Capítulo 12

24.6K 623 9
                                    

Estar con la regla y el asunto de Paola, me tenía como una loca. Esta vez me vino con retraso y pensé que iba a tener que buscar nombres de bebés en internet. Necesitaba un sedante para evitar gritar como histérica.

Después de clases, me encaminé a su casa a husmear, porque la intriga me estaba matando. Si la encontraba, mi corazón creo que se rompería y sino también. Debía ser optimista antes de dar parte a la policía.

En mi camino vi a varias alumnas de regreso de clases. ¿En qué dejaron entrar entrar a las chicas con esas faldas tan cortas? Parecía que llevaban cinturón en vez de faldas.

Al poco rato, llegué a su casa unifamiliar de una planta que era tan bonita como ella. Paola no tenía mascotas, más que sus osos de peluches. Me dirigí a la puerta con fe.

Toqué unas cuantas veces y esperé que viniera a la puerta a apagar mi ansiedad que ya me estaba consumiendo. Debía ser paciente y comprensiva.

Después de unos minutos de esperar nadie salió. Mi preocupación se acrecentó y volví a tocar, pero no tuve ninguna respuesta. Ni en su celular respondía mis mensajes. Esto me estaba matando por dentro.

Regresé a casa y me entregué a la preocupación. Ya no tenía deseos de hacer la tarea. No tenía ganas ni de tocarme ni de leer la novela más erótica del mundo. No tenía ganas ni de hablar con mi padres.

Me boté en la cama y ya no me levanté. Comencé a soñar con Paola. Soñaba que estábamos en mi cama. Yo encima de ella. Obviamente desnudas. Sí, yo era la pasiva y ella me estaba cogiendo duro. ¡Me daba vergüenza gemir!

Me dormí y desperté en la oscuridad de mi cuarto. Cogí mi celular y vi que tenía llamadas perdidas de Paola. ¡Diablos, yo no tenía saldo!

Microfalda ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora