.

—Mis padres llegarán pronto—se excusó pero tanto ella como yo sabíamos que eso no era cierto. Apenas eran las ocho, seguramente ni siquiera habrían terminado de cenar aún. Además, conociendo a Saphne y a Asher no les dejarían ir sin que se tomasen un postre digno y un par de copas.

Si no le apetecía podía decírmelo pero nunca lo había hecho y no iba a exigirle que empezase a hacerlo ahora. Como de costumbre me aparté dándole su espacio y me fui a casa con una erección de metro y medio y de la que me tuve que ocupar personalmente. Mientras que la ducha me empapaba el pelo y hacía que se me pegase a la frente no pude evitar sentirme algo enfadado. ¿Tan difícil le era entender que no estaría de más que me dejase llevarla a la cama más a menudo? Completamente a continuación me sentí egoísta. Valkiria no estaba ahí para complacerme, eso desde luego. Pero a veces, me faltaba un poco de...Gruñí con frustración.

El sábado por la mañana me levanté temprano como de costumbre y sentí unas imperiosa necesidad de echar a correr sin parar. Y eso hice, me puse unos joggers, una camiseta blanca de mangas cortas y salí de casa tras insistirle a papá (que era el único que estaba despierto a las siete) que no me apetecía desayunar aún. Corrí una y otra vez al rededor de la manzana. Cuando la idea de ir al bosque a buscar a la chica petricor me sacudió con ganas simplemente contuve el aire y me negué a hacerme caso.

Si quisiese que la ayudase me habría llamado. No quería molestarla, quizás había ido a dibujar algo que no tenía nada que ver con el retrato del concurso y necesitaba paz o tal vez se había buscado otro modelo y llegar allí y encontrarles me dolería lo demasiado como para no volver al lugar.

Cuando volví a casa una hora más tarde la camiseta se me ceñía a la piel por el sudor y me sentía pegajoso. Me di una ducha rápida y aún con el pelo húmedo bajé a desayunar. Mamá seguía acostada y papá seguía en la cocina, sentado a la mesa y corrigiendo exámenes con un café al lado. Cuando le advertí entre bromas que si derramaba el café tendría que repetir los exámenes y sus alumnos lo odiarían él puso los ojos en blanco. A pesar de que había estado corriendo no tenía demasiada hambre por eso tomé un plátano del frutero y me senté a comérmelo.

—¿Tienes planes hoy?—preguntó papá concentrado en corregir sus exámenes. ¿Planes hoy? Bueno, quizás mis amigos se decantaban por hacer algo por la tarde y con suerte no me arrastraban hacia el antro de las afueras a mitad de la noche debido a lo que ocurrió la última vez.

Audrey petricorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora