Capítulo 12: Desconfianza

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 12: "Desconfianza"

- Kagome...

Su susurro varonil y ronco la despertó del más profundo sueño. Pero tenía mucho sueño y estaba realmente cansada, ansiaba poder dormir más.

- Kagome...

Aferró más las manos a la almohada ocultando el rostro en ella, notaba que ya estaba claro, era de día, pero sentía que no quería despertar. Tenía aun los músculos agarrotados, la cabeza pesada y todo era por el estrés de finalizar la novela. Ahora que ya lo había hecho debía relajarse... aunque estaba consciente que faltaba el dictamen final de Inuyasha... oh... Inuyasha... ¿estaría aún ahí? Cuando despertara... ¿la seguiría tratando como si en verdad la quisiera?. Sintió que los latidos del corazón se aceleraban... eso era miedo... temor de despertar...

- Kagome...

Sintió sus besos en su cuello, el aliento cálido rosó su rostro, entonces sonrió y abrió los ojos. Siii, real... estaba ahí, compartiendo una cama... junto a ella, era escalofriantemente real.

- Buenos días...- Murmuró tomándolo del cuello y mirándolo atentamente. Quería tenerlo para ella sola, cerciorarse cada instante, cada segundo, que estaba ahí, a su lado.

- Kagome... debo ir a Tokio...- Dijo él mirándola fijamente. La joven dejó de sonreír y sus brazos se aflojaron de su cuello. Inuyasha lucía serio y a la vez dolido, pero a pesar de eso luego le sonrió-... pero volveré por la tarde... es que anoche envié tu escrito a la Sra. Kaede... y ella esta mañana envío un correo deseando verme.

- Pero... – Musitó sin entender-... ¿sólo a ti? ¿por qué? Si tiene dudas y cosas que no le agrade debería hablar conmigo.

El hombre suspiró pesadamente y se levantó de la cama. Kagome sintió un nudo en el estómago.

- Lo sé, pero no sé... quiere hablar conmigo... – Respondió, vistiendo el pantalón de su pijama y yéndose al baño.

Ahí quedó Kagome, con el corazón destrozado, desconfiando de lo que estaba pasando. ¿Porqué la Sra. Kaede lo iba a mandar a llamar sólo a él? ¿Para qué? Acaso... ¿se había aburrido de ella? ¿Podría ser eso? Inclinó las piernas y enrolló los brazos en ellos, sus cabellos cayeron desordenadamente sobre sus hombros y suspiró pesadamente. No podía evitarlo. Las dudas y la desconfianza comenzaron a apoderarse de su corazón y su mente.

- ... él siempre es así, seguro se le fue el entusiasmo... pronto encontrará a otra que caiga en sus brazos...

¿Se había ya saciado de ella? ¿Se había aburrido? Sintió el doloroso latido del corazón. Acercó la mejilla a sus piernas y deseó no llorar. No, cálmate Kagome... tal vez... tal vez no es una excusa tonta de Inuyasha... tal vez él si estaba triste en verdad por dejarla... además, había prometido volver en la tarde ¿no? Inuyasha no le mentía. Pero... bien, antes era su amiga, su compañera, ahora era su amante... podría mentirle y alejarse igual como lo había hecho con Kikyo. ¡Kami Sama! no debía llorar, no debía llorar... esto... esto había sido su decisión... desde el principio... su decisión de involucrarse en una relación sin futuro aparente.

Le dolió demasiado la garganta y sus ojos se llenaron de lágrimas, enterró casi las uñas en la colcha de la cama, intentando no pensar, no desconfiar... pero era tan difícil... lo que más temía estaba pasando... ¡Por Kami! Si hubiera sabido el dolor que esto le causaría...

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