3. Un Sitio que Llamar Hogar

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Mansión Slytherin
Salón Principal

El mareo invadió a ambos niños cuando la elfina los hizo aparecer en el salón, Harry soltó a Ariadne por un momento intentando controlar las arcadas que querían invadirlo, no sabía que había pasado pero esperaba no repetirlo pronto. Una pequeña y delicada mano se apoyo en su espalda, Harry miro a la niña de brillantes ojos verdes y una tímida sonrisa se pinto en sus labios.

Anne le devolvió la sonrisa sin poder evitarlo.— Estoy tan feliz de que al fin estés en casa.

— ¿Casa? .—la duda en la voz y mirada del niño casi le rompió el corazón.

— Si, Har, casa.—Anne tomo la mano del azabache y lo guió hasta el sofá más cercano.

— Se que debes tener muchas preguntas, sobre nuestros padres, sobre lo que pasó, sobre porque hasta ahora te traje aquí.

Harry asintió removiendosé nervioso en el cómodo sofá, la niña le dió otra dulce sonrisa.— Prometo contestarlas todas y contarte todo lo que pasó, pero supongo que estarás cansado y hambriento.

— Yo si, lo estoy emm...—Harry dejo la frase sin terminar no sabiendo como llamar a la niña.

— Anne, Ariadne en realidad pero Anne está bien.—la pequeña mano de la niña se deslizó por su mejilla en una suave caricia.— Me cuesta creer que al fin estás aquí, después de tanta espera al fin te tengo conmigo.

— Tú...¿Me estabas esperando?

— Por supuesto, desde el día en que te llevaron te estuve esperando.

— ¿Me llevaron? ¿A dónde? ¿A qué te refieres?.—Harry se levantó exaltado ¿Se lo habían llevado? ¿Porqué? ¿Quién?

— Tranquilo, Har yo te explícare todo pero primero comamos ¿Si? Muero de hambre y Hawk cocina excelente.

Manteniendo su sonrisa Anne se levantó y le extendió su mano a Harry, el niño la tomo sin dudarlo dejándose guiar hacia el comedor.

El comedor era amplio y una larga mesa se extendía en el lugar, solamente dos sitios se encontraban dispuestos. Anne soltó la mano de Harry dejándolo explorar el lugar a su antojó sin embargo el niño no se movió del lugar, se quedó plantado en la entrada aún cuando ella tomaba asiento.

Harry miro el comedor, era tan hermoso, sus paredes de color plateado, una elegante araña colgando del techo, cuadros de increíbles parajes adornaban el lugar, la larga mesa de caoba oscura rebosaba de exquisita comida. Las sillas de hermosos acabados dispuestas para personas que no se encontraban, sintió a su hermana soltarle la mano y caminar hasta la cabeza de la mesa donde tomo asiento, a su derecha un campo puesto para alguien más y por allá, en una esquina, una pequeña mesa con otros dos puestos.

Anne miro extrañada como Harry caminaba hacia la pequeña mesa dispuesta por los elfos y no hacia el lugar dispuesto a su lado. — ¿Har? ¿Qué haces?

La castaña vio la mirada asustada que le dedicó antes de contestar.— Discúlpame, creí que comería aquí pero entiendo si no quieres comer conmigo en la habitación.

El ceño de la pequeña se frunció.— ¿Pero de qué hablas? Tu lugar está junto a mi, siempre habrá un sitio a mi lado para ti.

Con paso tembloroso y la mirada en el suelo Harry camino hacia su hermana, Anne lo vio tropezar antes de tomar asiento. La pequeña mano de la castaña levanto con suavidad el rostro del contrario encontrándose con unos verdes ojos abnegados de lágrimas y su corazón se encogió de tristeza ¿Cuánto había estado sufriendo su hermano? La mano de la niña resbaló de su barbilla dejando una caricia hasta llegar a su mano y apretarla entre las de ella.

Pertenecientes A La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora