Capítulo 28

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Me desperté temprano e hice mi rutina de siempre. Ya lista bajo con Ben y me llevo la sorpresa de que no está solo, está con... ¿Cinco? ¿Desde cuándo Cinco visita a Ben? Al momento en que Cinco me vio se despidió de Ben y salió rápidamente de la habitación.

—¿Ok? Eso estuvo raro— dije adentrándome más en la habitación.

Ben no dijo nada y solo se volvió a recostar sobre su cama, ya que se había sentado al hablar con Cinco. Se le veía nervioso.

—Hola Benito.— me senté en su cama.

—Debes dejar de llamarme así.

Reí.— Está bien... Benito— susurré lo último.

—Te escuché.

Nos empezamos a reír.

—¿Puedo preguntar qué hacía Cinco aquí?

—Ya lo hiciste.

—Es que nunca te visita, por eso se me hizo raro.— me senté de chinito.

En eso alguien toca la puerta de la habitación.

—_____, está listo el desayuno, Ben ahora regreso con el tuyo— Grace se asoma y después se va.

—Ya estoy harto de estar en esta cama, hasta el desayuno me traen, no puedo hacer nada.

—Tranquilo, ya falta poco para que vuelvas a estar de pie, ahora solo es por precaución.

—Pero mira.— se pone en la orilla de la cama— ya me puedo levantar.

—Bueno, debo bajar, ahorita regreso.

No esperé a que me respondiera y salí del cuarto. Cuando llegué al comedor ya estaban todos sentados pero había un asiento vacío: el de Reginald.

—¿Donde está Reginald?— todos voltean su mirada hacia mi.

—Tuvo que hacer un viaje de imprevisto, querida, toma asiento.— me respondió Grace parada a un lado de la mesa.

Sin contradecirla me senté y empecé a comer lo preparado. Si Reginald había salido significa que podía llegar a convencer a Grace y Pogo sobre ir a otro lado y hacer algo divertido. Estar aquí era algo... desesperante, solo estar dentro de esta inmensa mansión donde la luz del sol casi ni se asoma es agobiante. Así que debía hacer algo para motivar a todos.

Desayunamos todos en silencio, pues la costumbre de Reginald de hacerlo así se ha quedado en esta familia.

Antes de retirarnos de la mesa pude ver como Cinco tenía su mirada puesta en mí, pero la quitó al instante en el que me di cuenta. Mentiría si dijera que no he pensado en él, pues ha pasado varias veces por mis pensamientos. Repito sus palabras una y otra vez, viendo el error que he cometido al acercarme a él y formar una amistad.

Pero al mismo tiempo me emociona pensar que el frío Cinco sí tiene sentimientos y me emociona aún más que algunos de ellos son por mí. Siempre ha sido tan distante de sus hermanos y no entiendo el motivo, ha sido competitivo pero al final de todo siempre trata de proteger a su familia.

Ya todos en sus cuartos decido poner mi pequeño plan en marcha. Me dirijo a la ubicación de Pogo para poder hablar con él y convencerlo.

—Pogo.— saludo cuando llego hasta él.

—¿En qué puedo ayudarla, señorita?

—¿Reginald ha salido, cierto?— me siento junto a él.

—Es correcto.

—Y por lo tanto el entrenamiento se ha cancelado...— digo más como afirmación que como pregunta.

—Así es.— contesta dudoso.

Realidad Deseada || TUADonde viven las historias. Descúbrelo ahora