Capitulo 16

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Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro. La imagen de mas abajo, no es mía y los créditos, son para su creador.


Madara se vestía luego de tener sexo, con una mujer que conoció unas horas atrás en el restaurante de la pequeña aldea, donde realizó la misión que se le encomendó. Llevaba siete meses de haber empezado a intimar con prostitutas o con las mujeres que se le ofrecían al azar. Todas compartían el mismo patrón, cabello largo oscuro y piel clara. El problema era, que cada vez se sentía más y más vacío, ya que ninguna de ellas llenaba su corazón, ni sus sentidos.

La muerte de Hinata le había pasado la factura y después de hacer el amor con ella, ninguna mujer logró complacerlo. Estuvo muchos meses, pensando que no había muerto, que tarde o temprano iba a regresar, sin embargo, cuando el tiempo continuó su curso y no hubo señales, se fue haciendo a la idea, que jamas regresaría, encima, ver a Hashirama en agonía, le confirmaba la oscura realidad.

Prefirió mantener sus escapes fuera de la aldea, fue por ese motivo, que no volvió a tocar a su ex concubina, pues ya no le producía nada mas que indiferencia y molestia. Tampoco quiso buscar a nadie dentro del clan, dado que sólo cuando salía de misión se descargaba la frustración sexual.

La primera vez que lo hizo, se escuchó nombrando a la fémina, con el nombre de su esposa y con el tiempo, se acostumbró a que siempre sería así, pues con su sharingan, la imaginaba, mientras era a otra, a quien embestía. Evitó en todo momento el contacto visual y tampoco compartía besos, era solo sexo rápido, sin importarle, si las féminas lo gozaban o no.

Obito y Kakashi, lo miraron salir de la habitación y fingieron no verlo. Ellos dos fueron sus compañeros de misión y no era la primera vez, que lo encontraban reuniéndose con las aldeanas, no es que ellos, no hicieran lo mismo, pero Madara parecía salir de peor humor, que antes de intimar. Lo único que le daba un poco de consuelo, era llegar a Konoha y pasar por el cementerio, donde permanecía horas en solitario, luego en su mansión, específicamente, en la habitación que le perteneció a su esposa, rodeado de todo lo que ella dejó, antes de poder irse con los Hyugas.

A menudo imaginaba a su hija, a lo feliz que hubiera sido, si ella viviera, incluso la soñaba, tocándolo con sus pequeñas manitas, mientras su esposa los veía con su encantadora sonrisa, dirigida a él

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A menudo imaginaba a su hija, a lo feliz que hubiera sido, si ella viviera, incluso la soñaba, tocándolo con sus pequeñas manitas, mientras su esposa los veía con su encantadora sonrisa, dirigida a él. Era como un castigo, pues cuando se enteró del embarazo, se molestó y la culpo de hacerlo solo con la intención de atraparlo. Que equivocado estaba y ahora daría parte de su vida, por haber tenido a esa bebé.

Estaba completamente seguro, que no le alcanzaría la vida, para arrepentirse de haberse portado así con Hinata. Tuvo la felicidad en la palma de su mano y la dejó ir. Las perdió a las dos y parte de él, se fue con ellas.

Aunque nunca lo admitiría en voz alta, envidiaba a Hashirama, el cual, se dedicó a la aldea y a las necesidades de su hijo y los aldeanos. Su amigo, por lo menos, conservaba algo de la primera mujer que amo y eso, a él, le hubiera ayudado a no sentirse tan solo y vacío.

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