Arrebato

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Mirajane se encontraba sentada en una de las bancas del parque desde hacía un rato con total expectativa y en cuánto vio al musculoso Jefe de Guardia de Ciudad Ígnea, una gran sonrisa se dibujó en su bello rostro, a su vez éste también le sonrió y respondió de manera parecida.

- Siento llegar tarde linda, me disculpo si te he hecho esperar mucho tiempo - le dijo Ralf al llegar junto a ella y saludándola con un beso en la mejilla

- No hay problema corazón, recién llego yo calculé el tiempo - afirmó la hermosa moza de ojos azules - Pero dime, qué pasó cómo estás - indagó acto seguido

- He tenido días mejores... ya sabes mi situación con Rei - contestó el de ojos cafés sentándose a su lado

- Eso lo sé Ralf, me refiero a algo que mencionaste en uno de los mensajes que me enviaste, ¿Qué ocurrió anoche? - especificó la de cabello blanco

- Ah sí pues... no sé si me lo vas a creer pero ayer mi esposa mandó a darme latigazos - rememoró el hombre

- ¿Cómo? - preguntó impactada Mira al oír eso

- Sí, tal como lo oyes, recibí latigazos por defender a una mujer soldado que iba a ser abusada por un patán que Rei colocó y en que confía - agregó él con el fastidio que le produce el tan solo hecho de recordarlo

- Tiene que ser una broma... ¿Tu propia mujer mandó a azotarte? - volvió a preguntar la muchacha al mismo tiempo que sentía cómo su sangre empezaba a hervir de la bronca que comenzaba a sentir

- Me gustaría que no fuese de verdad pero lamentablemente sí lo es, ella confía en ese idiota y lo defiende... escucha, a ese sujeto le gusta propasarse con las mujeres y Rei no lo sabe, hoy la soldado a la que yo salvé y yo, fuimos a tratar de averiguar quién es en realidad ese tipo pero, no tuvimos éxito - informó apesadumbrado Ralf

- Es increíble... ¿Está loca o qué? - respondió la moza en referencia a la gobernadora de Ciudad Ignea - La situación está peor de lo que imaginé, Lady Mars no puede hacer eso... Ralf, no puedes tolerarlo, pero no entiendo porqué dejaste que ella te hiciera tal barbaridad - añadió Mira sumamente indignada

- Simple, si yo me resistía, Rei iba a hacer llevar a Risa por la fuerza a la gobernación, a fin de azotarla en mi lugar - contestó Jones de igual forma

- No lo puedo creer, cómo pudo haber cambiado tanto, a mí jamás se me ocurriría hacer tales cosas... Ralf, hay que hacer algo - aseguró ella decididamente

- Lo sé, voy a averiguar quién es realmente ese tipo... Mira, si alguna vez vas a entregar algún pedido a Nukureo Kaseigan, ten cuidado con Jedite, es rubio de ojos azules, que no te envuelva su apariencia bien parecida, tú eres muy bonita y de seguro si él te ve, querrá seducirte - aconsejó el de pelo castaño causando un sonrojo en la joven al oír su afirmación referente a su belleza

- Agradezco tu recomendación, sí me toca entregar un pedido allí, tendré cuidado - dijo la de cabello blanco con el corazón aún galopándole por el enojo - Oye corazón, aún no almuerzo, quisiera que comamos juntos - invitó acto seguido

- Es una pena pero ya comí antes de venir, pero puedo hacerte compañía hasta que tengas que regresar al trabajo - le dijo el robusto hombre

- Bueno de acuerdo, ¿nos vamos? - invitó Mirajane sonriéndole y poniéndose de pie, a lo que el jefe Jones asintió con la cabeza

Al mismo tiempo que ellos dos de dirigían a un restaurant, una joven los observaba a la distancia.

-Los lugares que él frecuenta son los que yo había investigado, pero mejor espero a poder encontrarlo a solas, mientras tanto lo seguiré - murmuró la muchacha en referencia a Ralf

De Miel a HielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora