Dieciocho

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Horas después estábamos en un hotel de tres estrellas en Hong-Kong. No es lo que uno espera cuando viaja con un tipo adinerado pero así es, el lugar apenas tiene empleados y la recepción es muy mala, las personas que estaban junto a nosotros al momento de registrarnos eran una chica y un tipo viejo que no dejaba de manosearla.

Hyungwon pidió una habitación con dos camas y claro, no tienen ninguna disponible, solo les quedaban habitaciones con camas matrimoniales, que conveniente.

Al entrar Hyungwon se fue a dar una ducha mientras yo me quedaba tan solo viendo por la ventana que daba a una calle llena de comerciantes.

Por lo poco que pude sacarle a Won, el próximo destino no está lejos pero debemos esperar hasta el día siguiente ya que hoy no hay más pasajes para ir. Jamás estuve en Hong Kong antes y las ganas de ver un poco más del lugar me invaden, si le digo a Hyungwon que voy a salir probablemente pondría una perimetral y me ataria a la cama para que no saliera, lo cual no estaría mal ahora que lo pienso, pero quiero salir así que optó por lo más lógico, escapar.

Voy caminando en puntillas hasta la puerta cuando la puerta del baño se abre de golpe y Hyungwon sale de allí.

—No irás a ningún lado

—No iba a ningún lado, estaba por pedir servicio a la habitación, el servicio aquí es un asco —reí incómodo tomando el pomo de la puerta.

—Mejor vayamos a comer algo afuera,  esperame —dijo ahora yendo de nuevo al baño para buscar una toalla y secar su cabello.

Luego de unos minutos de ver a Won secando su cabello, ya estábamos en la calle pasando por varios puestos de comida. Todo se veía fantástico y el hambre no hacia más que crecer, cada cosa que veía me llamaba la atención y claro se lo hacía saber a Hyungwon.

—No comeremos eso —dijo por quinta vez.

Me quedé callado, Hyungwon siempre aparenta ser serio y educado, pareciera que no tiene alma, así cuando esta sobrio, aquella noche que se emborracho no paraba de decir mierdas estúpidas y hacer aegyo, solo para mi.

No me engañas Chae Hyungwon.

—Hagamos algo, estamos en Hong-Kong y desde que te conozco no haces más que ordenarme cosas, hoy hagamos lo que yo quiero —dije tomándolo de los hombros para que me mirara.

—Con una condición, promete que no me pediras que baile enfrente de todo el mundo en una plaza muy concurrida para que haga el ridículo

—Hecho —sonreí satisfecho.

Sería un buen día.

Recorrimos la calle del comercio y probamos un poco de cada puesto, incluso de las muestras gratis. Hyungwon pagaba con su dinero pues yo no tengo ni un centavo encima, pero aún así no se quejaba, más bien estaba disfrutando de las comidas y se notaba un poco más relajado.

Ahora vamos con mi otra parte del plan...

—Pidamos un taxi, quiero hacer otra cosa

—Lo que sea menos una plaza

Buscamos un taxi y le di la dirección que estaba cerca de donde quería ir, nunca vine a Hong-Kong pero ví una guía del lugar cuando estábamos en el avión.

Al llegar quede impresionado con lo grande que es la rueda de la fortuna, se podía ver incluso desde donde estábamos, Hyung se quedó mirando junto a mi mientras sorbia su café.

—Vamos

—Oye, las tiendas quedan hacia allá

—Subiremos a esa cosa —dije señalando la rueda de la fortuna.

Lo tome del brazo y lo guíe hasta la entrada para sacar dos boletos, no se quejó y los compró. El día apenas estaba oscureciendo, las luces que cubren la rueda están encendidas y se ve muy hermosa incluso desde abajo.

Nos sentamos en unas bancas a esperar que diera la vuelta completa para subir nosotros, no íbamos a subir por separado obviamente. Hasta que al fin llegó el momento, fuimos a la fila y subimos a la cabina, es grande y transparente, puedo ver totalmente a través de ella.

—Wow, se está moviendo —dije en cuento empezó a moverse y me emocione mucho.

Won miraba y sacaba fotos a todo mientras seguíamos ganando altura, todo está en silencio, un tanto incómodo. No es hasta que estamos a mitad del camino que me doy cuenta de algo.

—Esta demaciado alto —lo tome del hombro mirando hacia abajo y comenzando a iperventilar—. Sigue subiendo

—Sí, apenas vamos a la mitad —dijo en tono obvio girandose a verme y dejó su camara a un lado— ¿Te dan miedo las alturas?

—S-sí

—Entonces porque nos hiciste subir a esta cosa idiota —reclamo.

—¡Por que te ves tan serio siempre y quería que te divirtieras un poco! —grite aún viendo hacia abajo con impresión— ¿Me dejas abrazarte?

Él estiró sus brazos y lo abrace como si mi vida dependiera de ello, comenzó a acariciarme el pelo como si fuese un niño y logre calmarme. En ningún momento nos movimos hasta que el recorrido término.

—¿Ahora que quieres hacer?

—Quiero ramen —dije feliz.

Pasar la rueda de la fortuna sin morir en el intento merecía un premio.

—¡¿Ramen en serio? Estamos en Hong-Kong! —dijo fastidiado pero con una sonrisa— Hay miles de comidas típicas muy deliciosas.

—Quiero ramen —repetí.

Y así nos fuimos a comprar ramen para comer en el hotel. Fue un buen día después de todo.

B&N |HyungWonHo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora