𝟑𝟒. 𝐂𝐑𝐘𝐒𝐓𝐀𝐋 𝐕𝐀𝐒𝐄

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[abuso sexual]

AnnaLeigh Moore.

Me desperté en la cama de Draco, nada más que su camisa Oxford blanca de gran tamaño cubriendo mi pecho y muslos con un par de ropa interior. No se le veía por ningún lado, así que supuse que estaba en su estudio o abajo.

Lentamente me levanté de su cama y suspiré. Entre mis piernas dolían y estaba jodidamente hambrienta. Miré a mi izquierda y vi dos pequeñas tabletas, un vaso de agua y una pequeña nota que decía.

Por si quieres caminar;)

Maldito descarado.

Puse los ojos en blanco y tomé las pastillas, dos analgésicos pequeños pero potentes. Me senté allí durante otros 20 minutos hasta que estuve segura de que los analgésicos entraron en acción antes de levantarme.

Cuando lo hice hubo un ligero pinchazo, pero nada comparado con lo que hubiera sido si no los tomara.

Los recuerdos de la noche anterior volvieron a mi mente, tuve que reprimir una enorme sonrisa para que no se apoderara de mi rostro.

Draco me ama.

Sentí las mariposas en mi estómago. Esta fue la primera vez que realmente experimenté el amor, en ambos lados de la relación y me sentí bastante bien.

Mi estómago comenzó a rugir cuando suspiré y bajé las escaleras hacia la cocina. La casa estaba silenciosa como siempre. Caminé por los pasillos sin que ninguna otra persona fuera de mí estuviera a la vista.

Doblé la esquina y entré en la cocina, no había elfos domésticos alrededor, así que decidí prepararme una taza de té y un poco de desayuno, nunca estaba de más cocinar de vez en cuando.

Alcancé el gabinete superior para agarrar una taza de café cuando estaba presionada contra el armario en mi posición de estiramiento. La cantidad de presión ejercida contra mí comenzó a dolerme los senos y los brazos.

—Draco, eso duele.—me reí nerviosamente mientras él no decía nada y procedía a agarrarme el trasero—¡Draco, me estás lastimando!—Grité y comencé a retorcerme cuando golpeé mi trasero en su ingle, haciéndolo gemir.

Y ahí fue cuando supe que no era Draco.

El pánico comenzó a crecer en mí mientras luchaba más y procedía a lanzar mis brazos alrededor, tratando desesperadamente de empujar a quienquiera que estuviera sobre mí, lejos.

Empecé a gritar pidiendo ayuda mientras sus manos subían por mi caja torácica, agarrando mis pechos desnudos mientras pedía ayuda a gritos.

—¡Draco, ayuda! ¡Quítate de encima!.—Supliqué cuando se escuchó un fuerte pisotón desde el piso de arriba. Continué luchando hasta que el peso desapareció y se escuchó un gran golpe. Quien quiera que fuera, se había caído al suelo.

Estaba demasiado asustada para darme la vuelta, pero sabía que también lo había hecho. Lentamente giré mi cuerpo y vi a un hombre que no reconocí tirado inconscientemente en el suelo, Scorpius se inclinó sobre él con un gran jarrón en la mano.

Mis ojos se abrieron cuando cambié mi mirada del cuerpo a Scorpius. Me miró y dejó caer el jarrón mientras se levantaba del suelo.

—¿Estas bien?.—Preguntó mientras me tragaba el nudo en la garganta.

—S- Sí, estoy bien-

—¿Qué está pasando? Las protecciones estaban rotas.—Draco entró corriendo desde la puerta principal y observó la escena ante él—Oh Dios- AnnaLeigh, ¿estás bien?.

—Draco.—exhalé mientras me apresuraba a envolverlo en un gran abrazo. Sus largos brazos me rodearon y me sentí segura.

—Me fui por una maldita hora, Scorpius. ¿¡Quién es ese!?.—Draco gritó furiosamente mientras su agarre sobre mí no se aflojaba.

—Yo- yo- nosotros- joder, no sabía que iba a- joder, lo siento mucho.— tartamudeó Scorpius mientras yo echaba una mano en el banco de la cocina.

