Nocturnal-J.H

𝟬𝟬𝟰.-𝗖𝗥𝗘𝗣𝗨́𝗦𝗖𝗨𝗟𝝝

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Aquella mañana no fue diferente a las demás, Gia se despertó eufórica corriendo escaleras abajo aún en pijama, no le gustaba desayunar vestida debido a su irremediable torpeza, temía manchar su ropa y no tener tiempo de cambiarse antes del instituto.

Cuando llegó a la cocina vio a su padre ya vestido con una taza de café en la mano y leyendo el periódico. Mason salía de casa antes que Gia para ir a trabajar así que no estaban mucho juntos a la hora del desayuno. Sin embargo, era lo suficiente para que la adolescente mantuviese su buen humor durante el día.

-Buenos días viejo.- Saludo alegre mientras se servía un zumo de naranja.- ¿Algo interesante en el periódico local de este entrañable mini pueblo perdido entre la nada?

-Alguien se ha despertado chistosa.- Mason levantó levemente la cabeza del periódico.- Pues para tu información si, ataques de animales aquí en Forks y alguno en Seattle, Dorabella y tu deberíais tener cuidado de camino al instituto, nunca se sabe lo que puede aparecer en la carretera.

-Isabella.- remarcó el nombre de su amiga divertida, su padre siempre se equivocaba con el nombre de la pobre chica, aunque Gia pensaba que comenzaba a hacerlo a posta.- Es buena conductora, no nos pasará nada.

-Eso espero cachorro.- Mason se levantó de su silla tomando una chaqueta que había colocado en el respaldo.- Tengo que ir a trabajar, los árboles no se cortan solos.

Gia hizo una mueca de hastío y disgusto muy notable.

-Se que no te gusta mi trabajo por la secta esa de la naturaleza a la que sigues, pero es lo que te alimenta.- La muchacha rodó los ojos rendida.

-Greenpeace no es una secta papa, lo hemos hablado muchas veces.- Mason realizó una sonrisa socarrona para comenzar a caminar hacia la puerta.

-¿Has recibido alguna carta de los osos polares diciendo lo agradecidos que están por el dinero que les mandas?- Gia realizó una expresión rendida.- Eso pensaba, no sabes donde va el dinero, así que seguramente sea una secta y el que recibe los donativos seguro que es algún ejecutivo frustrado sin ambición ni futuro.

-¿No tenías que irte a trabajar?- Una sonrisa divertida se instaló en la cara de la joven.

-Que tengas un buen día cachorro, trata de no soltar tus rollos ambientalistas delante de tus nuevos amigos.

Mason cerró la puerta sin esperar respuesta de la muchacha que simplemente realizó una mueca divertida para terminar de desayunar a toda velocidad para subir a vestirse. Se colocó una medias negras, una falda del mismo color, una camiseta pegada al cuerpo azul claro y por último sus inseparables botines negros. Acompañó el conjunto con una chaqueta de cuero negra y tomó su mochila sobre sus hombros justo a tiempo para escuchar un claxon frente a su hogar. Bajó disparada las escaleras para tomar las llaves de casa que había en el mueble del recibidor y cerrar la puerta detrás suyo con seguro.

-Buenos días bells.- Saludó felizmente la peli negra.

-Buenos días Gia.- La castaña simplemente le dirigió una sonrisa amortiguada para emprender rumbo al instituto. Por el camino Gia le iba contando anécdotas a Bella para hacer más ameno el mismo y la castaña reía imaginando las situaciones que le contaba su amiga.

No tardaron en llegar al instituto donde Bella aparcó la pickup cerca de la entrada, ambas muchachas bajaron del vehículo notando los coches de alta gama de los Cullen aparcados al otro lado del estacionamiento. Gia notó que la miraban fijamente y al buscar con su mirada el responsable de esa incomodidad se encontró con Rosalie, la chica rubia que parecía ser gemela de Jasper.