4. Conociendo Algo de Familia

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Habitación de Ariadne
Mansión Slytherin

La mañana se había presentado en aquella mansión, el sol colándose por las ventanas, atravesando las cortinas hasta chocar con los cuerpos aún durmientes en la amplia cama.

En una maraña de suaves sábanas grises dos niños aún dormían, el sol parecía envidioso ya que se posó justo sobre sus ojos en una clara demanda de hacerles despertar.

El primero en hacerlo fue el azabache quien con lentitud abrió sus ojos y examinó el lugar en el que estaba, la emoción de saber que todo había sido real lo lleno por completo. La vista de la castaña a solo unos centímetros de él con sus manos aferradas a su camisa le enterneció, talvez debería tener más confianza en las palabras que le había dedicado, talvez debería dejarse llevar y disfrutar de lo que se le presentaba.

La castaña despertó al sentir el cambio en la respiración de su hermano, sus ojos verdes se encontraron con unos iguales apenas los abrió y una boba sonrisa se apoderó de sus labios. Harry sintió una igual apoderarse de sus labios.

— Buenos días, Har .—Ariadne se separó lentamente de él, no sabiendo aún como actuar.

— Buenos días, Anne .—Harry algo dudoso llevo su mano al cabello castaño dándole leves caricias.

Ariadne sentía que iba a ronronear hacía tanto que no recibía cariño, apoyándose en el toque se dejó hacer. Tenían muchas cosas de que hablar, sobre lo que había pasado, lo que habían vivido, sobre lo que pasaría de ahora en adelante.

— ¿Te parece si desayunamos? Luego podemos hablar en la biblioteca, hay varias cosas que será mejor que te explique Sally o los abuelos.

— ¿Abuelos? ¿Tus......los abuelos están aquí? ¿Porque no les he visto? .—¿Acaso no querían verlo? ¿Conocerlo?

— Lo de los abuelos es algo complicado, ellos están pero a la vez no, tengo explicarte de dónde venimos y que somos por eso primero un baño, desayuno y charla .—Les esperaba una larga conversación.

— Está bien .—Harry alejo su mano y le dedicó otra sonrisa hasta que recordó algo. — Anne....mmm mi ropa ¿Sabes dónde está?

— Har, tú ¿Quieres esa ropa de vuelta? .— Ariadne tomo una de las manos de su hermano y la apretó entre las de ella, quería medir sus reacciones.

— Bueno, yo supongo que sí, yo no......— No tengo otra, Anne casi podía escuchar las palabras no mencionadas.

— Solo responde Harry ¿La quieres de vuelta?

Harry miro la ropa que traía puesta, la suave tela que le quedaba a la medida, la tela limpia sin manchas de comida, sin agujeros luego pensó en la ropa que traía en aquella bolsa, toda la ropa gigante, manchada, con agujeros, no, la verdad no la quería.

Cuando Harry negó con la cabeza una sonrisa se extendió por el rostro de Ariadne .— Excelente entonces luego iremos de compras, te llevaré al callejón Diagon y compraremos de todo.

— Pero yo no tengo dinero para comprar nada...—Era cierto, él no tenía dinero propio y los Dursley jamás le habían confiado ni un centavo.

— No tienes que preocuparte por el dinero, nuestros padres nos dejaron más que suficiente además también podemos tomar de la bóveda de Sally, a él no le importará .—¿Porque iba a importarle? Él ya no podía gastarlo, Ariadne dudaba que quisiera comprarse una túnica nueva o algo mágico.

— ¿Estás segura? No quisiera molestar a....¿Don Sally? .— Ariadne estallo en carcajadas.

Antes de que alguno pudiera volver a hablar unos pequeños golpes sonaron en la puerta, Anne exclamó un "adelante" casi sin aire y la elfina que se encontraba al otro lado entro con la vista clavada en el suelo.

Pertenecientes A La OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora