𝟬𝟬𝟲.-𝗖𝗥𝗘𝗣𝗨́𝗦𝗖𝗨𝗟𝝝

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-Bueno pequeño, ya estás curado.- Cogió al pequeño animal entre sus brazos y salió hacia el jardín trasero, que era el más cercano al bosque, para soltar a la criatura.

Gia contempló como el conejo blanco se alejaba hacia el limite del bosque, y satisfecha, volvió a entrar en su hogar preparada para no hacer nada. Estaba tumbada en el sofá viendo una aburrida maratón de películas policiacas. Mason no se encontraba en casa ya que había salido a hacer unos recados aparentemente necesarios. La muchacha no podía estar más aburrida entre cuatro paredes.

Fue en ese momento cuando sintió ruido fuera de casa, y bastante. Salió al porche y contempló que aquello que la había alertado era un hombre en silla de ruedas, siendo ayudado por un muchacho moreno de pelo largo, para bajar de un vehículo, frente al hogar de los Swan. Se acercó preocupada en el momento en que notó que al chico se le complicaba su tarea.

-¿Puedo ayudaros en algo?- En el momento en que ambos oyeron aquella dulce voz, cesaron lo que estaban haciendo.

-No te preocupes, lo tengo controlado.- No hacía falta ser un genio para ver que obviamente no lo tenía controlado, y que necesitaba ayuda.

Gia ignorando por completo lo antes dicho por el muchacho, se acercó a la puerta del hogar de su amiga Bella, dispuesta a llamar con la esperanza de que Charlie pudiese salir a ayudar.

-Hola Gia, buenos días.- Charlie saludó aparentemente alegre.

-Buenos días, jefe Swan.- A pesar de que el mayor le había repetido hasta la saciedad que podía tutearle, ella se empeñaba en llamarle así únicamente con el fin de molestar.- Al parecer don cabezón aquí detrás mío tiene problemas, pero su masculinidad de hombre de las cavernas le impide pedir ayuda. Me preguntaba si podrías echar un cable.

A Billy Black no le pasó inadvertido el comentario de aquella curiosa chica y no dudó en reírse de su hijo sin tapujos. Jacob no hizo nada mas que bufar por la actitud infantil de su padre y las acertadas palabras de la misteriosa chica.

Al oír el alboroto de pisadas y voces entrando por la puerta, Bella no dudó en bajar para comprobar que ocurría. Al llegar a la planta baja se percató del buen humor de su padre que iba de camino a la cocina, y más adelante de la agradable conversación que su amiga Gia mantenía con Billy, el padre de su amigo de la infancia Jacob. Este último mencionado se encontraba bastante incómodo por lo que fuese de lo que estuvieran hablando.

A la joven Swan no le sorprendía ver allí a su más reciente amiga, sabía que era muy extrovertida y que gustaba a la gente, era como un inmenso rayo de sol, al que nadie en un pueblo tan frío y nuboso como Forks podía negarse.

-Buenos días GiGi.- La castaña hizo uso de un apodo cariñoso que había estado pensando para la muchacha.

La peli negra pareció bastante contenta de que le hubiesen puesto un mote.

-Buenos días Bells.- Gia estaba demasiado feliz en esos momento, le encantaba conocer gente y la pequeña familia Black era muy amigable y cercana. Además de que le recordaban un montón a su padre y a ella.

-Gia, ¿sabes sobre que hora va a venir tu padre a ver el partido?- La interrupción inesperada de Charlie dejó desconcertada a la joven, quien rápidamente entendió por que su padre había salido tan pronto de casa un sábado.

Nocturnal-J.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora