Capítulo 25

1.1K 119 27
                                    

Toda la mañana y parte de la tarde estuve acostada en mi cama, conectada a un suero, que por cierto hacía que se me entumeciera todo el brazo por no poder moverlo libremente. Nadie había venido a hablarme, a excepción de Vanya que vino una vez y Grace, que ha venido a revisarme un par de veces. Pero de ahí en fuera nadie se ha pasado por mi habitación, y lo entiendo, todos han de estar más preocupados por Ben que por mi, lo de el es más grave.

Me siento demasiado cansada, apagada. Toda la energía que gasté la noche anterior ha dejado mi cuerpo más débil que nada, apenas y puedo comer por mi misma. Tengo el pecho vendado a causa de que el cuchillo que me lanzó Diego me perforó un pulmón y eso me quita aún más movilidad. En la mañana intenté levantarme para ir a ver a Ben y cómo se encontraba pero Grace no me lo permitió, porque según ella debo descansar. También dijo que había tenido suerte de seguir viva, pues después de haber usado todo mi poder había quedado débil y cuando Diego hizo lo que hizo era como para que ahora estuvieran todos alrededor de mi ataúd.

—Si no comes no te podemos quitar el suero _____.— dice Grace desde la puerta.

—No tengo tanta hambre.

—Pero debes comer. Es necesario si quieres sanar más rápido, estás muy débil.

—Bueno, me lo comeré.

Seguido de eso se fue, con su típica sonrisa. Me terminé la comida, porque claramente ya no quería seguir teniendo esa cosa inyectada a mi brazo.

No sé por qué tenía la esperanza de que Cinco apareciera por la puerta y se quedara conmigo aquí, como si fuéramos solo unos niños normales que se quieren como cualquiera a nuestra edad. Pero eso no iba a pasar, él no era un niño normal ni yo tampoco, o al menos no en esta realidad. En esta realidad tenemos que lidiar con cosas que ni siquiera un adulto podría. Muertes. Había presenciado muchas y había causado la mayoría de ellas, a veces pienso que una niña normal ya sea aquí, en mi realidad o en cualquier otra no habría podido con todo lo que he hecho... a veces pienso que...

No soy normal y no en el buen sentido.

Claro, que eso nadie lo sabe. Nadie, más que todos en la Comisión pero, si tenía suerte, Cinco nunca llegaría allá y nunca se enteraría de todo lo que he hecho. Los demás tampoco y en verdad quería eso, porque quiero irme y que ellos tengan un buen concepto de mí. Aunque eso no es lo que está pasando ahora. Todos piensan que por mi culpa Ben casi muere.

Dieron las 8 de la noche y mi espalda me estaba matando si es que lo de anoche no fue suficiente, tanto tiempo acostada y sin moverme, era claro que mi espalda sería la que se iba a quejar. Sin darle importancia a lo que Grace me había dicho en la mañana, me levanté. Ya no soportaba estar más tiempo ahí sin hacer nada y sin poder ir a ver a Ben. Así que me levanté y me dirigí a la enfermería.

Los pasillos ya estaban oscuros, las luces todavía no las prendían y a decir verdad, daba un poco de miedo. Caminé a paso rápido para no quedarme más tiempo en ese pasillo hasta que llegué a la puerta de mi destino. Justo cuando estaba abriendo la puerta escuché las voces de los demás y traté de cerrarla de nuevo pero ya era tarde.

—¿Quién está ahí?— preguntó Allison.

Creí ya se habrían ido.

No tuve otra opción más que mostrarme. Estaban todos ahí, al lado de Ben.

—Oh— pronunció ella al darse cuenta que era yo.

Realidad Deseada || TUADonde viven las historias. Descúbrelo ahora