—Scorpius, ¿quién es?.—Preguntó Draco con más severidad cuando sentí que su corazón latía un millón de veces por segundo.

—Un amigo de Durmstrang. Estábamos todos bebiendo donde Bonnie, pero ella se enojó y nos echó, así que continuamos hasta aquí y yo... no sabía...

—Fuera de mi vista Scorpius. ¡AHORA!—La voz de Draco resonó por la habitación vacía mientras Scorpius resoplaba y se marchaba apresuradamente.

—¿Te tocó?.—Preguntó Draco suavemente mientras pasaba sus dedos por mi cabello.

Asentí levemente mientras exhalaba profundamente, sabía que estaba tratando de mantener la calma por mi bien, pero podía sentir la ira irradiando de él y su cuerpo calentarse.

—Sube las escaleras y enciérrate en mi habitación. Subiré en un momento.—dijo Draco mientras me apartaba de él y comenzaba a mirarlo a los ojos.

—¿Qué le vas a hacer-

—Solo ve, AnnaLeigh. No me hagas volver a pedirlo.—me degradó cuando yo asentí y corrí escaleras arriba, tratando de estar en silencio para poder escuchar lo que pasaba.


[...]


Ha pasado media hora desde que Draco me ordenó.

Subí las escaleras y estoy tan paranoica. Cada crujido o pequeño sonido que escucho desencadena mi ansiedad. Me senté en el borde de la cama de Draco todavía esperando que regresara.

No tenía ni idea de lo que había hecho con el amigo de Scorpius. Empecé a mover la pierna hacia arriba y hacia abajo, algo que vuelve locos a mis amigos, pero no puedo evitarlo. Hasta que la puerta se abrió y me puse de pie.

—Anna.—susurró Draco mientras me abrazaba tan fuerte como podía.— Quiero que me digas exactamente lo que pasó.

Asentí contra su hombro y me di cuenta de él mientras volvía a sentarme en la cama.

—Me levanté y no estabas aquí, así que asumí que estabas en tu estudio. Bajé a la cocina para hacer un poco de té cuando estaba presionada contra el armario, yo- pensé que eras tú pero no. Tocó mis t-tetas, mi culo, joder.— exhalé mientras Draco se sentaba a mi lado.

Está bien. No hará nada más durante mucho tiempo.—me aseguró Draco mientras asentía. Me hizo sentir un poco mejor que se sintiera con él.

—Gracias, Draco.—sonreí mientras me inclinaba hacia él.

—Te amo. Nadie volverá a tocarte o así que ayúdame Dios-

Lo corté con un beso. Él me devolvió el beso de inmediato y nos sentamos allí un rato hasta que me aparté.

—Me encanta esa frase que sale de tu boca "Te amo" sale de tu lengua tan perfectamente.— se rió entre dientes y negó con la cabeza ante mis palabras.

—¿Qué tal si bajamos las escaleras y te preparo algo para comer y beber?.—Preguntó Draco mientras lo miraba con fingida sorpresa.

—Draco Malfoy... ¿¡puedes cocinar!?.—Jadeé ruidosamente mientras él se reía.

—Sí, puedo cocinar, demasiado bueno en realidad.—se elogió a sí mismo, su ego crecía un poquito más.

—Pensé que nunca vería el día.— sonreí mientras él negaba con la cabeza y me levantaba de la cama—¡Draco Malfoy, bájame ahora mismo!.—Me reí cuando me arrojó sobre su hombro.

—No puedo escucharte.—dijo mientras salía de la habitación conmigo por encima del hombro.Me reí y juguetonamente le golpeé la espalda para que me bajara y cuando llegamos a la cocina finalmente lo hizo.

—Gracias—Negué con la cabeza mientras caminaba hacia la mesa y me sentaba. Todavía estaba conmocionada por la mañana, pero amaba sus esfuerzos por animarme.

Estaba a punto de ver algo que pensé que nunca presenciaría, Draco Malfoy cocinando.

BEHIND CLOSED DOORS 1 | DRACO MALFOY ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora