12. La Familia Malfoy y Alguien (des)conocido

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Ariadne lo alcanzó y entrelazó su mano con la suya. — Padrino, Madrina les presento a Harry, mi hermano.

Un tenso silencio se había apoderado de ese pequeño rincón de la heladería dónde los tres niños esperaban la reacción de los padres del rubio, la cabeza de Harry daba mil vueltas recordándole las palabras de su tío con maldita precisión.

Podía oírlo, cada palabra, cada insulto, Harry espero tenso, intentando medir a cuáles acciones recurrirían los señores Malfoy, tomarían medidas físicas o psicológicas. Cómo si su hermana pudiera ver el rumbo que estaban tomando sus pensamientos su mano apretón la suya, su cuerpo se acercó más a su lado y el lazo que había sentido desde que la conoció le transmitió seguridad.

Sonaba increíblemente egoísta pero deseaba que su hermana hubiera estado con él cuando aún vivía con los Dursley, que le hubiera acompañado en cada uno de sus años ahí.

El sonido de la silla de metal raspando contra el suelo llamo su atención, la señora Malfoy se había levantado y ahora caminaba hacia ellos, cada paso con clase y elegancia.

Se paró frente a ellos y de un tirón alejo a su hermana de él, Harry cerró los ojos y se encogió un poco esperando el golpe que sabría que vendría pero en lugar de eso unos delgados brazos se enredaron en su cuello y lo atrajeron hacia un cuerpo.

— No puedo creer que al fin estes con nosotros .—la voz de la mujer estaba embargada de sentimiento.— He esperado mucho para conocerte

La mujer se alejo un poco y sus profundos ojos azules lo examinaron de pies a cabeza, sus rosados labios se contrajeron en una mueca y su cara se giró hacia su hermana, ambas se sostuvieron la mirada por un par de minutos.

Harry sentía el enojo que desprendía su hermana, la vio chasquear la lengua antes de cruzarse de brazos y sintió un apretón más fuerte en sus hombros. Harry regreso su vista a la mujer frente a él.

— Harry cielo, yo soy tu madrina, me llamo Narcisa pero puedes llamarme Cissy

Harry asintió y observó un poco más a la mujer, tenía el cutis tan pálido que el rostro parecía brillarle con el sol que entraba en el lugar; el largo y rubio cabello que le caía por la espalda le daba aspecto de ahogada. Se parecía muchísimo a Draco, aunque su padre también era rubio.

Sus ojos giraron hacia él, Draco había heredado esos impresionantes ojos de plata de su padre.

El hombre en cuestión no se levantó de su silla solo lo examinó desde ella, esos ojos de plata tan fríos como el hielo lo miraban con intensidad. Harry se encogió bajo el escrutinio y el hielo en esos ojos se suavizó, eso hasta que su hermana y la mujer que aún lo tenía entre sus brazos estallaran en carcajadas.

—Merlín! Todo...un....un terroncito de azúcar .—logró decir su hermana entre risas.

—Luci no sabía que podías pensar tales cosas.—hablo su madrina antes de soltarlo y acercarse a su marido.

Al parecer Draco estaba tan confundido como él ya que este paseaba su mirada de Ariadne a su madre y viceversa.

—No se de qué hablas, Cissa .—la fría voz del hombre hizo estremecer a Harry.

Cissy le dió una sonrisa burlona antes de sentarse a su lado y observar con atención a su marido, ambos se quedaron mirando hasta que su hermana soltó un jadeo indignado y cubrió sus oídos.

—Por Merlín! Están en público y con niños. —las mejillas de su hermana habían adquirido un tinte rosado.

—Te pasá por escuchar lo que no debes. —hablo su madrina mientras le guiñaba un ojo.

—No puede.....Lo sabías y lo hiciste a propósito .—reclamo Ariadne, Narcisa soltó una suave risita.

Lucius se aclaró la garganta antes de hablar.—¿No deberían estar ordenando ya? No quiero tener que quedarme mucho tiempo en estos lugares.

Aunque sus palabras eran igual de frías esta vez sus mejillas tenían más color, Harry se dio la vuelta antes de que alguien viera la sonrisa que tiraba de sus labios.

...

—Uy, demasiada azúcar.—se quejo su hermana cuando iban saliendo del local, Harry asintió de acuerdo.

—Se pidieron un helado de chocolate con chispas de chocolate, jarabe de chocolate y cono también de chocolate.—comento Draco mientras caminaba a su lado.—¿Cómo por Merlín no los asquea tanto chocolate junto?

—Es que el chocolate es vida, sin él yo no soy nada.—dramatizo su hermana dejando caer su espalda sobre su pecho.

—Vida es la que va a pasar castigada, Señorita Riddle.—Ariadne detuvo todo movimiento en cuanto la voz de Severus hablo tras su espalda.

Harry la vio encogerse ligeramente y dirigir sus verdes ojos hacia el rubio, él cual sabiamente la ignoro, Ariadne se alejo de él y se volvió hacia Severus.—Sev, hola ¿Qué te trae por aquí?

El hombre que vestía de negro, otra vez, arqueo una ceja ante la sonrisa inocente que apareció en los labios de su hermana y de un bolsillo escondido en su túnica extrajo un pequeño papel, que con un movimiento de su varita se hizo más grande.

—¨Querido Sev y Siri¨.—empezó Severus.—¨Debido a que ya son viejos aburridos y yo soy una joven sospechosa que secuestra niños, he llevado al niño que secuestre al callejón Diagon pienso comprarle cosas y divertirme con él, así cuando el síndrome de estocolmo haga lo suyo me amara más aún. atte: Anne "

—Bueno, eso....—antes de que Ariadne pudiera seguir fue interrumpida por Severus.

—"Posdata: Tú no eres un viejo aburrido Siri, te amamos" —Termino Snape.

—Sabía que debía preocuparme—fue lo único que alcanzo a decir Harry antes de que el tirón en su estómago le indicara que se habían aparecido

...

En un oscuro corredor se podía apreciar la silueta de un hombre, este se movía nerviosamente parecía incomodo en su propia piel. El hombre retorcía sus manos de manera constante y parecía tener una discusión consigo mismo.

Cualquiera que se hubiera tomado el tiempo de mirarlo dos veces habría notado que el temblor en sus manos era falso, que su nerviosismo era fingido, y que una voz más profunda y tosca respondía cada vez que él hablaba.

El hombre comprobaba regularmente el estado de su turbante, aún no se acostumbraba a llevarlo pero ahora había sido necesario que lo portara. Siguiendo ordenes había observado el ir y venir de un par de niños que habían desaparecido hace solo un momento, no sabía porque su Señor le pidió tal cosa pero ya tenia claro que su Señor no contestaría sus dudas.

—Es hora de irnos, tienes unas clases que preparar.—el profesor se estremeció con moderación antes de asentir. —Manda la nota y vete .—la voz volvió a hablar.

Un pase de su varita, un hilo azul saliendo de ella y luego nada, el callejón había quedado vació y en silencio.

Y en la mansión mientras ambos niños dormían profundamente una pequeña nota apareciendo con tan solo tres palabras en ella.


"  Pronto nos veremos"


Pertenecientes A La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora