Prólogo

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31 de Octubre de 1981
Valle de Godric

Envuelto en un oscuro manto se podía apreciar la figura de un hombre, caminaba nervioso y apresurado hacia la casa que le habían indicado.

Tenía un mal presentimiento sobre aquello, las calles se mostraban silenciosas y solitarias. El hombre apresuró el paso debía llegar cuánto antes.

Lo supo justo antes de llegar a la casa, un resplandor verde se lo confirmo, había llegado demasiado tarde. Las protecciones de la casa estaban desgarradas, rotas por una magia poderosa.

Se adentró en aquella casa, sus pasos silenciosos mientras se movía por ella, lo vio junto a las escaleras. El amor de su vida, muerto, sus brillantes ojos chocolates sin vida, apagados, su piel de un tono grisaseo y aún así tan hermoso como lo recordaba. Su mano estirada en dirección al segundo piso.

Se acercó lentamente, acariciando de manera temblorosa la fría mejilla, tenues murmullos le llegaban de la habitación más arriba, se alejo de su amor para dirigirse a ellos.

Los murmullos subían de intensidad cada vez que se acercaba a la última puerta de aquel corredor, la abrió lentamente y su respiración se atoro en su garganta, y sus ojos pararon en el pequeño y sollozante niño.

Ahí estaba, la otra parte que conformaba su alma, lágrimas bajaban de esos brillantes ojos verdes, gemelos a los que poseía y a los que le esperaban en casa.

Frente al niño, una mujer de abundante pelo rojo se encontraba, sus facciones contraídas en una feroz mueca de enojo mientras traicioneras lágrimas escapaban de unos ojos verdes un poco más opacos que los del infante.

Una desagradable risa resonó en la pequeña habitación, el cuerpo de la mujer se tenso y se replegó más frente al niño, cubriendolo de la maldición que sabía que lanzaría aquel hombre.

— No esperaba menos de ti, Lily querida, mira que poder ver atravez de mi glamour..

La voz sedosa y tranquila que hablo hizo que nuestro hombre se tensara, esa era su voz pero claramente ese no era él. No podía creer lo ciego que había estado, todo había sido una trampa y él había caído en ella.

— ¿Porqué hiciste todo esto? ¿Porqué nos mentiste y engañaste de esta manera?

Aún con el temblor de sus manos la voz de aquella mujer no lo hizo, su enojo era mayor al miedo que le causaba. El amor que le tenía al niño era mayor a la amenaza que él le suponía.

— Oh, pero eso sí que es una sorpresa, no solo has visto quien soy en realidad si no que has visto lo que hice.

La voz siseo lo último dejando estático a nuestro hombre, el también sabía lo que vendría a continuación. Sabia lo que sería de aquella mujer.

— Bien, Lily querida lo mejor será que terminemos ahora, Tom debería llegar pronto.

Un sonido estrangulado salió de la boca de aquella mujer, más lágrimas empezaron a caer de sus ojos y su vista se dirigió a la puerta. Nuestro hombre se quedó en shock cuando esos ojos se clavaron en él, miles de sentimientos cruzaron sus ojos, la tristeza y el remordimiento haciéndose presentes. Lily miro tras ella, al pequeño que sollozaba y miraba a su alrededor, miro de nuevo al hombre en la puerta y susurro unas últimas palabras.

Pertenecientes A La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora